Por Fabrizio Ramos
Cuando se vio el nombre de Rodrigo De Paul en la lista de 23 jugadores de la Selección Argentina para la Copa América, muchos medios de comunicación eligieron poner el foco en “el futbolista que hace reír a todos” y no en los innumerables atributos que tiene el oriundo de Sarandí. Estas condiciones las demostró desde sus inicios en Racing y fueron las que lo llevaron a Europa. Hoy, con 25 años, es capitán y figura del Udinese de Italia.
Aunque comenzó jugando como un clásico enganche durante su etapa en las juveniles de la Academia, su capacidad para recuperar y jugar lo fue tirando más sobre la línea lateral. Con la pelota en los pies siempre fue de los más destacados, pero De Paul también contaba con un carácter que lo hacía diferente. Y eso quedó demostrado a los 19 años, con solo un puñado de partidos en el equipo de Avellaneda. Se acercó a Sebastián Saja, capitán de aquel entonces, y le hizo un pedido especial: utilizar la camiseta 10 que había dejado libre el colombiano Giovanni Moreno.
Solo un año en el plantel profesional de Racing le bastó para demostrar aquellas cualidades que muchos entrenadores de inferiores resaltaron durante su etapa en las categorías formativas. El Valencia de España fue quien se lo llevó en 2014, pero al no conseguir la regularidad que esperaba durante su primer año y medio, decidió volver, en condición de préstamo, a la Academia. Aunque tampoco contaría con los minutos esperados.
Aquella confianza y estabilidad en el once titular que únicamente había conseguido en el Racing de Zubeldía, volvió a encontrarla en el Udinese de Italia. Sumado a la calidad del mediocampista y ya con dos temporadas de menos a más, en el último año desplegó todo su nivel, no sólo por la regularidad de su juego sino también por sus números, ya que terminó con nueve goles y ocho asistencias.
El rendimiento en el último encuentro ante Catar no debería ser una sorpresa para nadie. Mucho menos su capacidad para jugar cuando tiene la pelota, su movilidad cuando la tiene un compañero y su compromiso en defensa cuando la tiene el rival. La evolución de Rodrigo De Paul en estos últimos años se veía que podía llegar porque condiciones no le faltaban. Mientras tanto, para muchos, su única virtud será que “hace reír a todos”.