jueves, diciembre 11, 2025

Los esports son el futuro, pero Argentina se queda atrás en talento

Por Matías Amado González

En Argentina, el deporte es una manera de cumplir sueños, pero además, es una manera de vivir. Un país en donde los potreros sacan campeones del mundo en fútbol y los clubes de barrio forman a atletas medallistas olímpicos en básquet, hockey y vóley. Esta nación está acostumbrada a producir talento en todas las disciplinas, en el pasado o en el presente. A comienzos de la última década empezó a crecer un fenómeno inesperado que no se veía como el deporte tradicional, pero que tenía a miles de seguidores pegados a una pantalla.

El League of Legends nació en 2009 como un videojuego gratuito para computadora en donde cinco personas se unen en un equipo para poder derrotar a otra misma cantidad de jugadores en partidas que suelen durar entre 30 y 45 minutos. Lo que parecía un simple entretenimiento en línea se convirtió rápidamente en un esport competitivo, con estadios llenos, ligas profesionales, entrenamientos diarios y fichajes que recuerdan al fútbol, además de traer audiencias que dividían y representaban, como con las del deporte tradicional, una pasión. En ese esquema gigante, como siempre, Argentina logró convertirse en una fábrica de talentos.

La Liga Latinoamericana (LLA) era entonces el puente, ya que reunía a los mejores de la región debido a su reglamento, que obliga a contar con planteles en su mayoría conformados por jugadores latinos. Ahí, Argentina brillaba porque hay talentos como en el fútbol. En el LoL, el orgullo argentino se vio reflejado, en los inicios de la década del 2000, con jugadores como Brandon “Josedeodo” Joel, Leandro “Newbie” Marcos y Lorenzo “CEO” Tévez, entre muchos. Eran representantes argentinos en la LLA que llegaban a pisar el gran escenario internacional, conocido como Worlds, muy parecido al Mundial de Clubes de la FIFA.

La LLA se convirtió en un objetivo que el argentino en la Liga Nacional (LRS) podía llegar a tener. Del mismo modo que la Liga Argentina impulsa a futuros cracks del fútbol, los mejores recibían ofertas de ligas mayores, especialmente la norteamericana (LCS) y, en algunos casos, la europea (LEC). Se volvió un ciclo del deportista: del club de amigos, al equipo nacional, y de ahí al escenario global.


Desde 2011 hasta 2024, se veía la posibilidad de que eventualmente los latinoamericanos pudieran hacer pie en el mundo. Pero los problemas económicos matan al talento. A inicios de 2025 se anunció que la LLA dejó de existir y se empezó a vincular la chance de unir a todo el continente americano. Un cambio que afectaría drásticamente al talento argentino, y que dejaría las puertas casi cerradas para la progresión. La oportunidad de enlazar los niveles de América en dos Ligas de América (LTA): LTA Sur, que a fines de 2025 volvió a ser la CBLOL y LTA Norte, ahora LCS. La LTA no solo fue un producto que fracasó, sino que por exposición volvieron a los nombres de antes. Esto significa que el producto final es la extinción de la LLA.

La Liga Latinoamericana pasó a ser un simple recuerdo en la mente. La LTA Sur fue el producto de la liga brasileña, también conocida como CBLOL (equipos reconocidos como LOUD, FURIA y paiN Gaming). Y la LTA Norte, fruto de la LCS, que era la liga estadounidense. Los argentinos y latinoamericanos no solo habían perdido su casa, sino que habían sido invitados a ligas donde no son bienvenidos.

La nueva estructura solo permite dos equipos provenientes de lo que fue la LLA, por lo que en la LCS queda Lyon, que representa la unión de Rainbow 7 y Six Karma, dos de los equipos latinos; y en la CBLOL, el equipo argentino Leviatán fue el indicado. Isurus Gaming, otra organización argentina, se unió a través del cupo de invitados a la LTA Sur, dejando así solo la imagen de tres equipos de la LLA en pie. Una gran movida de marketing para Riot y una perdición para la LRS.

La creación de las ligas americanas también tuvo como otro objetivo eliminar la obligación de contar con mayoría de jugadores latinoamericanos. Por lo que los cupos comenzaron a ser ocupados por norteamericanos o brasileños debido a la alta diferencia en nivel. Muy parecido a como sería el caso de llevar, por ejemplo, a Deportivo Riestra a la Premier League. En cuestión de meses, muchos argentinos que habían peleado su lugar fueron desplazados.

Pedro Luis “Lyonz” Peralta, uno de los pocos jugadores que todavía se mantiene en competencia bajo el equipo Lyon, lo resume con crudeza: “Somos mucho mejores que los otros, solo que el mercado dicta y es muy difícil combatir con el prejuicio de Norteamérica”. Su frase refleja una tensión conocida en muchos deportes: no siempre se gana siendo el más talentoso. Algo parecido se puede decir de la Liga Profesional de Fútbol de la AFA, ya que, con el paso de los años, el mercado europeo y la economía hicieron que ventas se terminen dando sin opción ni elección, generando un bajón en el potencial de la liga.

El 2 de febrero de 2025 fue el punto de inicio en la final de la apertura de la LTA Sur; todo era una fiesta, la música invadía el Riot Games Stadium y en Sao Paulo había una bandera que se movía de lado a lado: la argentina. Alzándose con esperanza y orgullo. Siete argentinos había en el escenario; se convertían en la muestra de que todo sería para mejor. Se enfrentaron Isurus y Estral contra Leviatán por el primer puesto en las clasificaciones hacia el intrazonal. Se alinearon los mouses, tales como en el fútbol se hace con la pelota; se calibraron las pantallas, con sus colores azules, tal como en el deporte tradicional se haría con un estadio y el verde del pasto; y arrancó, en la Grieta del Invocador, la pelea.

“Nos dejamos el físico y el alma para representar al país y a la región que nos apoya”, cuenta Cristian Gabriel “Khynm” Alonso Roussy, DT argentino de Lyon Gaming. Los jugadores, cada un segundo, soltaron una nueva estrategia debido al cambio constante en el juego. Y mostraron un esfuerzo similar al de cualquier deportista: sacrificio personal, disciplina y un objetivo claro que parece revivir, ganar el torneo disputado esa tarde.

La gente en el Riot Games Stadium explotó con sensaciones; podía llevárselo cualquiera. Era una de esas partidas donde ni el espectador ni el analista podrían haber dicho cómo terminaría la historia. Con un solo clic, todo podría haberse decidido, y el “campeão”, como sonaba en la voz del relator oficial brasileño Diniz Albieri, sería finalmente coronado. El campeón de la LLA en 2024, Estral, junto a su ahora compañero y antes rival, Isurus, salieron campeones del primer split de los tres que se jugarían ese mismo año inicial. El talento argentino se acercó de esta manera más al de Franco Mastantuono yéndose al Real Madrid, que a la extinción. Repetían la historia y una vez más levantaban el trofeo. La LLA no se había ido. ¿O sí?

El 5 de abril de 2025 sería la hora de la verdad; arrancaba el primer torneo de la LTA Sur y Norte, arrancaba el Split 2 de 3. Pero este era el real porque el premio máximo era la clasificación al primer torneo internacional del año, el tan deseado MSI. “Nos vendieron la idea de que la fusión iba a darnos más exposición. Lo único que logró fue taparnos. Jugadores argentinos con nivel de mundial están sentados en sus casas mirando cómo otros ocupan su lugar”, dice Nicolás “Newbie” Rubiano.

“Brasil protege a sus jugadores, NA protege a los suyos. Nosotros quedamos en el medio, sin respaldo, como si no importáramos. Y eso que demostramos que podíamos competir de igual a igual”, dice Pedro Luis “Lyonz” Peralta.

Los argentinos lo sabían; este resultado del primer trimestre que se había dado no era un título bisagra, era una muestra de que iban a estar solos. El MSI era algo que se había escapado en 2017, quedando octavos. Luego, en otros años, moviéndose por la idea de entrar a cuartos. La LLA siempre era noticia por su juego creativo y agresivo. Todos esperaban lo mismo cuando llegaban los play-ins: “¿Qué sucederá este año con los latinoamericanos?”.

Pero ese 5 de abril de 2025 iba a ser el último día de la esperanza. La LTA Norte demostró ser mucho para el talento nacional. La LCS era muy poderosa en su base, por lo que a Lyon y sus argentinos tuvieron que empezar a buscarles reemplazos que apoyen la económica para disputar una liga de alto nivel. Mientras que la LTA Sur, si bien en la previa parecía, esperanzadora, con el paso del tiempo pasó lo contrario: las partidas costaban, los brasileños se llevaban las victorias y los puestos caían. “Ahora sí se jugaban el orgullo internacional”, avisó el relator Albieri. De esta manera, el sueño se apagó. Terminaría el Split 2 y arrancaría el 3, pero no era uno de progreso, sino que era una emboscada. Worlds, el Mundial de League of Legends, se colocó más lejos para Argentina y sus compatriotas.

Worlds es el máximo evento del año. Y es que, como apuntan los fans que van a ver los partidos de la LRS, el día que presencies un estadio de Worlds, entenderás por qué el esport es uno de los deportes más emocionantes que hay, y que no es simplemente un juego.

Por ejemplo, el momento más recordado por el público es cuando Brandon “Josedeodo” Joel, en 2020, le ganó a los representantes chinos de LDG, convirtiéndose en figura internacional. Justo como cuando Riquelme sorprendió al Real Madrid. Dejando un impacto en todo el mundo que hoy no existe.

“¿Cómo le explicás a un chico de 17 años que, aunque sea buenísimo, no va a pasar de la liga nacional? En el fútbol al menos existe el ascenso. Acá, no”, apuntó Cristian Gabriel “Khynm” Alonso Roussy. Aun así, en cada fecha de la LRS, el público sigue estando, pero los clubes argentinos ven reducido su margen de acción, las transmisiones locales pierden audiencia y los patrocinadores buscan asociarse con regiones que tengan mayor exposición internacional. Argentina siempre fue capaz de producir talento, incluso en peores contextos. Pero el esport, al depender de reglas y entidades internacionales que no siempre buscan lo mejor de una región, deja mucho menos margen para fabricar el potencial.

Hoy, la gran pregunta es si Argentina sostiene su lugar en el mapa global o si termina viendo cómo los frutos de la LRS y la previa LLA terminan desvaneciéndose, atrapados en ligas menores. La sensación es obvia: se está desperdiciando una generación brillante. Por el momento, la historia del deporte argentino demuestra que siempre se puede llegar a volver, pero en esta ocasión la participación internacional del producto argentino no se dará por dentro de un largo tiempo. “Es frustrante. Antes sabías que con trabajo duro podías llegar a la liga más grande de tu región. Ahora, aunque seas el mejor, no alcanza. El sistema ya está en contra tuya”, dice Franco Ceo López.

Más notas