viernes, noviembre 22, 2024

Argentina y Alemania: el agua y el aceite

Manuel Martín

Primero de agosto de 2004. Ese fue el día que comenzó el trayecto de Joachim Löw en la selección alemana. Su primer paso fue como ayudante de campo de Jürgen Klinsmann. Juntos concluyeron terceros en la Copa Confederaciones 2005 y en la Copa del Mundo que organizó su país en 2006. Posteriormente, pasó a ser el entrenador principal tras la decisión de Klinsmann de no renovar su contrato.

Durante 14 años, Alemania mantuvo un proyecto que lo llevó a ser protagonista en todos los torneos que disputó: logró un tercer puesto en el Mundial de Sudáfrica 2010 y se coronó campeón en Brasil 2014. Además, fue subcampeón de la Eurocopa 2008, llegó a las semifinales de las ediciones de 2012 y 2016, y ganó la Copa Confederaciones del 2017. Con contrato vigente hasta 2022, Löw buscará ser el segundo técnico –el primero fue Vittorio Pozzo con Italia en 1934 y 1938– en salir bicampeón de la Copa del Mundo.

En cambio, Argentina tuvo ocho técnicos diferentes desde el mismo año en que inició el trayecto de Löw. Primero José Pékerman: en su etapa con la Mayor, perdió en la final de la Copa Confederaciones 2005 y quedó eliminado en cuartos de final del Mundial 2006. “Yo creo que esto se terminó, es el fin de un ciclo y no voy a continuar“, anunció tras la derrota contra Alemania por penales. Estuvo solo dos años.

Alfio Basile fue el elegido por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) como el sucesor de Pékerman. En su segunda etapa al frente del seleccionado, sufrió una goleada por 3-0 contra Brasil en la final de la Copa América del 2007. Renunció en 2008, tras un par de años, porque “los dirigentes querían armarle el equipo“.

Diego Maradona asumió como el reemplazante de Basile. En la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 fue frenado en los cuartos de final por una goleada 4-0 contra Alemania. Luego de una etapa de dos años, la AFA decidió no renovarle a Maradona y contrató a Sergio Batista, quien había obtenido la medalla de oro con Argentina en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. El Checho dirigió la Copa América 2011 y su ciclo se vio terminado por una derrota en los cuartos de final del certamen frente a Uruguay por penales.

Posteriormente, llegó el turno deAlejandro Sabella. Bajo su mando, la selección se clasificó con holgura al Mundial 2014. En Brasil, el conjunto nacional llegó hasta la final y cayó 1-0 contra Alemania en el tiempo suplementario. Muchos y muchas querían que continuara, excepto él mismo, que decidió dar un paso al costado.
Más tarde apareció Gerardo Martino. Con el Tata, la albiceleste obtuvo dos subcampeonatos de Copa América, al perder ambas finales contra Chile. Renunció en medio de un fútbol argentino desorganizado por el cimbronazo que causó la muerte del presidente de la AFA, Julio Grondona, en 2014.

Asimismo, las sacudidas de timón se acentuaron. Cuando pocos querían hacerlo, el buzo de seleccionador lo agarró Edgardo Bauza, un director técnico con un estilo muy defensivo. Estuvo al frente nueve meses, en los cuales consiguió tres victorias, dos empates y tres derrotas.

El reemplazante resultó ser Jorge Sampaoli, un técnico ofensivo y totalmente opuesto a los planteos de Bauza. Una brillante actuación de Messi frente a Ecuador le dio el pasaje a la Copa del Mundo en la última fecha de las Eliminatorias. Y tuvo apenas un año de preparación para Rusia 2018.

En el Mundial, Alemania y Argentina podrían volver a enfrentarse. Por un lado, los europeos llegan con una idea de juego asentada. Löw conoce a la mayoría de sus 23 futbolistas desde las divisiones juveniles o incluso desde las infantiles. Por el otro, Sampaoli comenzó a trabajar con el grupo hace un año y nunca repitió un once inicial. Prueba en los entrenamientos en busca del equipo que encuentre más apto para disputar la competencia. Y pese a las diferencias, el agua y el aceite tienen el mismo objetivo: levantar la Copa.

Más notas