Por Azul Ramos
Valentina Lemme se siente en casa en el Predio de Defensa y Justicia “José Lemme”, donde hay cuatro canchas de fútbol, una pileta, pasto donde hacen fogones y rondas de mates y un edificio de dos pisos. Ella se encuentra en el comedor: un salón cálido, con mesas largas y sillas blancas, muy cómodas. Hay algunas mesas y un ventanal enorme que funciona como pared. Pegado está la cocina, un lugar limpio y caluroso por la cantidad de hornos que hay. En el piso de arriba se encuentra la sala de juegos, con un pool, una mesa de madera para jugar juegos de mesa. Valentina es secretaria de Comunicaciones en el club. Colabora con las actividades de la pensión del club desde 2018. Es la nieta de Jose Lemme, presidente del “Halcón” por 28 años, e hija de Diego Lemme, actual presidente. Valentina comenzó en la pensión realizando tareas administrativas básicas y, al vincularse con los chicos, pasó a encargarse de actividades recreativas y del acompañamiento social. Con el crecimiento de la pensión, la estructura se profesionalizó e incorporó nutrición, psicología y rutinas deportivas para mantenerlos activos. Los mayores desafíos son el colegio y la ludopatía, problema que abordan con bloqueos, talleres y actividades para evitar el ocio.
-La pensión pasó de 14 a 40 chicos. ¿Qué cambió en el trabajo?
-Todo. Hoy hay cuerpo de pensión, nutrición, psicología y doble turno de gimnasio dos veces por semana. La estructura física es clave, porque si no los mantienes activos explota el caos. Les armamos actividades de seis a ocho y media, que es el horario donde aparecen las ideas y los experimentos peligrosos.
– ¿Cómo manejás el acompañamiento humano?
-Y tratamos de darle mucha importancia, ellos están lejos de sus casas y necesitan una familia acá. Por eso a principio de año hacemos Zoom con los padres para explicar qué decir y qué no y evitar que los carguen con culpas. La psicóloga, Pilar, sostiene todo: entiende la dinámica del vestuario y marca límites. Los chicos la respetan y la buscan.
-¿Cuál es el tema más complicado que les tocó tratar?
-Y el colegio es el frente más difícil. Tienen faltas por viajes, mala conducta típica de grupo, poca motivación. Ahí intervenimos: hacemos informes, ponemos apoyo escolar, insistimos en cumplir la rutina. Lo peor es que los padres, en general, piensan: “total, mi hijo va a ser jugador de fútbol”, y eso te complica mucho, porque no tenés un aliento de parte de los padres. Y después está la ludopatía
-¿Cómo manejan problemas más serios como la ludopatía?
-Bloqueamos IP de sitios de apuestas y trabajamos con una fundación que da talleres. También damos charlas y tratamos de buscar actividades para que no haya horas de ocio, porque en esos momentos son en los que uno tal vez no tiene nada que hacer y apuesta. Es silencioso y tentador. Es una batalla diaria.
-¿Por qué creés que lo hacen?
– Muchos apuestan porque ven plata fácil y, peor, algunas familias los impulsan. Los chicos cuentan que suelen pasarles plata a sus familias para el mes, el otro día un nene dijo que se había ganado 400 mil pesos y que ya se los había transferido a la mamá para que pague el alquiler. Esas son cosas que ya no podemos manejar, porque sabemos que a veces no juegan por ellos, si no que juegan por alguien más.
-¿Qué rol tienen las actividades recreativas?
-Son un puente para el vínculo entre nosotros. Solemos hacer muchas cosas que nos conecten con el barrio y con la historia también, por ejemplo, visitamos veteranos de Malvinas, bomberos, una casa de recuperación donde hacen huerta y oficios. Ellos vienen al club y compartimos rondas de mate o partidos. Ese intercambio baja tensiones y les da perspectiva.
-¿Qué valores buscan transmitir?
-Familia, respeto, cuidado del lugar, gratitud por la oportunidad. De noche, después de cenar, se arma una ronda de mate y hablamos de esfuerzo y sacrificio. Para muchos, somos la única red afectiva. Pienso que el hecho de estar presente, tanto mi familia como yo, hace que ellos sientan que también somos su familia. Y que estamos para lo que necesiten, ese es el rol que me gusta cumplir. Me gusta acompañarlos, incluirme en las actividades, generarlas, desde acompañarlos al peluquero a organizar cumpleaños personalizados. Son detalles que para ellos valen oro.
-Para que el equipo funcione como una gran familia, es importante que todos se relacionen entre sí. ¿Cómo manejás las diferencias de edad dentro del grupo?
-Es medio complicado pero gracioso, los de 11 creen que tienen 20 y los de 20 se comportan como de 11. Mezclarlos ayuda. Comparten rutinas, gimnasio, comidas, juegos. Está bueno, se dan un acompañamiento entre sí.
-¿Qué relación tienen con los jugadores del plantel profesional?
-Los que estuvieron en la pensión suelen estar muy presentes, asisten a las fiestas de fin de año, a veces vienen un rato. Una anécdota muy graciosa fue cuando Lisandro Martínez vino a visitar a los chicos y bajó en helicóptero, los chicos se volvieron locos.



