Por Bruno Grandinetti y Luca Sarapo
Con la locura que lo caracteriza, Guillermo Barros Schelotto ya se convirtió en Vélez Sarsfield en una persona muy querida por los fanáticos del club, a pesar de haber tenido problemas con su hinchada -producto de su tajante personalidad- en su etapa como jugador.
Con solo 25 partidos dirigidos, consiguió dos títulos en El Fortín y de a poco está logrando plasmar su idea de juego ofensiva que lo identifica como DT. Actualmente, el equipo goza de una gran forma, ya que de los últimos 10 encuentros, únicamente perdió uno y sólo le convirtieron dos goles en ese lapso, lo que demuestra un buen juego en ataque y una solidez defensiva.
De a poco, el equipo comandado por él y su hermano Gustavo, van revirtiendo la situación adversa en la que estaba el club una vez que ellos tomaron la dirección técnica de la institución. En el momento de asumir, el conjunto de Liniers venía muy abatido, debido a que, bajo el mando del técnico y exjugador Sebastián Domínguez, no se ganó ninguno de los primeros ocho partidos del año, sin hacer un sólo gol, incluso siendo el vigente campeón del fútbol argentino.
Tras un primer semestre complicado, a Vélez le tocó comenzar la segunda mitad del año disputando un título, producto de su gran 2024: enfrentó por la Supercopa Internacional a Estudiantes de La Plata, el ganador del trofeo de campeones, contra el primero de la tabla anual, cupo que le correspondía al equipo de la V azulada.
Si bien ganó este trofeo ante Estudiantes, su identidad se vio reflejada a partir de la victoria sobre Independiente en el Amalfitani. Luego de aquel partido, logró clasificar a cuartos de final de la Copa Libertadores, consiguió la Supercopa Argentina ante Central Córdoba en Rosario (otro título al cual accedió por su gran 2024) y consolidó su once titular con jugadores que ya son pilares del equipo, como Maher Carrizo, Rodrigo Aliendro y Tomás Marchiori.
Ahora, le tocará uno de sus mayores desafíos en lo que va de su corta etapa en el club: tendrá que enfrentar a Racing por Copa Libertadores en una serie que se definirá en el Cilindro, ya que la Academia quedó mejor posicionada en la fase de grupos. El martes a las 19 se jugará la ida en El Fortín.
Sin embargo, no todo es color de rosas en Liniers: el viernes, en el duelo ante Huracán, el arquero Tomás Marchiori fue reemplazado en el primer tiempo debido a que sufrió una molestia en la rodilla tras un despeje. Además, el delantero emblema y referente del Fortín, Braian Romero, sufrió un leve desgarro de 3mm, que no le permitió jugar en el Ducó y le impedirá hacerlo, al menos, en la ida ante Racing.
Ahora, Guillermo deberá agregar al desafío que representa el duelo ante La Academia, uno más: intentar encontrar los reemplazantes para estos dos jugadores, que por sus roles cómo referentes en el plantel, sumado a los grandes rendimientos que vienen teniendo, será muy difícil.