Por Ezequiel Neo
Un 9 de noviembre de 1980, el fútbol argentino nos dejó una de las anécdotas más recordadas por los hinchas, pero algo distorsionada a lo largo del tiempo. En el día del Superclásico, rememoramos el cruce entre Hugo Orlando Gatti, quien falleció este año y que supo defender tanto el arco de River como el de Boca, y Diego Armando Maradona.

El miércoles 29 de octubre de aquel año, se disputó la novena fecha de la zona B del Torneo Nacional en la cual Boca visitó a Unión en Santa Fe. Tras el empate sin goles, Oscar Bergesio, periodista del diario El Litoral, preguntó al arquero Xeneize sobre el joven que usaba la diez en Argentinos Juniors. “Maradona es un muy buen jugador, el mejor del momento, a quien se está inflando de una manera increíble. ¿Sabés lo que me preocupa? Su físico… tengo la sensación de que en pocos años más no va a lograr contener su tendencia a ser un gordito…”, opinó Gatti.
La declaración, publicada dos días después, fue sacada de contexto por los medios quienes hicieron foco en la última parte e hicieron parecer ofensivas a las palabras del “Loco”. En la previa del partido entre Boca y Argentinos por la 12º fecha del campeonato, la entrevista llegó a Diego ya que fue reproducida por el diario “La Razón” de Buenos Aires el sábado 8 de noviembre. “¿Gordito? Hoy le meto cuatro, acordate”, avisó Maradona a su representante Jorge Cyterszpiler y al entrenador del “Bicho”, Miguel Ángel López.
En el José Amalfitani, estadio de Vélez Sarsfield, y con Juan Carlos Loustau de árbitro, Maradona cumplió su promesa. Antes del encuentro, Gatti trató de disculparse: “Espero que Diego me haya entendido. En ningún momento dije que era un gordito. Simplemente, opiné que tenía que cuidar su físico. Es el mejor jugador del país”. Sin embargo, “El Pelusa” no perdonó y convirtió uno de penal, dos de pelota parada y otro de jugada en la victoria por 5 a 3 que le dio la posibilidad al “Bicho” de clasificar a la siguiente fase.

Aquella tarde, la hinchada “Xeneize”, una de las más grandes del país coreó el nombre de un jugador rival, el cual les había convertido cuatro goles. Algo inimaginable dentro de la extrema rivalidad y violencia dentro del fútbol argentino. Algo que sólo la figura de Diego Armando Maradona puede explicar. Y quizás por ello, tres meses después, Diego fue comprado por Boca, donde consiguió su único título con un club en nuestro país.



