viernes, junio 6, 2025

“Gelo Chacabuco”, los alcanzapelotas y su historia en Racing

Por Agustín Dresch

El 31 de octubre de 2024 Racing se metió en la final de la Copa Sudamericana después de 36 años tras ganarle a Corinthians por 2 a 1 en el Cilindro de Avellaneda con participación excluyente de Martín “Tata” Santoro, un alcanzapelotas de 15 años.

Cuando el encuentro se desarrollaba en un empate cerrado, una pelota voló para la tribuna a la altura de la mitad de la cancha. En ese momento el chico de la Academia saltó disparado entre los carteles de publicidad para arrojarle con una velocidad fascinante el balón a Maximiliano Salas que con sus manos, en forma de catapulta apuntó a la cabeza de Adrián “Maravilla” Martinez. Este mismo habilitó a Juan Fernando Quintero para que el colombiano corra como una gacela,  se meta dentro del área y convierta el 2 a 1 final. Esta es una de las tantas historias de Racing, los alcanzapelotas y Gelo Chacabuco, que no solo es jefe de ellos, sino una persona con mucho recorrido en Racing.

Ángel Rubén Flores, conocido como “Gelo Chacabuco”, es un hombre de 75 años que vivió toda su vida en la academia. Allá por 1957 pisó por primera vez el Cilindro de Avellaneda cuando su primo que trabajaba como boletero en el estadio habló con el ídolo, Oreste Omar Corbatta, para que lleve al pequeño “Gelo” de tan solo 8 años a conocer el vestuario.

Desde ese día hasta la actualidad, el hombre no se pierde un solo partido de Racing como local. Desempeña su trabajo como jefe de alcanzapelotas hace aproximadamente 35 años y contó la clave que tiene para llevarlo a cabo.

El residente en la ciudad de Chacabuco llega con mucha anticipación al estadio los días de partido, conversa con conocidos o gente del club, y rápidamente va a buscar la lista que la coordinadora arma con los nombres de los diez chicos que van a alcanzar las pelotas en el encuentro. Luego los reúne, y pretende que ellos sean partícipes del mismo. “Les recalco todo el tiempo que son un jugador más que están jugando el partido del lado de afuera”, hace mención Ángel Flores. Además recalca que los jóvenes no llevan el celular y en el caso de que lo tengan, él, se los saca los pone en la bolsa de las pelotas y se los devuelve una vez que su compromiso haya terminado.

En los partidos “Gelo” se ubica detrás del arco que da a La Guardia Imperial, la hinchada de Racing. Pasa gran parte del encuentro allí, con su cabellera larga de color negra, sus caracteristicos anteojos negros, pantalón del club de sus amores y una pechera fucsia que se distingue a lo lejos. El hombre recorre cada centímetro de la línea de cal hacia afuera, para que los alcanzapelotas cumplan a rajatabla las órdenes preestablecidas.

“Cuando veo que los pibes hacen bien el trabajo suelo quedarme quieto detrás del arco, pero cuando hay imperfecciones me acerco hasta el lugar del chico para avisarle que se demoró o que tiene que lanzar el balón con más rapidez”, afirma Chacabuco. Asimismo, remarca que los alcanzapelotas en Racing no son mejores que nadie, sino distintos, y que ningún otro obtiene esta dinámica.

Desde que la pelota se va afuera y otra vuelve al campo de juego pasan aproximadamente dos segundos… Si, dos segundos, eso demuestra la rapidez que tienen los chicos ubicados detrás de la línea de cal a la hora de alcanzar los balones, además agilizan el curso del partido y hasta por momentos lo manejan.

El sector más importante para un alcanzapelotas es el de la mitad de la cancha. “Gelo” afirma que ellos tienen que estar cerca de los mediocampistas y delanteros. No es una casualidad, ya que este año se dieron dos goles similares en el, con  un chico como protagonista, y no solamente cumplió el rol de “alcanzapelota”, sino hasta fue asistente.

El 8 de febrero de 2025, Racing venció 2 a 0 a Boca por la cuarta fecha del torneo local. Cuando el encuentro promediaba los 15 minutos del primer tiempo y una pelota salió disparada hacia el lateral, Lucas Álvarez, jugador de la séptima división de la Academia, despierto, atento y fugaz, le alcanzó un balón a Gastón Martirena para que este mismo habilite a Santiago Solari y el delantero posteriormente le sirva el gol en bandeja a Luciano Vietto, que tocó la pelota de forma sutil y ella sin ningún reproche vaya dentro del arco.

“Gelo” afirma que tras cada gol de Racing en la que uno de sus chicos son protagonistas, se le infla el pecho y se siente partícipe del gol. Tal es así, que tanto él como los chicos creen que son parte de la obtención de la Copa Sudamericana y lamenta que no sea lo suficientemente reconocido como él cree, principalmente por el periodismo y el mundo Racing.

La clave para obtener el resultado es muy sencilla; él les aconseja que siempre conserven una pelota en la mano para que cuando esta se vaya afuera ellos prioricen primero alcanzar la que tienen de forma rápida y efectiva y luego vayan en busca de la que se fue.

“Gelo Chacabuco” comenzó siendo alcanzapelotas en 1965 cuando Juan José Pizzuti era el entrenador de uno de los mejores Racing de la historia. “Cuando él asumió, me dijo, ‘negro te quiero adentro de la cancha siempre, pero principalmente atrás de Agustín Mario Cejas (Ídolo y exarquero del conjunto de Avellaneda) porque dice que que sos una cábala para él”’ contó.

Desde ese día, hasta el de hoy, su vida se desarrolla siempre de la mano con Racing, pero principalmente con los chicos de inferiores. Bajo sus órdenes pasaron, el hoy entrenador, Gustavo Costas, Carlos “Chiche“ Arano, Diego Milito, Matías Zaracho, Bruno Zuculini, (hoy ambos son jugadores de Racing, Roger Martinez, Sergio “Chiquito” Romero, Lautaro Martinez, entre otros tantos.

El hombre de 75 años mantiene una larga trayectoria en el club, tan es así que en la década del 90 poseía una bandera propia la cual decía, “GELO CHACABUCO” y se situaba en el córner izquierdo que daba a la cabecera local. “Hace 60 años no me ausento a un partido de Racing de local, tuve la suerte de no enfermarme nunca ni tener inconvenientes el día del partido”, afirmó.

Además contó algo muy llamativo en el que resumió su amor por Racing. “Tuve la suerte que cuando mis viejos murieron lo hicieron entre semana para que yo pueda ir al Cilindro”.

Recorriendo su trabajo y a los frutos que este da, el 6 de abril un alcanzapelotas volvió a agilizar el partido, como si fuera un flashback. Un chico abrió los ojos grandes como un búho y lo vio a Martirena que venía corriendo pidiendo un balón. Este se la alcanzó lo más rápido que pudo, para que el lateral asistiera a Adrián “Maravilla” Martinez para que cumpla con su objetivo y marque el 1 a 0 parcial ante Banfield.

Gelo Chacabuco, a sus 75 años sigue realizando su trabajo como jefe de alcanzapelotas en el cuadro de Avellaneda. Asimismo afirma que Racing es parte de su vida.  “Puedo tener problemas, estar anímicamente decaído, o estar cansado, pero cuando voy a la cancha soy otro, me siento con las mismas ganas, fe y coraje que cuando tenía 20 años”. Él se mantiene detrás del arco que da a la popular local, con sus anteojos, su pelo largo, el conjunto de Racing y la bolsa de pelotas que prácticamente un elemento más de su cuerpo, ordenando y atendiendo a sus chicos que quién sabe en cuántos goles más serán protagonistas.

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