sábado, octubre 4, 2025

De pelear con Sugar Ray Robinson a combatir con Rocky en las taquillas

Por Santino Lomastro 

En 1976 Martin Scorsese filmó “Taxi Driver”, una de sus obras maestras, pero a la hora de los Óscar se vio desplazada a segundo lugar por Rocky, la primera película de la saga más taquillera de boxeo. Tras esto, el director llamó a Robert De Niro, quien venía de interpretar a Travis Bickle, y grabaron “Toro Salvaje”. Basada en la autobiografía del boxeador Jake LaMotta titulada “Toro Salvaje: Mi Historia”, un relato de sus éxitos, fracasos, excesos y contradicciones.

Se filmó en blanco y negro para diferenciarla de Rocky y para rendir homenaje a los combates de boxeo de la época. También, mientras una se centra en un púgil que lucha por la gloria en el cuadrilátero, la otra explora la compleja y autodestructiva psicología del boxeador Jake LaMotta.

El italoamericano en su carrera como peleador tuvo dos grandes momentos. Durante años rechazó someterse a las influencias mafiosas que controlaban la actividad, lo que complicó sus oportunidades, esto hasta 1947, cuando incluso llegó a admitir que se dejó ganar ante Billy Fox bajo presión externa para convertirse en aspirante al cinturón. Luego, el 16 de junio de 1949, derrotó al francés Marcel Cerdan para convertirse en campeón mundial de peso medio, cuando el europeo no pudo continuar tras el décimo asalto debido a una lesión. Defendió el título por un tiempo, hasta que lo perdió ante Sugar Ray Robinson, el mejor libra por libra, el rival más grande de la historia del “Toro del Bronx”. Estos se enfrentaron en seis ocasiones, cinco victorias para Ray y una para LaMotta, pero el oriundo de Brooklyn -fiel a su estilo callejero- nunca tocó la lona. Además, le ganó en el segundo combate sacándole a su rival un invicto de 35 peleas.

Su contienda más recordada fue la última, el 14 de febrero de 1951. En ese brutal enfrentamiento, Robinson castigó sin tregua a LaMotta durante 13 asaltos. Aunque nunca cayó, el árbitro detuvo la pelea por la brutalidad del castigo. La resistencia inhumana de Jake quedó en la historia, y su frase final, “¡Nunca me tiraste, Ray!”, perfectamente interpretada por Robert De Niro y dirigida por Scorsese. 

Estos combates marcaron al púgil, algo que se refleja en el filme “Toro Salvaje”, donde se muestra su valentía y valor de la calle. La vida de Jake LaMotta no fue heroica en el sentido clásico: fue dura, excesiva, contradictoria, pero es precisamente esa intensidad la que hizo que su historia trascendiera el ring y se transformó en un  mito cinematográfico. Millones de espectadores pudieron asomarse al boxeo y al mismo tiempo penetrar en la psique de un hombre que se enfrentó a sus fantasmas con puños y fracasos.

En 2016 salió otra película del peleador llamada “El Toro del Bronx”, con distinto actor y director y sin el mismo éxito. Esta trataba de su vida posterior a dejar los guantes. Al año siguiente, el 19 de septiembre de 2017, falleció con 95 años Jake LaMotta, un boxeador cuya historia se extendió a través del cine.

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