jueves, diciembre 11, 2025

Juan Ignacio Calvete, una vida dedicada al Calamar

Por Benjamín Rusiñol y Franco Minervini 

Desde chico tuvo dos pasiones: el fútbol americano y el Club Atlético Platense. Con el tiempo, supo incorporar conceptos de ese deporte al análisis de datos en su amada institución, y los resultados futbolísticos fueron más que exitosos. Hoy, a sus 43 años, desde una modesta oficina dentro del club de Vicente Lopez, con una moderna computadora de escritorio y ocho carpetas tamaño oficio llenas de información, Juan Ignacio Calvete es una de las piezas fundamentales de la institución. Todos los días viaja por la Avenida Cabildo en el 59, baja por Puente Saavedra y camina cinco cuadras para ingresar por el portón de la calle Juan Zufriategui 2021. A pocos metros del estadio, a partir de las 9 de la mañana comienza su jornada laboral, mientras se prepara un café y espera indicaciones del cuerpo técnico. 

En 2017 dio sus primeros pasos en una cancha de fútbol trabajando como entrenador de arqueros en Divisiones Inferiores en Excursionistas. Mientras tanto, realizaba un curso en el Instituto de River para ser Director Técnico, que siempre fue su sueño: “Vi al video análisis como una ventana para poder meterme en ese mundo. Siempre estuve ligado a las cámaras, a la edición de video, por lo que siempre tuve una base por fuera de este trabajo”, afirmó.

En 2018, cuando Platense ascendió a la Primera B luego de 8 años, Calvete finalizó su capacitación como técnico e inmediatamente ejerció como entrenador alterno de la 7ma División de Excursionistas, donde seguía formando jugadores juveniles. Ese fue el momento donde todo cambió para su desarrollo profesional. En sus primeros partidos incorporó un sistema sumamente innovador, que consistía en adaptar habilidades de desmarque del fútbol americano a las canchas de fútbol. Y los resultados fueron brillantes. 

Entonces, en 2019, una mañana como cualquier otra se despertó confiado en que su plan podría gustarle a Pablo Bianchini, quien hace solo un mes había asumido como presidente, y Calvete tomó la decisión que impulsó su carrera. Llevó la novedosa idea a Platense y al año siguiente se sumó a la reserva, donde creó el proyecto “Goles que unen deportes”, basado en aplicar los desmarques del fútbol americano al fútbol tradicional. Al poco tiempo comenzó a trabajar con el plantel profesional cuando asumió el nuevo técnico Juan Emanuel Liop y -sin saberlo- su vida cambiaría:

Me quedé toda la noche sin dormir y fui al día siguiente preparado para mostrarle toda la información posible de Belgrano. Justo ese jueves fue el último partido antes de que cerrara todo por la pandemia –recordó Calvete sobre su debut. 

Luego del tan esperado regreso a Primera en 2021 -22 años después-, Platense cumplió con creces el objetivo de mantener la categoría y quedó en la 18ª posición entre 26 equipos en la liga. En la temporada siguiente, al principio con Claudio Spontón como entrenador y después con Omar de Felippe, bajó un solo puesto. Se construyó un equipo fuerte en Vicente López, que crecía tanto dentro como fuera del césped con profesionales comprometidos. Calvete fue uno de ellos, aunque su trabajo muchas veces pase desapercibido:

Nosotros (los analistas) lo que tenemos que hacer es recopilar toda la información del rival que vamos a enfrentar, hacemos tareas del postpartido y realizamos los informes del juego propio. También enviamos recortes individuales de las acciones de los jugadores –explicó. 

En 2023 Martín Palermo tomó el mando del equipo y llegó con su propio cuerpo de trabajo, incluyendo un analista de video. Aunque esto podría representar una amenaza para Calvete, se supo adaptar rápidamente al trabajo en dupla: “Cuando vienen con un videoanalista está buenísimo porque te repartís las tareas. Es algo positivo, siempre cuatro ojos van a ver más que dos”, aclaró.  

Mientras tanto, Platense fue subcampeón de la Copa de la Liga 2023, donde perdió la final 1-0 ante Rosario Central. Este fue el primer gran indicio de lo que llegaría más tarde: el primer título en la máxima categoría. En febrero de 2024, tras la salida de Palermo, asumió la dupla técnica integrada por Favio Orsi y Sergio Gómez, quienes sumaron 27 jugadores en apenas diez meses. Además, conformaron un equipo de trabajo con dos analistas de video -entre ellos Calvete- y dos ayudantes de campo.

En la Copa de la Liga 2025 finalizaron sextos en la Zona B y tuvieron el desafío de visitar el Cilindro de Avellaneda para enfrentar a Racing, que había quedado tercero en la Zona A. Con un triunfo agónico de 1-0 en el cierre del partido, Gómez comenzó a tener la sensación de lograr la hazaña: “Yo creo que ahí pensamos ´che ojo, estos pibes están metidos´. Era cuestión de observar en los videos dónde iban a encontrar el espacio, y todo eso sucedía dentro de la cancha”, explicó el técnico. 

En los cuartos de final ante River en el Estadio Monumental, el oculto protagonista volvió a aparecer: Juan Ignacio Calvete tenía el desafío de descubrir cómo frenar a Franco Mastantuono, la joven figura riverplatense. Pasó dos días y casi una noche completa investigándolo, y llegó a descargar 37 archivos de sus mejores jugadas que todavía mantiene en su computadora. Luego de numerosos estudios y charlas, el analista descubrió cómo neutralizarlo:

Sabíamos que el tipo (Mastantuono) siempre encaraba para adentro, por lo tanto Tomás Silva lo salía a presionar sin darle espacio y automáticamente tenía que caerle un 5 desde el medio, porque sino Franco te pateaba al arco o te metía un pase filtrado y sonábamos –desarrolló Calvete.  

Como si fuera poco, en las semifinales se deshizo de un grande más: San Lorenzo de Almagro fue otra de las víctimas de Platense, que con mucho coraje y solidez defensiva se hizo fuerte y ganó 1-0, otra vez, de visitante. Esa noche Vicente López fue una fiesta, con un estadio colmado festejando la clasificación a final. 

Ahora sí, ya en la última instancia, “el Calamar” fue a tomarse su propia venganza de lo que fue la fatídica noche con Rosario Central en 2023. En frente estaba el Huracán que había peleado hasta el desenlace la liga pasada contra Vélez. En un partido paralizado por los nervios, tanto afuera como dentro del campo, la paridad parecía inquebrantable. Sin embargo, a los 63 minutos la pelota quedó picando en el área y un zurdazo de Guido Mainero hizo explotar el estadio Madre de Ciudades y todo Vicente López, dándole el título y la clasificación a Platense para la próxima Copa Libertadores que la jugará por primera vez en sus 120 años de historia.

Juan Ignacio Calvete pasó del análisis de video en la reserva a gritar campeón en Primera, y en 2026 recorrerá el continente. Los dos cuadros que tiene en la pared blanca de su oficina describen su historia. Uno es un imponente escudo de Platense de casi un metro de altura. En el otro está él sosteniendo el trofeo luego de la consagración con una sonrisa de oreja a oreja, la camiseta marrón y su bandera que hace de bufanda, un largo gorro de carnaval y la hinchada de fondo. Y sigue soñando con -desde su lugar- colaborar para nuevamente llegar a lo más alto y en un futuro no tan lejano ser el entrenador del club de sus amores: 

Me quiero quedar en Platense a morir porque soy hincha y estamos viviendo un presente hermoso. En 5 años viví un ascenso, en Primera División salimos segundos y un tiempo más tarde salimos campeones. Todo lo que me propongo, aparece. Entonces entiendo que hay que resistir, que las cosas a la larga van a llegar –concluyó Calvete aguantándose la emoción. 

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