sábado, noviembre 23, 2024

La Selección argentina es un reflejo de su entrenador

Por Federico Bajo

El camino que transitó hasta acá la Selección argentina en la Copa América podría asemejarse al de un boxeador que sube al ring y en el primer round recibe un cross que lo deja tirado en la lona. Pero el púgil, que tiene la guapeza y las ganas de Lautaro Martínez, goleador del seleccionado, se levanta como puede y a medida que pasan los minutos y la pelea continúa, se recupera y empieza a emparejar el combate. Al entrenador, Lionel Scaloni, le llevó nueve amistosos, un debut y 45 minutos ante Paraguay para encontrar el sistema con el que los futbolistas se sienten más cómodos. Lo admitió el propio Sergio Agüero: “De a poco nos vamos acomodando, porque el primer partido jugamos diferente. Leo (por Scaloni) no tenía el esquema este planteado, lo trabajamos dos días y ahora acá estamos”.

Luego de la victoria ante Venezuela y la leve mejoría en aspectos del juego que se mostró en los últimos dos encuentros, pareciera que empiezan a definirse quiénes son los titulares. Elegido para llevar a cabo la renovación del plantel, desde su debut como interino del seleccionado en la victoria 3-0 ante Guatemala en septiembre de 2018, el entrenador rosarino convocó a 56 jugadores de los cuales utilizó 52. Sin embargo, a pesar de esos números y de las críticas que recibió por no repetir el equipo en ninguno de los 13 partidos en los que estuvo al frente del conjunto nacional, Scaloni siempre tuvo claro los nombres de varios de los intérpretes que quería en su equipo.

Franco Armani, que viene transformándose en figura, Germán Pezzella, Nicolás Tagliafico, Leandro Paredes, Giovani Lo Celso, Marcos Acuña y Martínez fueron algunos de los jugadores que más minutos sumaron en la Albiceleste después del Mundial de Rusia. Precisamente Paredes es el futbolista emblema del técnico: inició 11 de 13 partidos y sumó 956 minutos en cancha, más que cualquier otro. El equipo se arma y se desarma en torno a él. Afuera de esa lista también quedan Ramiro Funes Mori y Paulo Dybala, quienes son parte del plantel en la Copa, pero perdieron protagonismo a manos de dos históricos de la Selección como Lionel Messi y Nicolás Otamendi.

Aunque siempre mantuvo una base, el seleccionado nacional es un equipo que se ha ido moldeando con el correr de los partidos. Así lo aseguran los mismos protagonistas: “Fue un triunfo bien merecido. Arrancamos de menor a mayor en la Copa, pero siempre con confianza. Este es un grupo de grandes personas y de grandes jugadores”, explicó Armani luego de la clasificación a semifinales.

Pese a que ha sido el blanco de burlas y memes y se han hecho más referencias a él por el accidente que tuvo andando en bicicleta que por su rol de entrenador, uno de los grandes méritos de Scaloni fue el armado de la lista de 23 para Brasil 2019, clave en torneos tan fugaces que casi no dejan chances de recuperación. De otro modo hubiese sido imposible probar tres opciones distintas en el lateral derecho porque no le terminan de convencer ninguna de las actuaciones, o modificar ampliamente las características del mediocampo de un partido a otro. Incluso, el santafesino demostró autoridad para mandar al banco a figuras como Agüero y Ángel Di María, volverlos a incluir entre los titulares cuando lo creyó beneficioso para el equipo, y bancarlos en público: “Angelito (Di María) es un chico para resaltar porque está siendo de los que más trabajan y no estaba jugando, nos puede dar mucho. Es desequilibrante, de primerísimo nivel”, elogió al hombre del París Saint Germain.

El papel del ex ayudante de Jorge Sampaoli es mucho más preponderante que el solo hecho de ser el ignoto entrenador sin trayectoria que le dijo sí a un cargo que muchos no quisieron ocupar. En cada una de sus apariciones baja una línea al hacer referencia y poner, por encima de todo, al grupo que se armó en la Selección: “Vemos una identidad de jugadores que juegan al fútbol por esta camiseta, que se sienten identificados. Una camada de jugadores importantes que ya tienen casi una Copa América encima. Hay jóvenes que nos están dando mucha satisfacción, y eso es lo más importante, porque tratamos de construir algo de cara al futuro”, confesó en la conferencia de prensa. Tampoco tiene pudor para reconocer sus errores. Luego de su exabrupto en un reclamo en el partido ante Catar y convertirse en el primer técnico en recibir una tarjeta amarilla, declaró que se había equivocado y que no lo volvería a hacer por pedido de su ayudante, Pablo Aimar.

En lo futbolístico, todavía queda mucho por mejorar. Argentina tiene altibajos y en los malos momentos es vulnerable, como en el segundo tiempo contra Venezuela. Los protagonistas lo saben y en cada oportunidad lo dejan en claro. “Nos costó arrancar, fuimos mejorando y pudimos llegar a semifinales. Ahora se viene un clásico”, avisó Otamendi luego de la victoria sobre la Vinotinto. De a poco, la Selección va ajustando piezas, retoca algunos aspectos mientras avanza.

Para la gran mayoría de los jugadores es el primer torneo importante con la mayor. Incluso para Scaloni: es su primera incursión al mando de un plantel de primera. El nacido en Pujato está comenzando en su profesión, con todo lo que eso implica. Suele decirse que los equipos son el fiel reflejo de su entrenador y algo de eso parece cumplirse en Argentina. La carrera del rosarino se mimetiza con el camino de la Selección en el certamen, ambos empezaron vacilantes. Ya lo explicó Messi con la misma claridad con la que juega: “Scaloni va creciendo a la par nuestra, es su primera experiencia, comete errores y aprende”.

 

 

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