jueves, noviembre 21, 2024

Yao Ming: un experimento de Mao

Por Ignacio Maida

Yao Ming es, sin dudas, uno de los deportistas más populares de la historia. Desde su llegada a la NBA, el gigante de 2,26 metros se convirtió en uno de los reyes del baloncesto: fue First Pick en 2002 (obtuvo el primer puesto en el draft de dicho año), Rookie Of The Year (premio que se le otorga al jugador más destacado en su primera temporada), ocho veces partícipe del All-Star Game y se encuentra en el Salón del a Fama (Hall of Fame) de la NBA.

Si bien su promedio de 19 puntos, 9,2 rebotes y 1,9 tapones en sus ocho temporadas en la NBA generaban dudas entre periodistas y fanáticos a la hora de debatir si estaba bien o no su ingreso al salón de la fama, eso se disipó al quedar demostrado que en sus tiempos de jugador tuvo 52 millones de compatriotas siguiendo su travesía por la mejor liga del mundo y, además, llegó a ser el jugador más pedido por la gente para un All-Star Game, con 2 millones y medio de votos. Todo eso generó que la NBA se expandiera a un mercado de más de mil millones de personas, que contrajeron una gran pasión por este deporte, y que, a su vez, el fenómeno se materializara con algunos partidos en el país asiático. Su exequipo, los Houston Rockets, gracias a él y al gran mercado que tienen en ese país,  celebran el Año Nuevo Chino jugando con su camiseta escrita en mandarín.  

Lo que muchos no saben es que se sospecha que Yao Ming fue una creación de la China comunista de Mao Tse Tung. En el libro Operación Yao Ming del periodista estadounidense Brook Larmer, se cuenta que Ming fue parte de un plan sistemático del por entonces presidente para volver al deporte un arma política mediante la “creación” de grandes atletas.

Yao Ming pordía ser un experimento del líder comunista Mao Tse Tung.

Se estima que los padres de Yao –ambos basquetbolistas- fueron presentados entre sí por miembros del gobierno chino, ya que basados en sus biotipos eran ideales para crear a  una estrella y fueron “obligados” a hacerlo. Así fue como el 12 de septiembre de 1980 nacía el gigante de Shanghái, de unos 51 centímetros y 5 kilos, casi el doble que cualquier otro bebe chino de la época. Fue un hijo único, como indicaba el modelo comunista que buscaba impedir la sobrepoblación del país.

Después de dejar de lado sus sueños de jugar al Waterpolo o de ser científico, Yao Ming tuvo 5 grandes años en los Shanghái Sharks, que le permitieron ir a la NBA, liga en la que brilló siempre y cuando las lesiones no se lo impidieron. A su vez, dejó una huella enorme en su país: fue abanderado en los Juegos Olímpicos Atenas 2004 y Beijing 2008 y fue figura absoluta en su Selección, siendo su máximo anotador en todos los campeonatos que jugó.

Yao Ming porta la bandera de China en los Juegos Olímpicos en 2008.

Una vez retirado, decidió invertir sus más de 200 millones ganados en la NBA en caridades, sitios de apuestas y demás. También fue presidente de la Chinese Basketball Asosiation, embajador de la NBA y, en el último tiempo, está volcado a la política, en búsqueda de modificar el programa de deporte en las escuelas chinas en pos de generar y captar los mejores atletas.

No está comprobado si Mao fue el responsable del desarrollo del básquet en China, pero lo que es seguro es que la apuesta en este deporte es fortísima. Tras organizar los Juegos Olímpicos de 2008, posee una liga con jugadores de renombre como Luis Scola, Lance Stephenson y Michael Beasley y este año será la sede del Mundial de Baloncesto. Van a tratar de estar a la altura de este evento con un equipo que combina juventud con experiencia con jugadores como Yi Jianlian – ex NBA-, Guo Ailun, Zhou Qi- ex NBA- o Zhao Jiwei. Todo esto no sería posible de no ser por un gigante de 2,26 metros que hizo historia en la mejor liga del mundo.

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