Por Santiago Gutiérrez
“Tanto los Juegos Olímpicos como Paralímpicos tienen deportistas de alto rendimiento”, declara Luis Cristaldo, quien con tan solo 26 años, participa de su tercer juego paralímpico en París 2024. El quilmeño apunta alto y con precisión en la boccia, en la categoría BC2. Campeón del mundo en 2022, en tierras brasileñas, es una figura que los focos y las cámaras van a seguir de cerca, aunque siempre está con los pies sobre la tierra.
-¿Cuáles son tus metas para los Juegos Paralímpicos de París 2024?
-Yo en otros paralímpicos tenía una excesiva expectativa. Uno sabe que quiere ganar, pero es todo un proceso. Yo tengo 26 años y por ahí no será mi último juego. Entonces, quiero llegar a mi mejor forma, dar lo mejor de mí y tomarlo como un paso a paso. Ganar no es lo más importante.
-¿Trabajás con un psicólogo deportivo?
-Yo trabajo con Gustavo Ruíz (actual psicólogo de la Selección Argentina de Judo) desde Tokio 2020. Creo que todos los deportistas deberían tener un psicólogo deportivo porque a veces uno se siente perdido o muy abrumado, y no lo podés manejar. Ellos te dan las herramientas para manejar las emociones.
-¿Cómo trabajás la presión y la ansiedad?
-En boccia es todo pura cabeza. Es muy difícil si no estás bien con vos mismo, el poder manejar la ansiedad; por más que estés bien físicamente o seas muy talentoso, es imposible. Yo pasé por un momento así y todavía me estoy recuperando.
-¿Algunas veces el talento no alcanza?
-Sí, en Argentina tenemos mucho talento, pero pocos recursos. En otros países que sí tienen recursos es más fácil aunque no sean talentosos. Yo por eso valoro a todos los deportistas argentinos paralímpicos y olímpicos. Con clasificar ya es un montón.
-¿Qué es lo que más te gusta del deporte?
-Me gusta mucho la estrategia, la precisión y todos los valores que te da. El deporte me llevó a un montón de lugares que en mi vida imaginé que iba a estar, conocer gente que nunca imaginé que iba a conocer. El deporte me enseñó que mi discapacidad no es una limitación; y la constancia y disciplina que aprendés, lo podés aplicar en la vida.
-También la concentración y la precisión son clave…
-Los partidos duran 40, 45 minutos en los que tenés que estar constantemente enfocado en el juego. Siempre se van armando estrategias. Eso me encanta. También tenés que reconocer tus virtudes y las de tu rival.
-¿Cuando empezaste a practicar boccia?
-Empecé a los 12 años. Iba a una escuela especial y a una escuela convencional por la tarde. Me uní a los juegos bonaerenses y te iban probando en distintos deportes. Me mostraron primero atletismo, pero por mi discapacidad (parálisis cerebral) no podía y me derivaron a boccia. En alto rendimiento llevo 10 años compitiendo.
–¿Cómo fue ese proceso de ir a la escuela y competir al mismo tiempo?
–Al principio era raro porque no faltaba al colegio, pero con las concentraciones y los viajes tenía que faltar una semana o más. A mí me gustaba competir, con mis compañeros, y en el colegio empezaban a reconocer lo que hacía. Eso estaba buenísimo porque podía inspirar a los demás.