Por Lorenzo Di Toro
Alegría, cansancio y gloria fueron los sentimientos que recorrieron el cuerpo de Fernando “Pipo” Carlomagno al recibir su medalla de plata en los Juegos Paralímpicos 2021 de Tokio tras nadar los 100 metros estilo espalda en la categoría S7 en 1′ 08” 83, en la que quedó por detrás de Andrii Trusov por solo 69 centésimas debido a que, según él, diera la vuelta tarde. Este hito rompió una racha de 17 años sin medallas plateadas en natación para Argentina en los Juegos Paralímpicos, logros que Guillermo Marro consiguió en Atenas 2004 en la misma prueba y categoría.
Marro fue compañero y es amigo de Fernando Carlomagno, padre de Pipo. Carlomagno padre participó en tres Juegos Paralímpicos: Atlanta 1996, Sídney 2000 y Atenas 2004, y supo inculcarle a su hijo la práctica de deportes además le enseñó desde joven los valores de la natación como la determinación, la inspiración, la igualdad y la excelencia. La tradición y pasión se pasaron de generación en generación. Fue uno de los motores que impulsó a Pipo a alcanzar sus propios logros.
Pipo Carlomagno disputó hasta el momento dos Juegos Paralímpicos: Tokio 2020 y Río 2016, donde logró el sexto lugar en los 100 metros espalda, su prueba principal. Su evolución lo llevó a destacarse a nivel internacional por eso llegó a ser el número uno en el ranking International Paralympic Committee (IPC) en la clase S7, que engloba a los nadadores con total uso de brazos y tronco con función reducida de piernas, según la World Para Swimming.
Carlomagno contempla que su carrera deportiva está llegando al final. Su participación en los Juegos Paralímpicos de París 2024 parecía destinada a ser su última competencia a nivel internacional. Sin embargo, su sexto lugar en los 100 metros espalda lo dejó por primera vez fuera de una final olímpica. Este resultado en Francia lo impulsa a anunciar que continuará su vida como nadador, ya que no siente que su camino deba concluir con esta actuación.
La presencia de Pipo en la última edición de los Juegos le permitió igualar la marca de tres participaciones de su padre, quien fue una inspiración tanto para él como para otros nadadores. Nacido en Rosario, Carlomagno ganó medallas en los Juegos Paralímpicos; también logró en campeonatos mundiales, Juegos Parasuramericanos y Juegos Parapanamericanos. En Parapanamericanos tiene dos preseas de bronce, una de plata y tres medallas doradas. La última la obtuvo en Santiago de Chile en 2023, cuando, en la prueba de 100 espalda S8, realizó un tiempo de 1’10″35, superando a Jonathan O’Neill, Luis Andrade y Carlos Serrano, e incluso derrotó a sus compatriotas Iñaki Basiloff, Lucas Poggi y Lucas Leguiza.
Leguiza quedó octavo en la final de los 100 espalda que ganó Carlomagno y demostró ser uno de los mayores talentos emergentes. Nació en Chaco y representa al club Regatas de Resistencia. En sus primeros Juegos Parapanamericanos, cuando tenía solo 15 años, Leguiza obtuvo una medalla de plata en los 100 mariposa y una de bronce en los 200 combinados, ambas en la clase S8. Los deportistas de esta clase tienen un uso casi completo del cuerpo pero carecen de fuerza muscular.
Desde su nacimiento, Leguiza tiene la mitad de su brazo izquierdo. A pesar de esto es la gran promesa de Argentina y del Comité Paralímpico Argentino en natación. Nacido en diciembre de 2007, no formó parte de los convocados por Edith Arraspide para los Juegos Paralímpicos de 2024. Sin embargo, su edad y habilidad lo proyectan como una apuesta segura para los Juegos de Los Ángeles 2028.
El joven Leguiza ya realizó actuaciones memorables desde muy temprana edad. Un ejemplo fue su desempeño en 2019 durante el Open nacional, una competencia que se celebra en Buenos Aires y reúne a los mejores nadadores del país. En esa ocasión, se subió al podio en las pruebas de 100 libres, 50 libres y 100 espalda en multicategorías, es decir que los nadadores compiten en carreras sin importar las clases por lo tanto terminó el Open nacional obteniendo medallas de bronce en todas las carreras, con tan solo 11 años.
Leguiza fue impulsado por Ariel Quassi, actual DTN de la selección juvenil argentina. Quassi comenzó su carrera internacional en 1997 cuando disputó los Juegos Parapanamericanos en Mar del Plata, fue parte de cuatro Juegos Paralímpicos; Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012, aunque no logró traerse medallas sí disputó finales en todos sus Juegos Paralímpicos.
Como deportista logró 14 medallas parapanamericanas, carrera que finalizó en Lima en los Parapanamericanos 2019 luego de ganar una medalla de bronce en los 100 pecho, que siempre fue su prueba principal, la que le trajo sus mayores alegrías deportivas. Esa última presea fue especial ya que pudo contar con el aliento de su pareja y su familia, afirma Quassi.
Desde 2017, cuando ya se encontraba en los metros finales de su carrera, Quassi declara que no quería saber nada de alejarse del deporte, así que comenzó su camino como entrenador del equipo de natación adaptada del municipio de Avellaneda. En su último año como nadador conoció a Leguiza luego de esa actuación del chaqueño en el Open realizado en las instalaciones del Club Atlético Independiente, pileta que fue la testigo de la carrera deportiva de Quassi.
Luego de un proceso de búsqueda y preselección, Quassi fue el elegido del COPAR para ser el encargado de la selección juvenil dándole la responsabilidad de tener que armar la lista de los 20 nadadores que viajarían a Bogotá para disputar los Juegos Parapanamericanos juveniles que debían disputarse en 2021 pero tuvo que posponerse por la pandemia del Covid-19 y el estallido social en Colombia. Finalmente, Quassi esperó a 2023 para tomar por primera vez un avión y asistir a un torneo para ser entrenador del equipo.
Quassi llamó a Leguiza para integrar la delegación argentina en Colombia, junto a los otros 19 nadadores. No solo confió en Lucas Leguiza para ser parte del equipo, también lo seleccionó para ser uno de los únicos cinco deportistas que tendrían la oportunidad de recibir una clasificación funcional internacional, que le permitió a los seleccionados competir por medallas tanto en los Parapanamericanos juveniles 2023 como en futuros eventos, como pueden ser Juegos Paralímpicos o las World Series.
Leguiza no defraudó a su entrenador. Su desempeño fue sobresaliente y logró su primera presea al destacarse como el mejor junior en los 100 metros mariposa, multicategoría S8-S14, carrera en la que finalizó en el octavo lugar pero compitiendo con nadadores que superaban la mayoría de edad. Su dedicación y esfuerzo se vieron recompensados cuando subió al podio para recibir la medalla. Este logro no solo fue un reflejo de su talento, sino también del apoyo Quassi y su cuerpo técnico depositaron en él.
La historia de Quassi, Carlomagno y Leguiza representa el trabajo pasado, presente y futuro del movimiento para el COPAR. El deporte evolucionó de forma significativa a lo largo de los años, desde 2004 con la creación del comité que está celebrando el vigésimo aniversario. Quassi fue uno de los grandes referentes de Argentina desde antes de la creación del COPAR, cuando ya había participado en los Juegos de Sídney 2000, y luego formó parte de los primeros 14 años de historia del COPAR, Quassi seguirá con su historia desde su lado como entrenador ya que mantiene su puesto como director técnico nacional juvenil luego del gran desempeño en Bogotá es decir que contará con la chance de reconfirmar el puesto en 2025 cuando se dispute una nueva edición de los Juegos Parapanamericanos juveniles en Santiago de Chile.
Por otro lado, Pipo Carlomagno es la mayor estrella de la selección e intentará volver a superarse revirtiendo la que según él fue su peor participación en una competencia con el seleccionado nacional.
Mientras tanto, Leguiza buscará seguir su crecimiento como nadador, con el objetivo de convertir la confianza y esperanza depositada en él en logros para la Argentina, con la ilusión de que se mantenga por lo menos 20 años en el combinado nacional cuando el COPAR celebre su cuarta década de existencia.
Estos tres deportistas no solo representan distintas etapas del desarrollo de los deportes adaptados en Argentina, sino que también muestran el compromiso y la dedicación necesarios para alcanzar el éxito en el ámbito.
El Comité Paralímpico Argentino es financiado en la actualidad por el Estado Nacional además de que recibe financiamiento por parte del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), ente creado en 2009 durante la presidencia de Cristina Fernández que tenía a Gerardo Weirthein como impulsor desde su lugar como presidente del Comité Olímpico Argentino y que en sus inicios se financiaba con un cargo del 1% que se aplicaba a las facturas de telefonía celular. A partir de 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, se sostiene económicamente por el Estado, al pasar a ser parte del presupuesto nacional, en ese momento se otorgaron 900 millones de pesos como presupuesto. El último valor revelado de cuanto fue destinado al ENARD fue en 2022, el ente regulador del deporte de alto rendimiento recibió un aproximado de 10.500 millones de pesos, números que de forma segura serán recortados por el gobierno de Javier Milei aunque no se estableció de cuánto será el recorte en el último presupuesto presentado en el Congreso.
En cuanto al crecimiento deportivo, la primera delegación que fue a un Juego Paralímpico a cargo del Comité Paralímpico Argentino fue de 55 deportistas (10 en natación), mientras que la última delegación, la que participó en París 2024 fue de 70 deportistas (12 en natación) siendo la segunda mayor delegación de atletas que representaron a Argentina en la mayor competencia internacional, quedando detrás de la delegación que viajó a Río de Janeiro en 2016 que conformaron 82 deportistas, teniendo en cuenta que en deportes como atletismo o natación los deportistas del país anfitrión no deben pasar por un proceso clasificatorio, en este caso los deportistas brasileños liberaron cupos de clasificación que supieron aprovechar los atletas argentinos. Por lo que el valor de la clasificación a París 2024 y sus resultados, con 13 medallas (dos de oro, tres de plata y ocho de bronce) rompió la barrera de las 10 medallas logradas, hito que no se conseguía hace 44 años, cuando en los Juegos Paralímpicos de Arnhem 1980 la delegación Argentina logró 15 medallas. Esta actuación en la capital francesa es la mejor desde que el COPAR es el responsable de los deportes adaptados en el país.