viernes, diciembre 6, 2024

Mario Palma, un experto en el basquet africano

Por Santiago Ballatore

Guinea-Bisáu es un país que posee un poco menos de dos millones de habitantes y está ubicado el oeste de África. No fue hasta 1973 que las personas que vivían en estos terrenos pudieron independizarse de Portugal, país que colonizó y explotó durante cientos de años las tierras y a los propios bisauguineanos, comerciándolos como esclavos con, en su gran mayoría, el Imperio Islámico. A pesar de la abolición de la esclavitud acordada por los portugueses en 1869, el país continuó siendo una colonia debido a la utilidad que le daban los europeos al puerto de Guisáu. Fue en un contexto de plena descolonización que, en 1950, nació en Guinea Portuguesa Mario Palma, el actual entrenador del seleccionado de básquet de Túnez.

Si hay alguien que conoce a la perfección el baloncesto africano, es Palma. Es el director técnico que más veces ganó el AfroBasket, torneo más importante del continente a nivel selecciones, ya que consiguió el primer puesto en cinco oportunidades. Las cuatro primeras fueron dirigiendo a Angola, país en el que vivió la mayor parte de su vida y en el que tiene su corazón, aunque sus padres hayan nacido en Portugal, y así lo contó en una entrevista que le realizó la Federación Internacional de Básquet (FIBA) en 2016: “Tengo 65 años y viví más de 40 en Angola. Soy más africano que portugués, y Angola es mi país”.

34 victorias y una sola derrota tiene el experimentado entrenador en la competencia continental en la que es experto. Los cuatro títulos con Angola fueron consecutivos, marcando una era de dominación absoluta en África que duró ocho años: comenzó en Luanda 1999, siguió en Casablanca 2001, continuó en Alejandría 2003 y finalizó en Algiers 2005. Su único legado no es este: entre 1992 y 1996 había logrado ganar la liga de Portugal por cinco temporadas consecutivas dirigiendo al Benfica, equipo en el que es muy recordado.

Sin conformarse con Europa y África, Palma fue a Asia en 2009, para dirigir a la Selección de Jordania. Es importante aclarar que no es precisamente el país con mayor tradición basquetbolística de la zona, debido a que tiene por delante a naciones como China, Filipinas e Irán. Sin contar con esta historia en el deporte, y de la mano del veterano entrenador, los jordanos consiguieron la medalla de bronce en la Copa de Asia de 2009, finalizando solamente detrás de Irán y China. 

En 2016 decidió volver al torneo que tanto le había dado al principio del siglo veintiuno, pero esta vez con otro seleccionado: Túnez, que buscaba ganar el AfroBasket por segunda vez en su historia en 2017. “Si no está roto, no lo arregles”, relata un viejo dicho. Y con los mismos métodos que había utilizado casi dos décadas atrás con la dinastía de Angola, jugando bien pero, además, haciendo énfasis en la unión del grupo, se colgó la medalla de oro por quinta vez. 

El Mundial de China no será una tarea fácil para Túnez: comparte el grupo C con España, Irán y Puerto Rico, tres países con una rica historia en este deporte, con el agregado de que el equipo europeo fue el último con un nombre distinto a Estados Unidos que fue campeón, cuando le ganó la final a Grecia en el Mundial de Japón 2006.

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