Por Jimena Ruiz Díaz
Este sábado cumplió 50 años Cristiano Lucarelli, el deportista que revolucionó el mundo del fútbol con sus ideales. Oriundo de Livorno, Italia, Ciudad fundacional del Partido Comunista Italiano en 1921, es hijo de un estibador portuario militante del Partido y del Sindicato. Lucarelli, jamás ocultó sus valores políticos y así fue como marcó la diferencia debido a que no es algo que suele suceder en el deporte profesional.
El 27 de marzo de 1997 en un partido con el seleccionado italiano Sub 20 ante Moldavia realizó un acto inolvidable frente a una multitud, entre los que se encontraban sus amigos y familiares. Lucarelli recibió un pase de Francesco Totti y convirtió el gol que provocó el eufórico festejo que lo llevó a mostrar una remera con la imagen de Che Guevara y el lema ‘Livorno es una fe y los ultras sus profetas’. Este gesto le costó la ausencia durante nueve años en la Selección.
Jugó en varios clubes: Atalanta, Valencia, Lecce y Torino pero su sueño era representar la camiseta del club de sus amores. Su equipo de toda la vida, Livorno, descendió a la Serie B en 2003 y el jugador italiano no dudó en dejar atrás ofertas millonarias para volver a donde siempre soñó jugar. Allí fue donde logró la gran hazaña de ascender y además fue una pieza fundamental para conseguir la clasificación a la Copa UEFA.
El fútbol del goleador italiano se encontró eclipsado por sus ideales políticos y en una ocasión confesó que es molesto para él ser más recordado por sus ideas que por sus goles, sin embargo no reniega de ello, pero remarcó que su rendimiento era suficientemente importante como para darle más valor. También en otra oportunidad expresó: “Algunos creen que el estilo de vida de un futbolista no se condice con el comunismo, pero yo ya era comunista antes de ser futbolista”.