Por Azul Ramos y Agustina Lamenti
El Internazionale Milano, fundado en 1908 y reconocido internacionalmente como el Inter de Milán, nació de la ruptura con la Associazione Calcio Milan, ya que los socios querían aceptar jugadores extranjeros, y en el Milan no estaba permitido. El nombre Internazionale refleja la apertura del club a recibir jugadores extranjeros para no limitar el potencial del equipo solo a italianos.
Luego de la división entre el Inter y el Milán, también se subdividió el estadio que ambos comparten. Históricamente los colores dependen de qué equipo haga de local, y también cómo se lo llama. Aunque el nombre oficial es Giuseppe Meazza, los aficionados del AC Milan continúan llamándolo San Siro, nombre del barrio en el que está ubicado. Mientras que los del Inter lo llaman Giuseppe Meazza, reflejando el profundo respeto y admiración por la figura de Meazza, que fue campeón con el Inter y no con el Milan.
Desde 1931, el Inter ha establecido una conexión especial con los futbolistas argentinos, una relación que se sostuvo a lo largo de las décadas y que ha sido fundamental en los éxitos del club. La relación comenzó con Attilio Demaría (foto), mediocampista argentino que se nacionalizó italiano. Demaría conquistó la Copa Italia en la temporada 1938/39 y marcó el inicio de una tradición de futbolistas argentinos en el Inter.
Desde la década de 1930 siempre hubo presencia de al menos dos argentinos, aunque en los años 70 Argentina brilló por su ausencia en el equipo italiano. La razón fue que el Inter, durante esa época, adoptó una política de fichajes centrada en jugadores europeos y se decidió a potenciar a los jugadores que ya estaban en el equipo y a los juveniles. El objetivo fue que los jugadores se adaptaran al juego de Giovanni Invernizzi, quien dirigió entre 1970 y 1973 y quien se caracterizaba por potenciar una sólida estructura defensiva y transiciones rápidas al ataque, y que el rendimiento de los titulares se mantuviera a la altura. Como consecuencia, se limitó la incorporación de futbolistas extranjeros, incluidos los argentinos.
Sumado a eso, Argentina atravesaba una dictadura militar (1976-1983) que dificultó la salida de jugadores argentinos al exterior y afectó la percepción internacional del país. Además, la dictadura promovía un (falso) “nacionalismo” que pretendía fortalecer y defender lo nacional. En ese contexto, se valoraba a un jugador que buscaba prosperar en su país y apostar por su fútbol, antes de que uno que eligiera jugar en el exterior y priorizar su carrera personal.
A lo largo de los años, el Inter buscó incorporar jugadores argentinos por su garra, pasión y compromiso en el campo. Esta filosofía se reflejó en la presencia de futbolistas como Javier Zanetti y Diego Milito, quienes fueron fundamentales en la conquista de la Champions League, la Serie A, la Copa Italia, la Supercopa de Italia y el Mundial de Clubes en la temporada 2009/10. Javier “Pupi” Zanetti (foto) es el actual vicepresidente y su vínculo nació en 1995, cuando llegó al Inter desde Banfield. Fue cuatro veces campeón de la Copa Italia, cuatro de la Supercopa de Italia, campeón del Mundial de Clubes, ganador de una Champions y ganador de una Copa UEFA. “Yo estaba jugando los Panamericanos de Mar del Plata 1995 con la selección Sub 23, y me enteré que había venido gente del Inter a ver jugadores. Y cuando terminó el Panamericano, Massimo Moratti, el presidente del Inter, me eligió para comprarme”, comenta el Pupi Zanetti a El Equipo sobre su llegada al equipo italiano.
Con 15 jugadores, la década de los 2000 fue el récord de argentinos en el Inter. Si bien es un equipo cuyos éxitos estuvieron vinculados a grandes futbolistas argentinos y a lo largo de su historia pasaron 52, solo 10 pasaron inmediatamente desde un equipo nacional. El Inter fichó a futbolistas argentinos que llegaron directamente de equipos de Argentina en los casos de Oscar Basso (San Lorenzo, 1949), Oscar Massei (Rosario Central, 1958), Marcelo Pagani (River, 1962), Sebastián Rambert (Independiente, 1995), Javier Zanetti (Banfield, 1995), Sixto Peralta (Racing, 2000), Nicolás Burdisso (Boca, 2009), Ricardo Álvarez (Vélez, 2011), Lautaro Martínez (Racing, 2018) y Tomás Palacios (Independiente de Rivadavia, 2024).
“El argentino siempre tuvo una garra distinta, una pasión inigualable, y otra característica que suele repetirse en el patrón de los argentinos es que suelen amoldarse rápido al equipo que les toque. También creo que no se mira mucho fútbol argentino en Italia, a no ser que haya un jugador que la está rompiendo, pero normalmente los vemos cuando ya están acá en Europa”, agrega Zanetti, hoy el vicepresidente del Inter.
Lautaro Martínez, otro argentino que se convirtió en capitán del Inter, batió récords en la historia del club: es el máximo goleador argentino en su historia, con 151 goles, e histórico en competiciones europeas, con 21 tantos. Los logros que consiguió lo posicionan, junto a Zanetti, en lo más alto de la historia del Inter y junto a los máximos ídolos. “Varios jugadores consideran que jugar en el exterior es una experiencia inigualable, pero también habla de la responsabilidad que conlleva formar parte de un equipo élite, a pesar de que los argentinos nos bancamos todo”, declara Zanetti. Entre los argentinos que jugaron en el Inter, tan solo cuatro lograron consagrarse campeones de la UEFA Champions League en la temporada 2009/10: Javier Zanetti, Diego Milito, Walter Samuel, Esteban Cambiasso. Y dos consiguieron levantar la Copa de la UEFA (97/98): Javier Zanetti y Diego Simeone.
Aunque el argentino tenga las características que al Inter le interesa, hay veces que no alcanza solo con la nacionalidad, como es el caso de Lisandro López, actual jugador de Olimpia de Paraguay, quien jugó un partido en cuatro meses de estadía en el club italiano. Valentín Carboni (seis)y Tomás Palacios (tres) estuvieron más de nueve meses entrenando y no llegan a los diez partidos jugados entre ambos. Por último, Facundo Colidio, Franco Vezzoni y Franco Carboni no llegaron a debutar.
Gracias al rendimiento de los argentinos destacados la relación entre el Inter de Milán y los jugadores nacionales se mantiene y el interés del equipo sigue puesto en Argentina. Desde Atilio Demaría a Lautaro Martínez, algunos con un peor desempeño, otros fundamentales para escribir la historia del Inter, dejaron su huella argentina.