Por Joaquín Valverde
Bahía Blanca fue la ciudad que trajo el básquet al país, y se hace extraño que ningún equipo bahiense conforme hoy la primera división argentina, la Liga Nacional. Los clubes tienen buena calidad de jugadores, infraestructuras y canchas de primer nivel. Pero aun así, a pesar de su historia, y a pesar de su inversión en el deporte, la ciudad no cuenta con ninguna institución en la Liga Nacional. No obstante, Bahía Blanca va a seguir siendo respetada y honrada por su maravillosa historia. Es la capital del básquet argentino.
Todo comenzó el 21 de mayo de 1910, cuando se llevó a cabo el primer juego de básquet en Bahía Blanca, entre marineros norteamericanos que visitaban la ciudad. El encuentro fue pactado para que ocurriera en la antigua Iglesia Metodista, ubicada en Belgrano, entre las calles Dorrego y Lamadrid. La disciplina llegó al sur de la provincia de Buenos Aires apenas 19 años después de su invención en Estados Unidos (1891). El básquet era un fenómeno en potencia, que le sirvió a la ciudad para crecer desde lo cultural, social y estructural, llegando a que en 2017 el gobierno de Mauricio Macri promulgue la Ley 27.380 que reconoció como capital nacional del básquet a Bahía Blanca.
Fue tal el crecimiento del básquet, que debido a la gran masa de jugadores y clubes que ya había en la ciudad, el 11 de enero de 1929 se creó la Asociación Bahiense de Basket-Ball (ABB), posteriormente llamada como la conocemos hoy, Asociación Bahiense de Básquetbol. Olimpo, Liniers, Estudiantes y Pacífico fueron las cuatro instituciones fundadoras de la ABB. Casi diez meses después, la Asociación inauguró el primer campeonato de Primera División del básquet bahiense. El campeón fue Pacífico, club fundador, que venció 18 a 16 a Olimpo.
La Primera División le dio identidad a la ciudad, atrayendo a cada vez más público y a más clubes para que sean parte de la competición. Bahía Blanca manejaba su propio mercado en el básquet, y eso empezaba a llamar la atención en otros sectores del país. 53 torneos bahienses pasaron, incluyendo el de 1929, hasta la creación de la Liga Nacional de Básquet, el 26 de abril de 1985.
Aquel día fue histórico para el deporte en Argentina, pero no solamente porque se inauguró la mejor liga del país, sino porque el debut de la competición tuvo lugar en la cuna del básquet argentino, en Bahía Blanca. Aquel 26 de abril, en la cancha de Independiente de Bahía Blanca, Pacífico y Atenas de Córdoba dieron comienzo a la LNB (foto) y una nueva página empezaba a escribirse en el básquet nacional. El debut no podía tener mejor resultado: el conjunto bahiense venció 90 a 82 a Atenas. El primer campeón del básquet de Bahía se convertía en el primer equipo en ganar en la Liga Nacional. Ya no eran coincidencias: la ciudad estaba destinada a triunfar en el básquet.

Aun así, en las 42 ediciones que tuvo la LNB, ningún club bahiense consiguió quedarse con el título. Lo más cerca que estuvieron fueron dos subcampeonatos: el primero lo obtuvo Olimpo en 1986 (segunda edición), que perdió 3 a 1 en la serie ante Ferro Carril Oeste, y el segundo subcampeonato lo obtuvo Estudiantes en la temporada 1990/91, cuando cayó 4 a 2 ante Gimnasia y Esgrima y Pedernera Unidos (GEPU). En estas cuarenta y dos campañas, tan solo cuatro equipos bahienses tuvieron la posibilidad de estar en la máxima categoría del país: Olimpo, Pacífico, Estudiantes y Bahía Basket, último conjunto de la ciudad en disputar la Liga Nacional (2020-21).
A medida que iban pasando los años, a Bahía Blanca le iba conviniendo cada vez menos formar parte de la LNB. En las primeras ediciones, Olimpo, Pacífico y Estudiantes formaban parte del torneo, logrando competir y quedar en puestos altos de la tabla, como dos subcampeonatos. Pero en las últimas temporadas el único que estuvo fue Bahía Basket, que le compró la plaza en 2011 a Estudiantes de Bahía Blanca.
Desde 2012 hasta 2021 (nueve ediciones), Bahía Blanca formó parte de la Liga Nacional. Luego del descenso a la Liga Argentina, el conjunto bahiense tocó fondo ya que no pudo mantener la plaza de la segunda categoría y se vio obligado a caer al Torneo de Segunda División Bahiense. La Liga se le hizo muy costosa a la institución, siendo imposible mantener los sueldos y los viajes a otras provincias, que hacían que el club se mantenga.
Sebastián Ginóbili (foto) jugó la Liga Nacional con Estudiantes de Bahía Blanca en 1997 y 1998, y además dirigió por siete temporadas a Bahía Basket (de 2013 a 2019). Ahora es director técnico de Villa Mitre, club que disputará la edición 2025/26 de la Liga Argentina. Ginóbili explica acerca de las ausencias de los equipos bahienses en la máxima categoría del básquet argentino: “Pasa mucho por el apoyo económico. Hoy el básquetbol argentino implica un montón de dinero, no solamente en contratación de jugadores sino en logística. Hoy la Liga es cara. Las estructuras de los clubes de Bahía son en general chicas. Son clubes de barrio donde se mueve todo con mucho esfuerzo. La Liga Nacional es otra cosa, es otro tiempo que tenés que meter y es otro dinero que tenés que tener. Hoy no es tan sencillo para Bahía tener un equipo a nivel superior”.

Además del gran gasto económico que implicaría para un club de Bahía Blanca formar parte de la Liga Nacional, otra de las principales razones por las que los equipos bahienses dejaron de ser competitivos a nivel nacional es porque se estancaron en la producción de talento. En la época de la Generación Dorada en los Juegos de Atenas 2004, Bahía Blanca sacó a Alejandro Montecchia, Juan Ignacio “Pepe” Sánchez y Emanuel Ginóbili, pilares fundamentales en aquel momento para la selección argentina. Y en la década de 1990, Hernán Montenegro y Juan Espil eran los grandes jugadores que había producido la ciudad. Si nos retomamos al presente, la selección argentina que terminó segunda en la FIBA AmeriCup 2025 no tuvo a ningún bahiense, al igual que Boca, el último campeón de la Liga Nacional 2024/25.
Daniel Frola (foto), entrenador bahiense que dirigió en la LNB a La Unión de Formosa y entrenador en jefe de las selecciones en Chile (2015-2020), ahora está trabajando en conjunto a Pablo Coleffi para la empresa Lou Sport, la que organizó ya varios eventos con la institución Bahiense del Norte. Después de trabajar con chicos de Bahía, Frola comenta que los clubes de la ciudad son muy competitivos y que en el último tiempo se concentraron más en la competencia regional que en formar a jugadores para competir en el primer nivel: “Lo que le falta a Bahía Blanca es calidad. Y esto se debe a que hoy los clubes están llenos de chicos; entonces, no hay espacio para la tecnificación ni para el trabajo individual. El crecimiento del básquet en todo el país hizo que Bahía no genere tanto talento como el que generaba antes”.

Al igual que Frola, Coleffi tiene una mirada muy crítica con respecto a la formación de jugadores de alto rendimiento. Coleffi fue por más de diez años entrenador de la Liga Nacional, en clubes como: Atenas de Córdoba y Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, y además, tuvo un breve paso por Bahía Basket en 2013. “Hoy los clubes están abarrotados de gente -dice-. Emergió el básquet femenino y eso hizo que el masculino tenga que ceder horarios. La pandemia llevó a que los clubes estén explotados en cantidad pero no en calidad. Con tres o cuatro entrenamientos de una hora por semana, ningún jugador va a poder progresar”.
La competencia apareció para Bahía Blanca. El básquet se popularizó en la Argentina y ahora las provincias de Santa Fe y Córdoba son las que más jugadores de élite producen. Jugadores de aquellas provincias abundan en la Liga Nacional y en la selección argentina. Sin embargo, es inevitable decir que el nivel de la Liga y de la selección bajó porque Bahía Blanca dejó de producir grandes promesas para el básquet argentino. Luego de la Generación Dorada, solamente dos bahienses pisaron el seleccionado de la mayor, Nicolás Richotti y Lucio Redivo, jugadores incomparables con Pepe Sánchez, Manu Ginóbili y el Puma Montecchia. La calidad de los basquetbolistas en el país bajó considerablemente, y esto va de la mano con el mal presente que afronta la selección y la LNB.
Guillermo Vecchio (foto), entrenador de la selección entre 1991 y 1996, y formador de Manu y Pepe, destaca las principales razones de la decadencia que tuvo el deporte a nivel nacional: “No veo que haya un programa real de reclutamiento. Hay chicos de la selección que les veo las caras y no los conozco. Esto habla de que estos jugadores que aparecen no cuentan con mucha trayectoria, vienen todos de Europa. Se exprimió tanto a la Generación Dorada, que ahora no hay ninguna figura. El nivel de Bahía Blanca bajó naturalmente”.

El básquet argentino está pasando por su peor momento. La selección ya casi no compite a nivel internacional y los jugadores que representan al país se crían prácticamente en Europa. La Liga Nacional bajó demasiado el nivel, siendo solo un negocio para los clubes con apoyo político y para las instituciones grandes cuya disciplina principal es el fútbol.
Ante el declive que tuvo el básquet, Bahía Blanca se vio totalmente afectada. La ciudad ya no tiene una institución que los represente en la Liga Nacional, ni tampoco una figura que destaque en Europa, en la NBA o en la propia selección. El torneo de Primera División Bahiense no es tan vistoso y la producción de talentos de élite es cada vez menor.
Bahía Blanca comenzó con la formación del básquet en Argentina y por eso es que todavía tiene esperanzas. Bahía tiene su gente, sus clubes y más de 45 canchas, entre las que son gratuitas y la de las instituciones; es cuestión de tiempo para que la ciudad crezca y vuelva a estar en lo más alto de Argentina. No por nada la llaman todavía “la capital del básquet argentino”.



