lunes, marzo 31, 2025

Las voces políticas del fútbol en plena batalla cultural

Por Conrado Maguna Martorell

En los últimos años en nuestro país, a pesar de existir iniciativas por parte de los clubes para involucrarse, el silencio de la mayoría de los futbolistas al respecto de temas políticos (y por ende socioculturales) ha hecho demasiado ruido. Esto, de la mano o consecuente de una opinión que cada vez toma más altura de parte de hinchas y socios de instituciones deportivas, que contrario a lo que marcan la historia y los orígenes, proponen una abstracción total por parte de quienes forman parte del circo de la pelota. Esto provoca cierto temor a la hora de hablar de tópicos que pueden sonar polémicos, o que no lo son, porque defender a un jubilado o traer a la mesa el Día de la Memoria, por la Verdad y la Justicia para reflexionar suena lógico, pero la repercusión que puede tomar ello en el nuevo mundo de la instantaneidad y lo tan “tic tac efímero” producto de las redes sociales, y sobre todo del individualismo -en un contexto de alerta porque la nueva hegemonía marca que el otro importa cada vez menos- pone en el ojo de la tormenta a quien gracias a su llegada decide ser la voz de quienes no pueden gritar.

Siguiendo la misma línea, son pocos los valientes que toman la impronta de romper con este nuevo tabú. En Argentina, que Diego Maradona esté insoportablemente vivo en 2025 con su icónica frase “hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados” no solo refleja la importancia de las cuerdas vocales de a quienes el micrófono busca y la perpetuidad del astro en el corazón del pueblo, sino también que hay cierto vacío de referentes que defiendan públicamente a los sectores más vulnerables, lo que produce tener que retroceder a archivos con 33 años de vida. 

Sin embargo, pequeños destellos y excepciones se dejan ver en estos nuevos tiempos, y uno de ellos es el de un campeón en Catar 2022: Lisandro Martínez. El entrerriano hizo un descargo en redes sociales sobre la represión que sufrieron los jubilados el miércoles 12 de marzo en un nuevo hecho de violencia institucional por parte de las fuerzas de seguridad a cargo de la Ministra Patricia Bullrich: “Que impotencia y que vergüenza que se metan así con los jubilados!!!” sentenció. 

En vísperas del aniversario 49 del inicio de la última dictadura cívico militar en Argentina resulta imposible no subrayar que aquella no fue la primera vez que quien actualmente defiende los colores del Manchester United de Inglaterra tomó posición, pues el 24 de marzo del año pasado, publicó una imagen en su cuenta personal de Instagram sosteniendo un pañuelo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo con un claro mensaje: “Nunca Más”. Ese mismo día, compartió en su cuenta de X el albiceleste pabellón acompañado de un pedido por “Memoria, verdad y justicia”. Por la misma vía, en 2019 había expresado que “hablo de política porque quiero y puedo”.

En una nota para La Nación en septiembre de 2024, el oriundo de Gualeguay aclaró que es consciente de que pueda existir algún disenso con sus dichos, pero que no quiere convencer a nadie ni entrar en polémicas: “A los futbolistas nos sigue mucha gente y está bueno que podamos dar nuestra opinión”.

Komar, junto con Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Otro caso similar en el futbol nacional nos ubica en la domesticidad de la Liga Profesional, específicamente en Rosario Central, porque allí juega Juan Cruz Komar, quien en 2023 invitó a movilizar en un nuevo reclamo por el terrorismo de Estado ejercido entre 1976 y 1983, e hizo pública su participación en 2024. En estas últimas horas en diálogo con el programa radial Que Vuelvan Las Ideas (Somos Radio AM530) señaló que “todos los años asisto a la marcha” además de poner en tela de juicio la naturalización del odio, el maltrato y la despreocupación por el otro. No es común ver a un futbolista dando una charla TED, pues el zaguero en febrero de 2020 se animó a cuestionar a la cultura del esfuerzo, que “valoriza las capacidades y méritos individuales, pero se desliga de todo contexto ocultando la desigualdad, la falta de oportunidades y la injusticia social. La meritocracia es discriminatoria, racista, supremacista, clasista, homofóbica y transfóbica”.

La ausencia de sonido de quienes hacen del prime time cada fin de semana hace que la mínima pronunciación resalte por su sorpresa y espontaneidad, algo que puede parecer extraño, pues es de llamar la atención que quienes vengan del potrero no sean la principal voz de sus ciudades, barrios, y del pueblo.

La aparición de figuras con gran alcance y audiencia en sus espaldas cobra mayor sentido a la hora de pensar el pasar de los años como un riesgo de que la memoria nos quede atrás, y por ende, que exista la mínima posibilidad de quedar condenados a repetir una historia que no debe suceder Nunca Más.

 

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