domingo, noviembre 24, 2024

Una muestra sobre Diego en el acampe de Télam

Por Sebastián Mongelos

Diego Armando Maradona siempre es un disparador para hablar de diversos temas. De fútbol, recapitulando sus goles contra Inglaterra en el Mundial de 1986 o su definición de tiro libre frente a Juventus; acordarse y citar sus frases célebres como ‘La pelota no se mancha‘ o ‘Lástima a nadie, maestro’; rememorar anécdotas suyas que provocan risas y nostalgia entre quienes conversan; recordar su accionar fuera de los terrenos de juego, cuando atacaba a la injusticia del poder de turno y defendía al pueblo. La Argentina vive de cambios a partir de la asunción de Javier Milei como presidente. Uno de esos fue la promesa de privatizar los sectores públicos como YPF, Radio Nacional, Tv Pública y Télam. Hace un mes, se cerró la agencia de noticias que distribuye las mismas a todo el país y a sus limítrofes. Generar malestar en los trabajadores, quienes acampan en las afueras esperando respuestas.

Se unieron los factores. El Diego, la lucha y Télam dieron como resultado un clima festivo acompañado a la figura de Maradona, mezclando canciones alusivas, como ‘¿Qué es Dios? de las Pastillas del Abuelo o ‘La vida tómbola’ de Manu Chao, imágenes del archivo de la agencia que estaban colgadas mostrándolo en el Mundial Juvenil de 1979 o de entrenador en Sudáfrica 2010 y personas que vestían camisetas del seleccionado argentino utilizadas por Diego.

Himno Nacional de por medio, presentación de los invitados y aplausos. Porque además de tener presente la esencia del astro argentino, Télam contó con otros protagonistas que fueron parte de la vida del Pelusa: Ubaldo Fillol y Héctor Enrique, campeones del mundo en 1978 y 1986 respectivamente, Fernando Signorini, ex entrenador personal del 10, y Guillermo Blanco, ex jefe de prensa del nacido en Fiorito y ex trabajador en la agencia. Y más personalidades se acercaron, como los periodistas Daniel Arcucci y Ayelén Pujol. Todos juntos para pronunciarse en contra de las medidas del Estado y solidarizarse con los despidos que están habiendo en el país.

El Negro fue el primero que se pronunció, aclarando que su comodidad no era la palabra pero que allí estaba con el corazón: “Es un orgullo estar frente a trabajadores que, lamentablemente, por culpa de este gobierno mediocre, la están pasando mal. Hay que ponerle el pecho para volver a su fuente de trabajo y que a sus respectivas familias no les falte absolutamente nada. Me entristece muchísimo lo que estamos viviendo y mucho más triste me pone saber que no hacemos nada. Cuando me toca escuchar el Himno me remite a la Selección y a haber defendido la camiseta, como ahora defendemos al país, con el corazón”.

Una camiseta resaltaba entre tantas de Maradona: un niño utilizaba la n°5 verde y sin nombre. Era la del Pato Fillol, en aquel primer campeonato mundial conseguido. El ex arquero tiene a su hijo Sebastián como uno de los afectados por la situación. Dijo que, si Diego estuviera vivo, estaría presente en la lucha del pueblo: “Hay una palabra que se suele usar mucho ahora que es ‘mística’, para referirse a un jugador, club o estadio. Hay otra que la usaban ellos -señalando a Signorini y a Blanco-: ‘caudillo’. Diego era caudillo, porque era guapo, dentro y fuera de la cancha”. Luego agregó que no había que perder la esperanza ante las 70 mil familias que sufrían los despidos y que tanto él como los otros tres compañeros estaban a disposición para colaborar.

El Profe inició su discurso en desacuerdo con Enrique con respecto al Himno Nacional, ya que, para él, el verso ‘al gran pueblo argentino salud’ no corresponde al momento que se está atravesando. Sí estaba en conformidad con el arquero sobre contar con ellos para lo que sea. “Estamos acá por Diego, pero también porque nosotros tenemos que hacernos cargo de comprometernos en defensa de aquellos que menos tienen aunque más quieren. Diego siempre se opuso al poder y fue rebelde, y lo sigue siendo por esto”, cerró.

Por último, Guillermo Blanco remarcó la importancia de Télam recordando cuando la agencia tuvo la primicia mundial del doping de Maradona en la Copa del Mundo 1994. Más tarde ejerció su rol como periodista para dar pie a los otros invitados con anécdotas. 

Así terminó la tarde, con risas y situaciones nostálgicas con el ex Nápoli como centro. Para recordar no sólo cómo era como jugador, sino también cómo era como persona. Lo definen seres que lo rodearon mucho tiempo: solidario, rebelde, caudillo de los más indefensos. Los que están hace un mes esperando respuestas, luchando y escribiendo, como siempre lo hicieron.

 

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