lunes, diciembre 30, 2024

Darío Carpintero: “Todos te preparan para ser futbolista, pero nadie para el día de mañana”

Por Agustín Paratcha 

Histórico jugador del Ascenso argentino que aún, con 43 años, mantiene sus dos trabajos: Agremiados, espacio en defensa a los futbolistas, y la recolección de residuos. Generó tendencia en partidos por Copa Argentina: la patada que le dio al exjugador de Boca Cristian Erbes con la camiseta de Excursionistas, su salida peligrosa desde su propia área chica tras gambetear a dos jugadores de Sarmiento y las discusiones con Darío Cvitanich en el triunfo de Lamadrid ante Banfield por penales en la edición 2019. Se trata de Darío Carpintero, ídolo de Sacachispas, quien pasó por tres períodos. 

Un viernes cualquiera en Villa Soldati. El calor era descomunal. Darío Carpintero se sienta en una de las tribunas del estadio Roberto Larrosa, cancha de Sacachispas, para hablar sobre lo que le depara el futuro. Sabe que no es más futbolista tras retirarse este año con la camiseta de saca al salir en el minuto cuatro (en alusión a su número de camiseta) en un partido de la B Metropolitana ante Excursionistas. Recalca su amor por el club y despeja dudas sobre temas en debate: la importancia de los clubes de barrio y su rechazo al gerenciamiento.

-En una nota con Diario Olé, contaste que Sacachispas no es tu segunda casa, sino tu casa. ¿Seguís con tu afirmación?

-Sí, Sacachispas sigue siendo mi casa. Pasé mucho tiempo como futbolista en esta institución. Hoy me levanto y a veces me tomo unos mates o desayuno directo en el club Está al frente de mi casa. Además, cada vez que voy para el trabajo en la recolección, siempre paso al lado. 

-¿Pensabas entrar en la historia del club?

-No. El 7 de noviembre, presentaron el libro de Sacachispas en el club a las 7:30 de la tarde y no me esperaba estar nombrado. En lo personal, siento un orgullo enorme formar parte de la historia. Nombraron a jugadores de otras épocas y hasta al máximo goleador histórico Alejandro Ayala. 

-¿Qué sentiste al ver el mural que te hicieron con tu cara al lado de los dos escudos de Sacachispas?

-Mucha alegría porque nunca me lo esperaba. Recuerdo que me había ido a comer a la casa de Maximiliano Quinteros (hoy en Copiapó de Chile) con la familia. En la vuelta, de camino a casa por la madrugada, vi dos escudos pintados, pero me llamó la atención mi cara. Lo habían pintado cuatro amigos que se habían quedado durante la noche. El único mural que solo me imaginaba era el de Carlos Tevez en Fuerte Apache. 

¿Te gustaría ser director técnico o trabajar en la parte dirigencial de algún club del ascenso? ¿Ya hiciste algún curso?

-Hice el de técnico cuando aún era jugador, el de manager, coaching y scouting. Los tomé porque me interesan y aprendo de otras personas. El jugador piensa que se la sabe toda, pero cuando realizás los cursos te cambia la cabeza. Recomiendo que lo hagan porque uno nunca sabe el fin de su carrera. Hoy no pienso ser entrenador y tampoco dirigente. Tuve la posibilidad de ser presidente del club, aunque preferí que no por la renuncia de Roberto Larrosa al cargo.

-Hoy trabajás como recolector de residuos, pero también estás vinculado con Agremiados ¿Por qué?

-Pertenezco a Agremiados porque me gusta defender y pelear por los jugadores. Uno tiene que dejar una huella por los compañeros. Compartí vestuario con Máximiliano Quinteros, quien tomo de ejemplo como jugador por pasar momentos delicados en lo personal. Su hijo Santiago de tres años sufría de Hidrocefalia. Tenía la mejor excusa para dejar el fútbol, pero optó por luchar.

-Antes de lograr tu trayectoria, jugaste en José Soldati. ¿Qué tan importante son los clubes de barrio?

-Son fundamentales porque de entrada sacás a los chicos de la droga. También para la formación. Hoy se implementan distintas alternativas: el baby, futsal y cancha de once. Jugué en José Soldati, me crié dentro y me ayudó a no estar tanto tiempo en la calle. Además, la mayoría de los jugadores en la Argentina hacen sus primeros pasos en clubes de barrio.

En relación a los clubes de barrio y al fútbol mundial ¿Qué opinás de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD)?

-Estoy en contra. El Mercado Central quería pintar el club de verde y reemplazar el lila. Fui de los pocos en estar desacuerdo. La persona que quiere poner plata en un club que no es hincha lo hace por interés. En caso de que la dirigencia acepte, iré en contra porque no se trata de vender al club.

Darío Carpintero es la definición del ascenso puro. Tras sus pasos por otros clubes como Yupanqui, Talleres de Remedios de Escalada, y J.J Urquiza, hoy vive con su esposa Sabrina junto a sus dos hijos, Arian (20 años) y Luan (12 años) en el barrio de Villa Soldati, donde comenzó todo, y alterna su trabajo en Agremiados con la recolección de resíduos. Sin embargo, deja un mensaje para los futbolistas de cara al futuro: “Todos te preparan para ser jugador de fútbol, pero nadie para el día de mañana”.

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