jueves, noviembre 21, 2024

Zaid Abbas, el trotamundos de Jordania

Por Thomas Martínez

Zaid Abbas es un destacado jugador de básquetbol de la selección de Jordania, que participará –al igual que su equipo- por segunda vez del Mundial de la especialidad en su XVII edición. Juega en la liga china, siendo el ala-pivot del Shanxi Brave Dragons. Anteriormente estuvo en otros siete equipos. Sin embargo, el eje de su vida no pasa por aquí, sino por la historia de este deportista: para comprender su actualidad hay que bucear un poco en el pasado.

Medio Oriente es una zona en permanente disputa por encontrarse en una ubicación geográfica clave para la exportación de gas y petróleo. Los imperios romano, griego y otomano saben de ello porque en su tiempo se apropiaron de esas tierras. En la I Guerra Mundial, Francia y Gran Bretaña también lo hicieron, hasta que en la II Guerra se creó a posteriori el Estado de Israel.

Nablus, un pueblo ubicado al Norte de la actual Cisjordania fue el lugar de nacimiento de Abbas, el 21 de noviembre de 1983. Allí, a los 16 años, empezó a demostrar sus cualidades en el básquetbol, admirando a su hermano que también lo hacía en el torneo local. Al comprobar que no iba a poder representar a su país en ese deporte, tomó la decisión de marcharse a Jordania, aconsejado por un entrenador que observó su talento. Allí le concedieron el pasaporte y pudo ser parte de la selección jordana.

Al poco tiempo se convirtió en uno de los mejores jugadores del torneo local, donde se desempeñó durante seis años, y más tarde arribó en la liga china por ocho temporadas hasta la actualidad. Al ser de corta duración el campeonato chino, Abbas solía continuar jugando en diferentes países como Líbano, Túnez, Irán, Arabia Saudita o Bahréin. A su vez, también se hizo tiempo para estudiar administración de empresas.

Pese a las guerras y conflictos en la región, siguen surgiendo en Medio Oriente deportistas que, para poder desarrollarse, buscan en el exilio el camino que les permita cumplir con sus sueños y evitar así el sufrimiento de sus familias. 

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