Por Guadalupe Weimann y Camila Martínez
Franco Colapinto llegó en silencio a la Fórmula 1 y ya comenzó a hacer ruido. Despertó una rivalidad histórica entre Brasil y Argentina en la máxima categoría automotor que estaba olvidada desde hacía 24 años.
El último enfrentamiento sucedió en el Gran Premio de San Marino en 2001, el representante argentino Gastón Mazzacane quien pertenecía a Prost Acer compartía pista con tres brasileños, Rubens Barrichello, Tarso Marques y Enrique Bernoldi.
La enemistad atravesó a gran parte del deporte, así como Maradona y Pelé que marcaron un conflicto constante entre grandes amigos. O la historia de Ayrton Senna y Enrique Quique Mansilla, quienes discutían tanto dentro como fuera de la pista.
Actualmente se abre un nuevo capítulo entre el pilarense y la joven promesa brasileña, Gabriel Bortoleto. Quienes ya habían tenido la oportunidad de enfrentarse en Fórmula 2 y 3, y ahora será la primera vez que se posicionen en la grilla de la máxima categoría. Si bien son grandes amigos, ya dejaron ver su enemistad en los circuitos.
Ambos tienen un futuro prometedor y será Imola testigo de un duelo brillante que promete seguir en el tiempo, la rivalidad está servida.
Alpine sorprendió por duplicado, anunciando la renuncia de Oliver Oakes, y la sucesión de Flavio Briatore, quién llevó a Franco Colapinto nuevamente a la Fórmula 1, y había insistido en la contratación del piloto argentino.
Después de no ser seleccionado por Williams para la temporada 2025, el pilarense esperaba por un asiento en la máxima categoría. Hoy ocupará el lugar de Jack Doohan y será compañero de Pierre Gasly. El debut del pilarense será este fin de semana en el circuito de Imola, Italia.