miércoles, septiembre 17, 2025

Rodrigo Rey: cuando la templanza es la mejor atajada

Por Lorenzo Luna

Parado frente al espejo de su habitación en su casa en la localidad de Las Parejas, de la provincia de Santa Fe, a los 12 años Rodrigo Rey repetía una y otra vez la frase que le decía su madre: “No te limites, vos podés, lo vas a lograr”. Los nervios le tensaban las cuerdas vocales, pero no las manos. Mientras trabajaba su disfluencia en el habla, en el Argentino Atlético Club de su ciudad, sus reflejos eran tan precisos como los remates al ángulo que lograba detener. Hoy, 34 años después, ese chico dominó sus silencios y su templanza lo llevó a defender el arco de uno de los equipos más ganadores de Argentina, Independiente, y a ser considerado de los mejores arqueros del país.

El camino a la grandeza

Desde chico, en Argentino Atlético Club de Las Parejas, Rey se destacó por su talento. A sus 13 años quedó en River tras una exitosa prueba en la categoría 90 con los chicos más grandes y se formó y creció en las inferiores durante casi una década. Gracias a su desempeño, en 2011 lo convocaron al Mundial Sub 20 que se jugó en Colombia y fue suplente de Esteban Andrada.

Rodrigo Rey en la Selección Argentina Sub-20 en 2011

Su camino no estuvo libre de desafíos. Desde pequeño, convivió con una dificultad en el habla. El rol de Silvia, su madre, fue fundamental para expresarse sin miedo. “Mi mamá era la que estaba más en el día a día en la casa diciéndome: ‘Hijo, no te limites, vos si tenés que decir, decís, si tenés que hablar, hablá. Como te salga, pero hacelo’”, expresó el 17 de abril de 2025 en una entrevista en TyC Sports. Lo que de chico era una inseguridad, en su vida adulta se volvió confianza pura y un puente con la gente: hinchas de distintos clubes se le acercaron para contarle que su ejemplo ayudó a otros nenes con la misma disfluencia.

En 2012, Rey dejó River para sumarse a Newell’s, club del que era hincha Gustavo, su padre. En 2013 formó parte del equipo campeón del Torneo Final pero no encontró su lugar ya que  tuvo por delante a arqueros como Nahuel Guzmán y Sebastián Peratta. Aunque no jugó, ganó mucho en aprendizaje y madurez.

Líder de mano fuerte y templada

En 2014 llegó a Godoy Cruz y un año después logró concretar su objetivo: debutar en Primera División. Desde el 11 de abril de 2015, Rey mantuvo el puesto en el equipo y logró con creces ser posicionado como uno de los mejores arqueros del país, referente y capitán. Su buen rendimiento y nivel lo llevó a Europa, fichado por el PAOK de Grecia, donde fue bicampeón de la Copa de Grecia (2018 y 2019) y de la Superliga Griega (2019). A fines de 2019 tuvo un paso fugaz por el Pachuca de México.

El arquero Rodrigo Rey confirma su salida de Godoy Cruz | MendoVoz

En 2020 volvió a Godoy Cruz y, aunque fue bien recibido por la hinchada mendocina, a principios de 2021 tuvo un nuevo destino: defender el arco de Gimnasia y Esgrima La Plata. En 2023 llegó a Independiente, donde hoy, con 34 años, combina experiencia, liderazgo, seguridad y humildad. Fabricio Acosta, arquero de la reserva del Rojo, cuenta su experiencia cuando compartió con Rey la pretemporada en Primera en 2024: “Me llamó mucho la atención cómo se preocupaba por conocerme. Me preguntaba cómo me iba en reserva, cómo me sentía, cómo estaba mi familia y eso no lo hace cualquiera”.

Desde su llegada al Rojo de Avellaneda, Rey no solo mantuvo una postura firme bajo el arco: con 15 vallas invictas y 31 goles en 37 partidos, sino también se ganó el respeto de la hinchada y sus compañeros. En el comienzo de la Semana Azul, del 29 de marzo al 5 de abril, el arquero del Rojo formó parte de la iniciativa global que fomenta la inclusión de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Rey junto con su hijo Benicio, quien tiene autismo, y con la colaboración de Miguel Ángel “Pepé” Santoro, exarquero y tetracampeón de la Copa Libertadores con Independiente, lideraron una campaña de visibilidad con el fin de crear un palco sensorial que inauguró Independiente para reducir los estímulos de las personas con autismo y otras neurodivergencias.

Su trayectoria es la de un arquero que se forjó a base de constancia y carácter. Superó barreras personales y profesionales. Rey no solo defiende el arco de Independiente, sino que también logró establecerse como una figura que mezcla seguridad y humanidad y que trasciende el campo de juego. Combina talento, resiliencia y la humildad que lo acompaña desde chico. Su vida deportiva se construyó sobre tres pilares: la seguridad en su juego, la confianza en sí mismo y la capacidad de transformar una dificultad en un motor.

En un fútbol que suele idolatrar a los delanteros, Rey recuerda la importancia del rol del arquero: es el último en equivocarse y el primero en sostener a su equipo, Independiente. Su carrera, con idas y vueltas, es también la historia de alguien que aprendió a hablar con atajadas y a liderar con humildad. Y que, bajo los tres palos, encontró su lugar en el mundo.

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