Julián Rozencwaig
El inicio de la fase final ilusionaba al plantel y a los hinchas argentinos con el punto de inflexión que suponía haber vencido a Nigeria sobre el final de la tercera jornada del grupo. Sin embargo, el enfrentamiento ante Francia fuela cara que expresó durante todo el Mundial: control de la pelota monótono, pero falta de juego.Pese al 59% de la tenencia albiceleste, el conjunto europeo logró 100% de efectividad y dejó afuera al conjunto dirigido porJorge Sampaoli, que igualmenteno se quedó atrás y consiguió jugar de igual a igual.
De cuatro disparos dirigidos al arco, tres fueron convertidos por Ángel Di María-en un tramo de partido impensado debido a la escasa profundidad que generaba grupalmente-, Gabriel Mercado y Sergio Agüero, quienes cerraron un 35% de eficacia en cuatro encuentros disputados -de 17 situaciones totales, 6 finalizaron en gol-.
La verticalidad para lastimar a los jugadores comandados porDidier Deschampsescaseó al igual que en el encuentro del 16 de junio frente a Islandia en adelante.Pases horizontales que no desequilibraron, pese al 85% de toques completos en la totalidad de la Copa del Mundo, mayoría de eso queJosep Guardiola, entrenador de Manchester City, denomina tiki-taka:“Pasarse el balón por pasárselo, sin intención ni agresividad”.
Los datos se asemejan a la derrota contra Croacia, que fue el partido en el que más sufrió junto al 4 a 3 del equipo galo al que le bastó con sociedades entre Antoine Griezmann, Paul Pogba, N´Golo Kanté, Olivier Giroud y Kylian Mbappé, quien explotó su habilidad ante los desajustes contrarios. Y, si en algún período del partido no alcanzaba con su esquema ofensivo, Benjamin Pavard, desde su franja derecha, compareció para clavar un derechazo en el ángulo derecho de Franco Armani.
Lionel Messi se acomodó en la mitad de la cancha para ofrecer opción de pase luego del primer gol francés cuando, previo a la contienda, fue ubicado como falso nueve. Posiblemente, el entrenador haya explicado indirectamente el porqué en la conferencia de prensa aludiendo a que los jugadores“son los que proyectan dentro del campo de juego”.
Se despidió de Rusia una Selección Argentina que nunca encontró su ideal ni los medios para aplastar al rival pero sí afrontó las adversidades-en el 2 a 1 ante Nigeria supo levantarse del penal en contra-. El combinado africano, su victoria frente a Islandia y la posterior victoria argentina fueron un atisbo de esperanza para estageneración de futbolistas que no soportó la falta de un proyecto insoslayable para abordar una Copa del Mundo pero imposible de gestar bajo los conflictos dirigenciales: el 38 a 38, la Comisión Normalizadora y otras divergencias como el paso de tres entrenadores son causas determinantes para el desempeño futbolístico.