sábado, octubre 12, 2024

Análisis de datos: una herramienta infravalorada

Por Thomas Somoza

Matías Conde analiza los datos que se generan en los partidos de distintos deportes para el sitio Analitica Sports —junto al periodista Marcelo Gantman— y lo hacía para Suerliga Innova, el área de la extinta liga que se encargaba de proveer con datos de cada cotejo a los cuerpos técnicos de todos los clubes. En una charla con alumnos de Deportea, señaló la importancia del terreno en el que trabaja para entender las tendencias de los equipos y calificó al fútbol como “bastante más predecible de lo que asumimos”.

Estudió antropología y en esa carrera realizó análisis de redes sociales que explicaban los intercambios rituales de los indios, en especial el estudio que realizó el antropólogo Bronislaw Malinowski de los nativos de las islas Trobriand ubicadas en Papúa Nueva Guinea. Así fue como se interesó por las metodologías cuantitativas y destacó, al proceder de las ciencias sociales, que no hace falta un vínculo con las matemáticas para la labor que actualmente realiza.

Luego, Conde comenzó a trabajar en el área de innovación de Superliga, aunque ese empleo está en suspenso por la eliminación de la liga que tenía como director ejecutivo a Mariano Elizondo y la creación de la Liga Profesional con Marcelo Tinelli a la cabeza. Los informes que allí realizaba eran enviados antes y después de los partidos a los cuerpos técnicos de los 24 equipos; a la prensa, semanalmente, con datos y placas para los programas de televisión y a quienes realizan transmisiones de partidos de manera audiovisual y radial con historiales, cambios, cómo atacaban los equipos o las formaciones habituales.

En relación con la previsibilidad del fútbol, indicó: “Por esta cuestión de la ‘dinámica de lo impensado’, solo tomamos este título y lo metemos para explicar cualquier resultado sorpresivo. Muchas veces tendemos a explicar las cosas por las excepciones y no por las tendencias”. Y puso como ejemplo al Paris Saint-Germain de la liga francesa, equipo que ganó siete de los últimos ocho torneos, pero que suele ser destacado únicamente cuando sucumbe ante rivales de menor envergadura, como si fuese la norma. “¿Para qué analizamos datos si después cualquiera le gana a cualquiera?”, se preguntó irónicamente el analista.

En cuanto a la interpretación que pude haber de los datos que se recaban —como los pases correctos por partidos, que no revelan, por ejemplo, el lugar del terreno en el que fueron dados— destacó que hay algunos más profundos a los que no se les da la utilidad máxima que podrían tener. “En el futuro, eso se va a ir depurando, pero también va a necesitar que, tanto los periodistas como los entrenadores, se especialicen más en entender los datos”, afirmó.

Con respecto a la percepción que hubo de los periodistas sobre estas herramientas, Conde aseguró que fue positiva. “A medida que se fueron amigando con los datos, las interpretaciones que ellos mismos hacían eran mejores. También hay cada vez más analistas de juego y lo veo con buenos ojos”, opinó. Sin embargo, repudió el hecho de que se usaran para meras “perlitas”: “No me gusta para nada porque creo que los datos son mucho más profundos y agregan mucho más valor que una nota de color”.

Una cuestión que no es considerada es que los estadistas han surgido en distintos deportes en años lejanos. Conde puso ejemplos anonadantes: en 1900 ya había datos del fútbol norteamericano, en 1907 se medían las distintas fases de juego del rugby en Francia, en 1927 ya había especialistas en estadísticas trabajando en el periodismo húngaro, en 1931 se medía la distancia recorrida de los jugadores en el básquet y en 1947 el equipo estadounidense de béisbol Brooklyn Dodgers contrató al primer especialista en estadísticas.

Para Conde, los mejores análisis salen de “la conjunción de un analista de datos y un cuerpo técnico o un periodista que le dé esa lectura que le permita divulgarlo mejor”. También pronosticó que habrá más datos en el futuro y se deberá entender cómo se generan y qué significa cada uno para que la interpretación sea la correcta, ya que “hay ocho millones de datos por partido en las grandes ligas” y, debido a esto, recomienda que los y las jóvenes estudiantes de periodismo se adentren en ese mundo para desarrollar lecturas propias.

Foto: Analítica Sports.

Más notas