miércoles, enero 15, 2025

Manuel Robles: fútbol y atletismo, otro hijo del viento

Por Bruno Toscano

El velocista Manuel Robles, de 20 años, ya cuenta con cuatro medallas en el campeonato argentino de mayores y otras cuatro en el nacional de su categoría, pero tiene el foco puesto en su próximo objetivo, competir en los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, que sería el mayor desafío de su joven carrera. Respira hondo mientras sueña con volver a Villa Devoto con una nueva presea.

Una vida junto al deporte, que no comenzó con el atletismo a pesar de que siempre impresionó por su velocidad. Con seis años, Robles dio sus primeros pasos en el Club Fénix, una pequeña escuela de fútbol infantil de Villa Devoto, donde jugó hasta cumplir 13. Desde 2017, continuó en simultáneo por dos años en otro club del mismo barrio, Círculo Villa Devoto. Mientras tanto, tuvo un breve paso por el rugby en el Club San Martín, de 2018 hasta la pandemia.

Una recomendación cambió su vida para siempre. En un abrir y cerrar de ojos, nacía un nuevo Claudio Caniggia, ex futbolista de la selección argentina apodado “el hijo del viento”, pero esta vez en sentido inverso, del fútbol al atletismo. “Como pensaba que hacía poca actividad física luego de la pandemia, empecé a pensar en otras posibilidades. Ahí es cuando mi tío Carlos me ofreció ir a Parque Chacabuco y me introdujo con un entrenador de atletismo”, recuerda Manuel Robles a El Equipo.

Durante 2021, Robles continuó con el fútbol mientras empezaba a entrenar atletismo como principiante, sin competir ni estar federado. Ya para fines de ese año, corrió su primera carrera e incluso impresionó con su potencial a su propio entrenador, Diego Silvera, bicampeón mundial máster de atletismo en 400 y 800 metros, quien decidió empezar a entrenarlo de manera más seria de cara a 2022.

Manuel Robles junto a Diego Silveira

El paso del tiempo le brindó a Robles el sustento necesario para darse cuenta de que su aptitud podía llevarlo lejos en el mundo del atletismo, pese a que no lo creía posible en un comienzo. Nunca pensó que iba a ser capaz de correr en competencias profesionales, por más que fuera siempre el más veloz de la cancha, tanto en rugby como en fútbol. ”El hecho de escalar muy rápido en el ranking metropolitano fue lo que hizo que me diera cuenta que podía llegar a ser alguien de verdad en el atletismo”, asegura Robles.

“Manu siempre mostró gran pasión por el atletismo. Las cualidades físicas y la mentalidad enfocada auguraban cosas buenas luego de los primeros entrenamientos. Era cuestión de trabajar seriamente para el crecimiento y ascenso en su carrera de élite. Con paciencia fueron surgiendo resultados, hasta lo que está haciendo al momento. Sin prisa y sin pausa”, analiza el entrenador Silvera.

El volumen de entrenamiento de Robles aumentó de manera considerable desde 2022, y nunca más pisó el freno. De dos días a la semana a cinco, sumado a un gran trabajo de gimnasio. Silvera destaca que Manu tiene la capacidad de adaptarse y cumplir al pie de la letra cada entrenamiento que se le propone, siempre con una determinación implacable.

Todo el trabajo que realizó durante tantos años de sacrificio se reflejó en triunfos que jamás hubiera imaginado aquel chico que comenzaba a jugar al fútbol en clubes de barrio. Tras ser convocado por la Confederación Argentina de Atletismo (CADA), vistió los colores albicelestes al formar parte de la selección argentina, como sucedió en el último Campeonato Sudamericano U23 de Atletismo disputado en Colombia en septiembre pasado. Robles partió hacia Bucaramanga detrás de un sueño junto a sus compañeros y contó con el apoyo fundamental de su familia, que estuvo presente desde las tribunas. 

Manuel Robles posicionado para la salida en Colombia.

El séptimo lugar en la prueba de 400 metros no fue el que esperaba, pero sumó una nueva experiencia en su carrera. “Más allá de que el resultado no fue el que fui a buscar, fue un paso gigante hacia mi gran sueño a largo plazo: participar en unos Juegos Olímpicos”, sentencia Robles.

Más notas