Por Santiago Ballatore
Nueve equipos fuera de Argentina, cinco de ellos en la NBA. Medalla dorada en Atenas 2004 y de bronce en Beijing 2008. Subcampeonato en el Mundial de Indianápolis 2002, con victoria a Estados Unidos incluida. Pero Luis Scola es mucho más que medallas, es el símbolo y guía de un equipo repleto de jugadores con poca experiencia en la selección. Mientras que en la victoria frente a Corea del Sur (95-69) siete jugadores hicieron su debut mundialista, Scola comenzó a transitar este camino por quinta vez en su carrera. No sólo es el argentino con más mundiales sobre el lomo, sino que también es, junto a seis jugadores de otros países, quien más participaciones tiene en la historia del torneo.
Luis Scola, el pibe de 39 años, que lidera el contragolpe. pic.twitter.com/kNCbUTAfc9
— CABB (@cabboficial) August 31, 2019
No existe deportista que se desviva más por el equipo nacional que él. No sólo en la cancha, también fuera de ella. Un líder de verdad cumple ese rol las 24 horas del día y los siete días de la semana. En 2014, previo al Mundial de España, Scola se puso al hombro un reclamo, en nombre de todos los miembros de la selección, contra la Confederación Argentina de Básquet (CABB). La institución estaba muy mal manejada económicamente, tenía un pasivo de 20 millones de pesos y mantenía deudas con jugadores y empleados. “Si no juego el Mundial, será culpa de una gestión horrible. No quiero ser cómplice de algo tan turbio”, comentó en julio de ese año.
Si bien la mayor parte de su carrera la hizo en países tradicionales a la hora de hablar de básquet, como Estados Unidos y España, los últimos dos años jugó en la liga China, primero para el Shanxi Zhongyu y luego en Shanghai Sharks. En todas las ligas que jugó dejó una marca: ganó una infinidad de trofeos con el Baskonia, en Europa, y fue elegido en el mejor quinteto de novatos de la NBA en la temporada 2007-2008 jugando para Houston Rockets.
Cuando tenía 15 años, Scola hizo su debut en la Liga Nacional de Básquet en la temporada 1995-1996, faltaban todavía dos años para que naciera Máximo Fjellerup, uno de los compañeros del capitán en este Mundial. Además de eso, Agustín Caffaro, Luca Vildoza y Gabriel Deck llegaron al mundo en el mismo año del debut de Luifa. Son jugadores que, si tuvieran un par de años menos, tranquilamente podrían ser sus hijos. En una entrevista con el Diario Clarín, él mismo comparó el liderazgo de este grupo con el rol que tiene con sus hijos, ya que dijo: “Si no hacés lo que decís, perdés credibilidad y es muy difícil crear un impacto en cualquier persona, ya sea un hijo o compañero de equipo”.
Si durante el Mundial Argentina consigue la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, es muy probable que siga jugando un año más, hasta los 40. Pero de eso depende todo. Como durante toda su carrera, está a disposición de la celeste y blanca. Ojalá podamos disfrutar un año más a Luis Scola, el viejito luchador de la Selección Argentina.