Por Matías Huentelaf
“Que un villero haya llegado a la UBA, a muchos les debe preocupar. Mi Papá fue a Oxford, pero me da más orgullo que hoy esté acá”, con esta frase maradoniana inicio Dalma Maradona.
Se llevó a cabo el Primer Congreso Internacional de Diego Armando Maradona en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En los tres días se abarcaron desde decenas de ángulos la vida de Diego, desde sus inicios en Fiorito, las Malvinas, su defensa por la universidad pública, derechos humanos, abuelas de plaza de mayo, entre otros. Maradona fue un mundo tan abarcativo que se van a necesitar más congresos como estos para terminar de comprenderlo, aunque resulte imposible porque siempre sale a luz una nueva historia.
Hubo un detalle que pasó desapercibido: el fútbol, paradójicamente, casi no apareció. Pero quizás esa ausencia fue, sin querer, un mensaje. Diego fue el mejor dentro de una cancha, pero fuera de ella fue un militante incansable, un hombre que se plantó frente a los poderosos, que abrazó causas ajenas como si fueran propias y que habló por quienes no tenían voz. “Hay que ser muy cagones para no defender a los jubilados”, mencionó molesto, cuando a metros de él se estaba realizando una marcha contra las políticas tomadas por el presidente Carlos Menem.
Para entender al DIEZ, primero hay que mirar el contexto de donde viene y a donde llegó, de Fiorito a Dubai, del barro a hoteles 5 estrellas como explicó alguna vez Ernesto Cherquis. Escalo en todas las clases sociales, pero siempre mantuvo “la identidad de clase, eran quien era sabiendo quien era, tan perfecto como imperfecto”, reflexiono Ariel Scher durante la conferencia de apertura.

Cerca de cumplir 5 años de su muerte y a 30 de su visita a Oxford donde le otorgaron el título de “Maestro inspirador de los estudiantes soñadores”, Maradona llegó a la UBA, donde lo esperaban cientos de invitados: deportistas, científicos, excombatientes de Malvinas, periodistas, escritores y la participación especial de Taty Almeida de Abuelas de Plaza de Mayo. Hubo presentaciones de libros, murales, documentales, galería de fotos, obras de arte, conferencias, debates y charlas con Napolitanos.
En la charla con los Napolitanos estuvo presente Massimiliano Verde, presidente de la Academia Napolitana, que explicó mejor que nadie lo que significa Maradona para los del sur de Italia: “Diego nos dio dignidad, nos hizo sentirnos orgullos de ser napolitanos, es un país que es extremadamente racista”.
El momento más especial del congreso se dio cerca del final, cuando por una puerta del lado izquierdo del escenario se asoma la presencia de Dalma Maradona, una sorpresa que tenían preparada y, como es costumbre donde hay un Maradona hay un tumulto de gente que busca acercarse. En esta ocasión no fue la excepción. Dalma se sentó, habló poco, pero dijo mucho. Agradeció, sonrió, escuchó. Y cuando todo terminó, se quedó sacándose fotos, abrazando desconocidos, recibiendo un cariño que parecía no tener fin.



