Por Santiago Ballatore
A veces justo, pero a veces no tanto. Cuando lo es, el equipo damnificado se enoja igualmente. Tal vez sea porque los jugadores no están de acuerdo, o simplemente por la impotencia que produce gritar un gol, para que después se escurra entre las manos, tras la anulación del árbitro, que vio la repetición cinco veces en cámara lenta. La realidad es que el VAR está siendo un gran protagonista en esta Copa América, y una manera de utilizarlo que no se había visto hasta ahora, ya que los jueces están recurriendo muchas veces a él, casi olvidándose de dirigir en el presente. Y también, fue el VAR el personaje principal de esta historia de odio de este martes a la noche: Brasil y el 3 a 0 que no fue.
El anfitrión de la Copa empató en 0 ante Venezuela, que todavía no recibió goles legalmente, aunque sí esquivó varias balas, porque teniendo en cuenta el partido contra Perú y éste, a sus rivales ya les fueron anulados cinco goles: dos el sábado y tres hoy.
Corrían 37 minutos cuando el público de Salvador ya estaba empezando a ponerse impaciente. No había silbidos, pero sí murmullos, de esos que anticipan la explosión, si todo siguiera en ese rumbo. Por suerte, o por desgracia, para los espectadores, Dani Alves apareció por la derecha y se encargó de tirar un centro correcto. Roberto Firmino hizo casi todo bien para ponerse de frente al arco, y mandó la pelota contra la red. Pero los hinchas no pudieron festejar mucho: Bascuñán, el árbitro del partido, cobró falta del delantero al venezolano Villanueva, que estaba en el piso acusando un golpe. Gol bien anulado.
Casi 25 minutos después Firmino volvió a estar en los ojos de todos cuando capturó un rebote luego de un disparó de Gabriel Jesús, y centró la pelota para que el delantero del Manchester City definiera. Pero Bascuñán recibió una llamada del VAR por su auricular, que le recomendaba que fuera a ver la jugada por un supuesto offside del jugador del Liverpool al momento de agarrar el rechazo. Y efectivamente, estaba en posición adelantada. Y al ser una jugada de pura interpretación, ya que es el juez quien debía definir si el balón había sido rechazado por Villanueva o si había rebotado en él, eligió anular el gol. Seguía 0 a 0 en la cancha, mientras en las tribunas los murmullos pasaban a ser gritos.
Y en el minuto 86 llegó la gota que rebalsó el vaso. Después de un pequeño acto de rebeldía de Everton, que había entrado minutos antes por David Neres, el equipo consiguió que la pelota llegara prácticamente limpia al área chica, donde remataría Philippe Coutinho para marcar el 1 a 0. Tanto los hinchas como los jugadores se desahogaron. Pero con el VAR desahogarse es entregarse, quedar indefenso. Y fue en ese momento de defensas bajas, en el que le avisaron al árbitro del partido, que la pelota había rebotado en Firmino, que estaba en offside. Firmino, el mismo de los otros dos goles. Lo que podría haber sido su partido consagratorio con la selección, terminó con él como máximo apuntado como responsable por los fanáticos brasileños.