Por Cande Oxenford
El Campo Argentino de Polo es mucho más que un estadio: es un ícono de la cultura y la tradición argentina. Está ubicado en pleno corazón de Palermo, uno de los barrios más importantes de la Ciudad de Buenos Aires. Se inauguró en 1928, y el predio pertenece a la Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino. Es reconocido internacionalmente como la Catedral del Polo, título que refleja su prestigio como el escenario más importante del mundo para este deporte.
Tiene una capacidad para 15.000 espectadores sentados y una superficie completa de césped natural. El Campo Argentino de Polo es la sede donde se disputa anualmente el principal certámen organizado por la Asociación Argentina de Polo (AAP): el Campeonato Argentino Abierto de Polo, más conocido como Abierto de Palermo o simplemente El Abierto. Este torneo, considerada la máxima competición interclubes a nivel mundial y el quinto en antigüedad, forma parte de la prestigiosa Triple Corona del Polo Argentino, junto con los Abiertos de Hurlingham y Tortugas, y comienza en el mes de noviembre.
La historia del Abierto Argentino se remonta a 1893, cuando se disputó por primera vez bajo el nombre River Plate Polo Championship. En sus comienzos, la competencia se dividía en dos etapas, una en el Hurlingham Club de Buenos Aires y otra en Cañada de Gómez, Santa Fe, para reducir los costos de traslado. En 1923, con la creación de la Asociación Argentina de Polo, el torneo adoptó su nombre actual y mudó su sede al Campo Argentino de Polo.
Desde entonces, el Abierto de Palermo se consolidó como el certamen más prestigioso del mundo, atrayendo cada año a los mejores jugadores. En 1911 se implementó en Argentina el sistema de hándicap, que evalúa la habilidad de los jugadores de 0 a 10 goles. A lo largo de la historia, muy pocos equipos alcanzaron el hándicap ideal de 40 goles, entre ellos Coronel Suárez, La Espadaña, Indios Chapaleufú, La Dolfina, La Natividad y Ellerstina, todos nombres legendarios del polo argentino.
El equipo Coronel Suárez ostenta el récord de 24 títulos, mientras que el jugador más ganador es el histórico Juan Carlos Harriott (h), considerado el mejor polista de todos los tiempos, con 20 campeonatos obtenidos entre 1957 y 1979. Por otro lado, Adolfo Cambiaso (h), figura de La Natividad – La Dolfina, tiene 18 títulos en este campeonato, es el máximo goleador de este certamen con más de 1.000 tantos y quien más participaciones acumula en la historia del torneo.
Desde 2017, el Campo Argentino de Polo también es la sede del Campeonato Argentino Abierto de Polo Femenino, que reúne a las mejores jugadoras del mundo y consolida el crecimiento en la rama femenina. El predio no solo es sinónimo de grandes partidos. Con el paso del tiempo, se reinventó como un espacio abierto a toda la comunidad bajo la consigna “Palermo Polo HSBC: abierto para vos”. En este lugar, vecinos, turistas y aficionados del deporte pueden disfrutar durante todo el año de gastronomía, áreas recreativas, juegos para los más chicos, recitales y actividades culturales.
Uno de sus grandes atractivos es Bocha, el paseo gastronómico ubicado dentro del predio, junto a otros eventos recreativos. En sus amplios espacios también se realizaron grandes espectáculos musicales: fue sede de numerosos artistas internacionales y locales, como Shakira, Luis Miguel, Ed Sheeran y Paul McCartney. Además, se desarrollan acontecimientos sociales como el Día de la Independencia: organiza eventos gratuitos con bandas militares en esta fecha.
El Campo Argentino de Polo también guarda curiosidades que lo vinculan con los inicios de la aviación argentina. Desde este mismo predio, el 25 de diciembre de 1907, se elevó por primera vez el globo El Pampero, tripulado por Aarón de Anchorena y Jorge Newbery. Años después, desde allí también despegó el avión piloteado por Teodoro Fels, quien realizó el primer vuelo del correo aéreo internacional entre Buenos Aires y Montevideo.
Asistir a un partido del Campeonato Argentino Abierto de Polo, que se celebra cada año en el mes de noviembre, es una de las experiencias deportivas más emocionantes que ofrece la Argentina, que todo el mundo debería presenciar al menos una vez en su vida. No solo por el evento, que es muy atractivo, sino que también por la magnitud, la calidad de los jugadores y los caballos, que forman parte de la élite de este deporte. La velocidad, la precisión de los golpes y la elegancia de un juego que combina técnica, estrategia y tradición. El Campo Argentino de Polo no solo es la cuna del mejor polo del mundo: es un símbolo de la identidad argentina, un punto de encuentro para el deporte, la cultura y la vida al aire libre, mezclado con historia y modernidad.



