Por Franco Luis Bonini
Marcar cuatro goles en un partido, conocido como póker, suele pasar, por lo menos, una vez por año en Europa, Erling Haaland para el Manchester City frente al Wolverhampton en 2024, y los argentinos Valentín Castellanos ante el Real Madrid con el Girona o Lautaro Martínez para el Inter contra el Salernitana en 2023. Sin embargo, ocurrió sólo cinco veces en los últimos 10 años en el fútbol argentino, y fueron logrados por Fernando Cavenaghi en 2015 con River frente a Atlético Rafaela, Alejandro Gagliardi en el mismo año para Nueva Chicago contra Newell´s, y Rafael Santos Borré y Julián Álvarez en 2021 para el “Millonario” enfrentando a Godoy Cruz y Patronato. Pero lo que es más inusual todavía es que un futbolista de la liga local marque en cuatro ocasiones en un clásico. Ocurrió tres veces en la historia de los torneos nacionales en las eternas rivalidades del país.
En el fútbol argentino, cualquier enfrentamiento entre dos de los cinco denominados grandes es considerado clásico, es por eso, que el primer caso en el que un futbolista logró marcar un póker en un partido de esta magnitud fue el español Isidro Lángara, quien llegó a San Lorenzo en 1939 y es uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol con 525 goles. En su debut, anotó cuatro goles frente a River por la primera fecha del Campeonato en poco más de 30 minutos en el Viejo Gasómetro en el partido en la victoria del “Ciclón” por 4 a 2. El Vasco Lángara se ganó el cariño del equipo de Boedo, donde no consiguió títulos pero logró ese récord de ser el primer jugador en marcar 4 goles en un clásico de carácter nacional.
Lángara murió el 21 de agosto de 1992, pero mantiene varios récords en el fútbol mundial, como tener el mejor promedio de gol en la Liga de España con 1,16 goles por partido, jugando para Real Oviedo. Además, fue el primer jugador que logró ser el máximo goleador de la liga española en tres temporadas consecutivas, desde 1934 hasta 1936.
Tuvieron que pasar 35 años para que volviera a ocurrir un caso como el de Lángara, y fue conseguido por Carlos María García Cambón, delantero de Boca en 1974. El jugador llegaba procedente de Chacarita e hizo su debut en el Superclásico frente a River por la primera fecha del interzonal del Campeonato Metropolitano.
Como pasó con Lángara, García Cambón marcó cuatro goles en su primer partido con su nuevo club, en lo que fue el único póker en la historia de la rivalidad más relevante del fútbol argentino, en el partido que finalizó 5 a 2 en La Bombonera. “¿Quién podía imaginarse un debut así? Yo venía de salir campeón con Chacarita en 1969 haciendo 53 goles en 217 partidos, e incluso uno justo contra Boca en el 6 a 0 de 1972, que en esos años tenía grandísimos equipos. Me fui a fines de 1973 y me trajeron para reemplazar a Hugo Curioni, al que habían transferido al Nantes”, relató el atacante en una entrevista para Infobae en 2021, que fue apodado “El goleador de los milagros” por este suceso. García Cambon falleció el 22 de abril de 2022 y conquistó dos títulos con Boca, los Torneo Nacional y Metropolitano de 1976, aunque quedará en la historia del club por ser el único futbolista en marcar cuatro goles al Millonario en un superclásico del fútbol argentino.
En el ascenso, solo una vez un jugador anotó cuatro goles en un partido con una eterna rivalidad, y fue Ángel Figueroa, histórico jugador de Ituzaingó contra Midland en uno de los clásicos del Oeste. El ex futbolista del León marcó un póker en la goleada por 5 a 1 frente al Funebrero por la fecha 13 del Torneo de la Primera D de 1980. “Fue algo muy importante, porque, a pesar de ser delantero, yo estaba jugando de mediocampista porque hacía falta; mientras estuviera entre los once quería jugar. Fue un muy buen partido, ganarle al clásico rival de toda la vida, de barrio, y de esa forma, me genera lo máximo”, le cuenta El Loco Figueroa a El Equipo.
El ex futbolista surgido en Ferro es un referente en Ituzaingó, donde fue parte del primer ascenso del club a la C en 1982 frente a Argentino de Merlo y fue capitán del equipo en las 12 temporadas que jugó. “Ituzaingó es algo diferente a todo, porque en la Primera A soy hincha de Boca, pero el Verde es un sentimiento; para muchos de nosotros que nacimos acá, lo respetamos y lo queremos muchísimo, es algo especial”, dijo Figueroa, quien ejerciera el cargo de director técnico del club en 1999 y quedó en la historia por el recordado partido frente a Midland y por ser el único en lograr un póker en el ascenso argentino.
Si bien no es muy frecuente que sucedan en la Argentina, marcar cuatro goles en el clásico es un recuerdo imborrable.