jueves, noviembre 6, 2025

El destino de Guillermo Stábile: entrar en la historia

Por Anna Safranchik

En pleno siglo XXI, es casi imposible de pensar que a un futbolista argentino nacionalizado italiano que juega para aquella selección europea como Mateo Retegui, pueda ser llamado para ir a la guerra. Claro que no es el caso del joven de San Fernando, pero 90 años atrás otros argentinos no corrían la misma suerte y se enfrentaban a un destino que podría haber cambiado la historia del seleccionado de nuestro país.

En Italia, mientras en el resto de Europa se consolidaban y gestaban otros gobiernos fascistas, Benito Mussolini era el primer ministro desde 1922. A principios de la década del ‘30, mientras en Argentina recién se empezaba a instalar y organizar el profesionalismo, muchos jugadores, gracias a la nacionalidad heredada de sus padres italianos, emigraron a jugar al viejo continente.

El diario Crítica, el 21 de septiembre de 1935, publicó una nota titulada “El Duce Manda Muchachos Argentinos a la Guerra de África pero no se Animaría Jamás a Enrolar Hijos de Italianos Nacidos en Inglaterra”. Mussolini quería invadir Etiopía y expandir su dominio colonial africano, ya controlaba Somalia y Eritrea. Para aquel día, tres argentinos ya habían sido llamados: Andrés Stagnaro, Alejandro Scopelli y Enrique Guaita. Según el diario, había otros 9 jugadores allí que también podrían haber sido enlistados, uno de ellos era Guillermo Stábile.

El 3 de octubre las tropas italianas desembarcaron en el país africano y comenzó un conflicto armado que duraría hasta mayo del siguiente año, cuando Italia venció finalmente a los etíopes y el Duce proclamó al rey de Italia, Víctor Manuel III, emperador de Abisinia. Afortunadamente, Stagnaro, Scopelli y Guaita para ese momento ya habían logrado escapar del país y estaban cruzando el charco de regreso a Argentina, y los demás jugadores no recibieron el telegrama de reclutamiento.

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Stábile ese año terminó de disputar su quinta y última temporada en el Genoa, club al que había llegado luego de ser el máximo goleador de la Copa del Mundo de 1930. Tuvo un corto paso por el Napoli y luego se sumó al Red Star de la segunda división francesa. Al finalizar su primera temporada en el conjunto parisino empezó a cumplir dos funciones, era jugador y técnico simultáneamente.

Al regresar a Argentina, el Filtrador asumió como entrenador en Huracán y recibió el llamado para hacerse cargo del conjunto nacional. Pero, sin explicar todo lo previo no tendría sentido la siguiente pregunta, ¿qué hubiera pasado con la selección argentina si Guillermo Stábile era enviado a la guerra italo-etíope?

En sus más de 20 años al frente de la albiceleste, Stábile rompió todo tipo de marcas. Durante su gestión, Argentina dominó las competencias en el ámbito local. Se convirtió en el técnico sudamericano en ganar más Campeonatos Sudamericanos, lo que hoy se llama Copa América, con seis en total. Tres de aquellas victorias fueron consecutivas (1945, 1946 y 1947), coronando al conjunto rioplatense como el único tricampeón del torneo.

 

Además, en su segundo ciclo como entrenador de la selección (había renunciado en 1958 y volvió dos años después) ganó una Copa Panamericana. Con esos siete títulos se consagró como el técnico más ganador y con más partidos dirigidos, 124 en total, de la albiceleste.

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A pesar de su larga trayectoria al mando del equipo, Stábile dirigió tan solo un mundial, el primero de Argentina en 24 años. Por trasfondos políticos y por la Segunda Guerra Mundial, el conjunto nacional no participaba de una cita mundialista desde Italia 1934. Stábile venía de ser campeón de América con un equipo deslumbrante al que apodaron “los Carasucias”, por lo que al llegar Suecia 1958 las expectativas eran altas. Pero sucedió todo lo contrario a lo esperado, Argentina quedó afuera en fase de grupos y sufrió la peor derrota en un mundial 6-1 contra Checoslovaquia. Los medios más tarde lo apodaron como “El Desastre de Suecia”.

Si bien Stábile puede ser recordado por su último y único mundial como técnico, si recibía aquel telegrama para ir a la guerra, vale el interrogante: ¿hoy Argentina sería el máximo ganador de la Copa América, hubiera podido disfrutar de “los Carasucias” con el deleite que lo hizo o de tantos otros jugadores que fueron dirigidos por él como Sívori, Maschio, Di Stefano, Carrizo, Corbatta, Labruna y muchos otros?. El Filtrador era un estudioso de este deporte. Regresó a Argentina con todo el conocimiento del extranjero y planteó que “con responsabilidad, orden y disciplina, el jugador argentino sería insuperable”. Y eso fue lo que intentó plasmar en el fútbol local, una nueva forma de jugar basada en la metodología europea.

Stábile no fue soldado, pero sí comandó durante más de 20 años a guerreros argentinos en el campo de juego moviendo las piezas y armando la táctica como si fuese un campo de batalla. Aquella pregunta tiene muchas posibles respuestas, pero solo una se materializó gracias a una carta que nunca se envió.

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