Por Vicente Moreyra
A menos de un año del comienzo del fútbol profesional en Argentina, Boca y River se enfrentaron en el torneo local en un encuentro que debió ser suspendido a los 30 minutos de la primera mitad, luego de la reacción de tres jugadores del Millonario tras un penal para el Xeneize.
El 20 de septiembre de 1931, Boca y River disputaron su primer clásico en el profesionalismo. En el marco de la decimoséptima jornada del Torneo de Primera División, del cual el Xeneize se consagró campeón diecisiete partidos después, los dos equipos más importantes de Argentina se cruzaban en el viejo estadio del Xeneize, ubicado en la intersección de Brandsen y Del Crucero.
El estadio, que en ese momento albergaba alrededor de 50.000 personas, se entretenía con el encuentro que jugaban las segundas divisiones de cada equipo, en el cual el local se imponía 2-1 a la visita en una hora de juego, hasta que jugadores de ambos equipos comenzaron una pelea. Por lo que el árbitro tomó la decisión de suspender el encuentro y dar inicio al partido principal.
El encuentro comenzó antes de lo previsto para evitar problemas en las tribunas y calmar el malestar de los hinchas. Ya con el inicio del partido, Carlos Peucelle, jugador por el cual River recibe el apodo Millonarios, marcó el primer gol a los 16 minutos para darle la victoria parcial a los visitantes.
Pero Boca se repuso rápidamente, ya que a los 27 minutos Francisco Varallo cayó dentro del área, por lo que el árbitro Enrique Escola cobró penal. Pancho, como le decían al delantero Xeneize en ese entonces, ejecutó desde los doce pasos y Jorge Iribarren detuvo el remate. Pero luego de dos rebotes, el tercer máximo goleador de la historia Xeneize convirtió el empate.
Inmediatamente los jugadores del Millonario rodearon a Escola reclamando un pisotón sobre el arquero luego del segundo remate de Varallo. Situación que generó que el árbitro del encuentro termine expulsando a José Lago, Camilo Bonelli y José Balvidares acusando que los jugadores le habían pegado puntapiés en medio de la protesta. Los jugadores se negaron a retirarse del campo de juego, por lo que se dirigió a la casilla y suspendió el encuentro.
Los jugadores de River, junto con dirigentes de ambos equipos y un funcionario municipal, intentaron convencer al árbitro de reanudar el encuentro. Pero Escola se mantuvo firme con su decisión y pidió que los tres jugadores implicados se retiraran de la cancha. Estos se negaron, por lo que el árbitro cumplió con su palabra, y los tres jugadores terminaron detenidos.
Luego de un par de días, el Tribunal de Honor le dio la victoria a Boca en el primer superclásico del profesionalismo. Xeneizes y Millonarios no se volverían a cruzar hasta enero de 1932, en la última jornada del torneo. Partido en el cual los de azul y amarillo ganaron 3 a 0 en el antiguo estadio de River, ubicado en Alvear y Tagle, para consagrarse los primeros campeones del profesionalismo del futbol porteño.