Por Florencia Tártara
Este año nuestro país fue sede de dos grandes eventos deportivos para el fútbol femenino, por un lado la decimoséptima edición de la Copa Conmebol Libertadores Femenina que se disputó del 2 al 18 de octubre, y contó con la participación de los equipos argentinos Boca y San Lorenzo, en la que Corinthians fue el campeón por tercera vez consecutiva tras ganar la final por penales, frente a Deportivo Cali. Por otra parte, la Liga de Naciones, torneo clasificatorio al Mundial de Brasil 2027, disputó su primera fecha en Buenos Aires, donde el seleccionado nacional venció a Paraguay por 3 a 1 en el en la cancha de Argentinos Juniors, y el 2 de diciembre por la fecha 4 jugará frente a Bolivia en el Estadio Florencio Solá. Buenas noticias para una disciplina que crece con fuerza en nuestra región y que en Argentina ha mejorado desde su semi profesionalización en 2019.

Festejo del seleccionado nacional en la victoria ante Paraguay.
Los avances no fueron de un día para otro. El puntapié inicial para terminar con el amateurismo lo dio la lucha de Macarena Sánchez, ex jugadora de la UAI Urquiza, que luego de intimar al club por incumplimiento de sus derechos laborales, tras haber sido desvinculada, se convirtió en la primera jugadora en firmar un contrato en el país, al hacerlo junto con 15 compañeras para San Lorenzo el 12 de abril, luego de que la Asociación del Fútbol Argentino anunciara el acuerdo de profesionalismo el 16 de marzo. Ese primer paso fue clave para que comiencen a darse cambios que eran necesarios desde hacía tiempo: la firma de contratos obligatorios por parte de los clubes con un mínimo requerido (que comenzó siendo ocho y se amplió a quince), mejoras de las condiciones médicas y salariales, ser tratadas como trabajadoras. Si bien sirvió para que se comience a reivindicar la rama femenina, no fue el inicio.

El primer partido de fútbol registrado entre mujeres fue el 13 de octubre de 1923 en La Bombonera, entre Argentinas y Cosmopolitas. Otro hito lo lograron “Las Pioneras” que viajaron al Mundial de México en 1971 (*) y lograron vencer a Inglaterra por 4 a 1 en el Estadio Azteca con goles de Elba Selva, el 21 de agosto. En homenaje a ellas, por medio de la Ley 27.596, se celebra el Día de la Futbolista Argentina en esa fecha. El camino no fue lineal, y junto a las mejoras también hubo retrocesos, donde nuevamente fueron las protagonistas las que debieron alzar la voz: el Topo Gigio de la Copa América Femenina en Chile en 2018 para ser escuchadas regresó a través de los descargos de Belén Potassa, Estefanía Banini, Ruth Bravo y Florencia Bonsegundo al cuerpo técnico del seleccionado, y las renuncias de Lorena Benítez, Julieta Cruz, Laurina Oliveros y Eliana Stábile en 2024.
Hay muchos aspectos para mejorar, y uno de ellos es la televisación. Los últimos partidos de la selección sólo fueron transmitidos por YouTube donde más de 40.000 personas acompañaron la cobertura. El fútbol femenino importa, convoca y atrae, pero debe ser acompañado de una mayor visibilización. Lo mismo sucede en el torneo local donde tanto en Apertura como Clausura sólo se transmiten dos partidos por fecha en canales de aire. Tener localía en partidos de relevancia internacional es de suma importancia, pero no logra la masificación de la disciplina, si los días y horarios elegidos para los encuentros son poco convenientes, por la tarde en días laborales.
El pasado 2 de agosto, luego de ser campeona con su país de la Copa América Femenina, la brasileña Marta Vieira da Silva, con lágrimas en los ojos, reconoció lo difícil que fue y los obstáculos que debieron enfrentar las jugadoras para lograr el reconocimiento de hoy en día, remarcó que las mujeres durante muchos años crecieron sin tener referentes a quienes seguir y admirar, y que si bien falta mucho y la lucha continúa, las puertas que abrieron marcaron un camino para las próximas generaciones. No se refirió sólo a las que están dentro de la cancha, sino a todas las mujeres que integran el ámbito del fútbol, y que son cada vez más. Ya sea detrás de un micrófono o una cámara de fotos, impartiendo indicaciones desde el banco de suplentes, alentando desde la tribuna o detrás de una pantalla de televisión. El deporte que les dio la espalda durante mucho tiempo hoy comienza a reconocerlas. La búsqueda por la igualdad continúa, pero hay que celebrar y cuidar cada avance.
(*) La foto “oficial” del seleccionado argentino que jugó el Mundial 1971.



