Por Facundo Mariño
El béisbol se posiciona, con un aproximado de 65 millones de personas, entre uno de los 12 deportes más practicados del mundo. No así en Argentina, la tierra donde el fútbol, el tenis y el rugby predominan. Con una comunidad que en la última década creció de forma exponencial, el béisbol escaló puestos en la consideración dentro del deporte argentino. Esto podría atribuirse, en su mayoría, al incremento de la migración venezolana en los últimos diez años. Según un estudio del Registro Nacional de las Personas (RENAPER), la población venezolana en Argentina, que constituía el 0,7% en 2012, experimentó un importante aumento, alcanzando el 39,3% en 2020.
Sergio España, beisbolista amateur nacido en Venezuela y radicado en Argentina, resalta las diferencias infraestructurales entre su país, una de las selecciones potencia del deporte masculino (ocupa el sexto puesto en el ranking mundial de selecciones), y Argentina. España comenzó a practicar a los tres años el deporte de manera recreativa en su país natal. Unos años después ingresó a la Escuela de Béisbol Menor Ingenieritos, en Puerto Ordaz, estado de Bolívar. Ya con 26 años, viajó a Argentina y comenzó a practicar el deporte en el Club Comunicaciones, para, en 2024, pasar a formar parte del Club Dirección Autárquica de Obras Municipales (DAOM). Habiendo jugado en Comunicaciones y DAOM, remarca una diferencia importante de instalaciones. DAOM posee una cancha de césped sintético destinada a la práctica del béisbol, no así Comunicaciones, que tiene una cancha de fútbol utilizada principalmente por las divisiones inferiores del club, que cuando no está en uso, los arcos son removidos y las bases del béisbol son colocadas en sus lugares.
La Escuela de Béisbol Menor Ingenieritos, en comparación a los clubes argentinos, presenta diferencias. En Venezuela, la mayoría de lugares donde se practica y entrena béisbol suelen ser escuelas designadas exclusivamente al béisbol, a diferencia de Argentina, donde suelen ser clubes polideportivos.
A pesar de las carencias infraestructurales, Argentina cuenta con ligas y competiciones regidas por una asociación nacional. En el presente, la entidad que organiza el béisbol en el país es la Federación Argentina de Béisbol (FAB). En cuanto al masculino, la FAB se encarga de organizar algunas ligas: Liga Argentina de Béisbol (LAB), nacida en 2017, es en la actualidad la principal competencia federal y reúne a los siete equipos de las tres provincias donde más béisbol se practica: Buenos Aires, Córdoba y Salta. Estos clubes son DAOM, el último campeón; Vélez y Patriots (Buenos Aires). Hawkers y Dolphins (Córdoba); y Cachorros y Popeye Béisbol Club (Salta), el club que más veces ha campeonado.
Agustín Tissera, integrante de la selección mayor de béisbol y jugador del Club Dolphins de Córdoba, cuenta cómo comenzó en el deporte y su actualidad en la Liga Argentina y en el seleccionado: “Empecé a jugar a los nueve años con amigos en la plaza por ver el deporte en la TV; después nos enteramos de que había un club de barrio donde se podía practicar béisbol y estaba federado. Por eso comenzamos ahí”. Se trata de Alas Argentinas de Córdoba, un club social y deportivo donde el fútbol, tenis, hockey, básquet y béisbol se practican. Respecto a las instalaciones de Alas Argentinas en ese momento, Tissera las define como “precarias” y agrega: “No había una cancha de béisbol en sí, solamente un rectángulo de tierra y un cage (jaula de bateo) para batear”. Con el paso de los años, el nacido en Córdoba fue mejorando beisbolísticamente y pasó al Dolphins, uno de los equipos más importantes de la LAB. Allí, las mejoras en la infraestructura fueron notables: el club posee un campo exclusivo para el deporte y con medidas casi reglamentarias.

Por su parte Facundo Fraiman, actual jugador de Ferro y ex entrenador de Comunicaciones, habla sobre su camino en el deporte, denotando cómo cambió el béisbol a lo largo de los años. A los seis años comenzó jugando en el club Alas Argentinas (AFALP), en Ciudad Jardín, Palomar. Allí, Fraiman cuenta que los recursos eran muy precarios: “Cero importancia de nada, el que tenía algo era porque se lo traía de afuera. Si no, el club tenía dos bates por categoría de material aluminio y muy gastados”. Respecto a las pelotas, el ex entrenador de Comunicaciones cuenta que cuando se gastaban, le sacaban el cuero y las encintaban para poder seguir utilizándolas. No existió un gimnasio destinado a los deportes amateurs hasta varios años después. En comparación a AFALP, los clubes donde luego Fraiman estuvo, contaban con algunas mejoras de instalaciones. En Júpiter, donde jugó cuatro años, no tenía que compartir el campo con otras disciplinas porque el club contaba, y aún cuenta, con una cancha destinada exclusivamente al béisbol.
El béisbol femenino fue ganando reconocimiento, muchas veces de la mano del sóftbol, su deporte hermano. Durante décadas, el sóftbol fue la principal opción para las mujeres interesadas en deportes de lanzamiento de pelota, ya que el béisbol estaba reservado casi exclusivamente para los hombres. No obstante, el béisbol femenino ganó popularidad en el país en los últimos cinco años. Un ejemplo de este crecimiento es la selección mayor, integrada por mujeres nacidas de 2005 en adelante. Sin embargo, la falta de recursos económicos se hace notar. Mediante su cuenta de Instagram, la selección femenina buscaba recaudar fondos para poder viajar, y es que desde el 19 de septiembre al 27 representarían al país en los Juegos Panamericanos de Venezuela. Finalmente, los resultados deportivos fueron negativos, terminando en la última posición tras perder sus 4 partidos disputados.
Julieta Rodríguez, jugadora de Escuelas Cordobesas de Béisbol y Softbol (ECByS), comenta que en 2022 comenzó a practicarlo allí y recuerda: “Empezamos siendo cinco locas enamoradas del deporte y ahora somos un equipo completo. Se fueron agregando de a poco todas, y se contagian…”.

Hay un deporte que se suele relacionar con el béisbol por sus similitudes. Se trata del softbol, una práctica que surgió en Estados Unidos a fines del siglo XIX como derivación. Al igual que el deporte original, el sóftbol se compone de dos equipos de nueve jugadores que tienen como objetivo anotar la mayor cantidad de puntos tras batear la pelota y pasar por cuatro bases hasta llegar al “home”. Las principales diferencias son la pelota y la técnica de lanzamiento. En el béisbol, la pelota suele pesar entre 142 y 149 gramos, mientras que en su derivado, el peso varía entre 177 y 198 gramos y, además, suele ser de un color amarillo o verde claro. En cuanto a la técnica, el lanzador tira la bola por debajo del hombro y no por encima, como en el béisbol.
En Argentina, el deporte se afincó en la provincia de Entre Ríos, donde se fundó la Federación Argentina de Sóftbol, que rige al Campeonato Nacional de Clubes de Sóftbol Argentino, principal torneo de equipos en el país. Reúne a los principales equipos y está compuesto por cuatro zonas: Zona Campeonato, Ascenso, Promoción y Estímulo, clasificadas por jerarquía.
El seleccionado masculino del país es considerado potencia mundial y ocupa el tercer puesto en el ranking mundial de la World Baseball Softball Confederation (WBSC), detrás de Venezuela y Japón, respectivamente. En su palmarés destacan dos medallas de oro, dos de plata y dos de bronce en el Campeonato Panamericano; una de oro y dos de bronce en los Juegos Panamericanos; y una medalla de oro en el máximo torneo de selecciones, el Campeonato Mundial de Softbol disputado en República Checa, en 2019.
Mariano Montero, campeón del mundo en 2019 y actual coach del seleccionado mayor, habla sobre su paso por la selección: “En 2007 fui citado por primera vez y un año después ya estuve en mi primera gira internacional (Estados Unidos y Canadá)”. Montero disputó un total de cinco mundiales. Luego, cuenta cómo eran las condiciones de entrenamiento en el Club Patronato, institución que lo vio nacer: “No teníamos cancha, entrenábamos detrás de la tribuna de la cancha de fútbol. Buscábamos algún campito o descampado para entrenar”. También se expresa respecto a la actualidad del deporte en el país: “Estoy convencido de que para que el sóftbol crezca tiene que darse en las escuelas, debe llegar a la base de los niños”. El ex jugador de Patronato contrasta la realidad del sóftbol masculino y femenino, y señala que, si bien a nivel mundial el sóftbol femenino tiene mayor relevancia, en el país ocurre lo contrario. “No existen los mismos recursos para los hombres y las mujeres”, concluye Montero.

Al contrario del seleccionado masculino de sóftbol, el femenino atraviesa otra realidad, que si bien está lejos de ser negativa, no parece ser del todo positiva. En la actualidad el equipo femenino se encuentra ubicado en la 30° posición del ranking de la WBSC. Fue campeona en los Campeonatos Sudamericanos de 2022 y 2024, y obtuvo medallas doradas en los Juegos Sudamericanos de 2019 y 2024. En su versión femenina y a diferencia de la masculina, el sóftbol es uno de los deportes incluidos en los Juegos Olímpicos y el seleccionado nunca llegó a tener su participación en el mayor evento polideportivo a nivel mundial.
A pesar de las limitaciones en infraestructura e instalaciones, tanto el béisbol como el sóftbol atraviesan un crecimiento “a pura garra”, impulsado por sus deportistas y la comunidad migrante venezolana. Esto se debe en gran parte al accionar de organizaciones como el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), que brinda apoyo al deporte solo cuando se obtienen resultados positivos.



