viernes, diciembre 6, 2024

Cuando la cabeza corre más rápido que los motores

Por Bautista Alecho

En las pistas del automovilismo argentino se vive adrenalina y pasión. Los motores ruidosos y los fanáticos llenan las tribunas, pero más allá del espectáculo que se despliega a altas velocidades, existe una tema menos visible que enfrenta cada piloto: el reto mental. El automovilismo es un deporte que exige precisión extrema y control necesario a más de 300 km/h. También la fortaleza psicológica juega un papel esencial. Juan María Traverso, tricampeón del Top Race en 2003, lo dejó claro con su famosa frase de que “no es para cagones”, haciendo referencia no sólo a la habilidad en la pista, sino a la resistencia mental necesaria para ganar.

La imagen clásica del piloto de carreras tiene que tener valentía y agallas. Pero,¿cómo soportan la presión constante y afecta la salud mental? Para los pilotos, manejar a grandes velocidades es cuestión de técnica y reflejos, y consideran que la presión mediática, las expectativas y los errores pueden desgastar el bienestar emocional con el tiempo. Lando Norris (foto), joven talento del Reino Unido de la Fórmula 1 con la escudería McLaren, fue sincero sobre las dificultades que enfrentó al debutar a los 19 años en el Gran Premio de Australia en 2019. “La gente, dado que solo ve la televisión, no se da cuenta de muchas cosas por las que pasa un piloto. Llegas a la F1 y de repente hay muchos ojos puestos en ti. Lidiar con todo ese tipo de cosas me pasó factura”, confesó en una entrevista con This Morning, programa de televisión que se emite por la cadena ITV, en la que hizo referencia a las miradas puestas sobre él desde temprana edad y al estrés que enfrentó al competir contra los mejores pilotos del mundo.

Resumen en vídeo de la carrera del Gran Premio de Bélgica de F1 de 2024

Hoy, la salud mental en los deportes de élite empezó a ganar visibilidad, y el automovilismo no es la excepción. El psicólogo Pablo Piekard comenta que después de un mal resultado o de una situación estresante en la competencia es vital que los pilotos tengan un espacio para procesar sus emociones y aprender de ellas. Además explicó la importancia de convertir los problemas en un crecimiento personal: “El foco debe ser darle un lugar para permitirle que se exprese y, una vez que se haya enfriado, observar un aprendizaje”.

Marcos Quijada (foto), piloto sensación del Turismo Carretera (TC), maneja la presión desde una edad temprana. A sus 21 años, el Marciano Quijada ya experimentó los bajones de la profesión. Nacido en Escobar, provincia de Buenos Aires, comenzó a correr en karting a los cuatro años en las calles de su barrio y a los seis ya pudo competir en circuitos profesionales. Luego, Quijada fue pasando por los diferentes escalones del automovilismo nacional, como la Rotax, Regional y Campeonato Argentino. En todas las categorías se subió al podio, para empezar a mostrar allí las condiciones a la hora del manejo y velocidad. Hasta que llegó el 13 de febrero de 2023, su debut en el TC, la máxima categoría del automovilismo argentino.

Quijada: “El toque con Álvarez me termina perjudicando y rompo el auto” | SoloTC

 

Al recordar sus primeros pasos en el automovilismo, Quijada menciona que las primeras alegrías, pero también las primeras decepciones, moldearon su carácter. Con el apoyo constante de su familia y amigos, desarrolló una mentalidad fuerte: “Siempre pienso en ganar, esa es mi única motivación”. Luego de las palabras en una de las calles del Autódromo de Rafaela, Quijada se fue al box del equipo Uranga Racing, en donde se desempeña, y empezaría a hidratar, ponerse el casco, guantes, para así tener una última breve charla con su jefe de equipo previo a la final que otorga los puntos para el campeonato. Ya en su butaca y con el sonido de un motor ruidoso, los fanáticos empezaron a filmar el auto al comenzar a circular hasta entrar al Óvalo. Para llegar debía pasar por una calle poblada de personas que observaban a los diferentes pilotos, que al igual que el Marciano salieron de su box para empezar la final, que contaba con un premio de 8 millones de pesos para el ganador de la carrera de Rafaela.

En una competencia con 50 autos, como lo es el Turismo Carretera, solo uno puede llevarse la victoria, lo que obliga a los pilotos a mantener los pies en la tierra y aceptar que no siempre se puede ganar. La actitud madura hacia el éxito y el fracaso fueron claves en el desarrollo de Quijada. Allí aprendió a canalizar sus emociones mediante técnicas como la visualización y la meditación, prácticas recomendadas por expertos en psicología deportiva. Estas herramientas permiten mantener la calma en momentos de tensión y, como comenta Sebastián Blasco, director de la Diplomatura en Psicología del Deporte de la Universidad Austral, son esenciales para que los deportistas mantengan su enfoque: “Uno de los ejercicios más utilizados es el posicionamiento de metas y objetivos. Las metas nos direccionan hacia un lugar en particular, y el poder pautarlas y programarlas nos ayuda a unificar nuestras intenciones para poder lograrlas”.

A medida que avanzan sus carreras, los pilotos se enfrentan al desafío de manejar no solo su rendimiento en la pista, sino también el miedo al error, que es un fantasma constante en el automovilismo. Saben que una maniobra arriesgada puede costar varios puntos en el campeonato. Para enfrentarlo, los corredores adoptaron ejercicios mentales que les permiten resetearse antes de cada carrera, la respiración controlada, visualización de situaciones de carrera y la meditación son algunas de las que se utilizan para encontrar un equilibrio necesario.

A pesar de los avances en la psicología deportiva, todavía existe un rechazo por parte de algunos pilotos a recibir ayuda profesional. En Argentina, muchos pilotos de diferentes categorías no ven la necesidad de trabajar con psicólogos deportivos, aunque los beneficios de hacerlo están demostrados. Los especialistas no sólo ayudan a los deportistas a establecer metas realistas y mantener una mentalidad positiva, sino que también fortalecen la conexión entre la mente y el cuerpo, lo que fortalece el rendimiento y logra aliviar las tensiones.

Los ejercicios mentales no son diferentes para Marcelo Guillet (foto), piloto del Procar 4000, categoría Argentina que promueve la formación de los pilotos con orientación hacia el Turismo Carretera, quien se entrena regularmente en el Kartódromo Internacional de Zárate junto a su padre y un mecánico, que además de ayudarlo en la mecánica del motor, lo aconseja y le toma el tiempo con un cronómetro. Después de dar por finalizado el entrenamiento, Guillet comenta sobre sus propias rutinas para mantenerse enfocado antes de las competencias: “Lo que hago es subirme diez minutos antes al auto de carreras y quedarme tranquilo ahí; eso me genera paz, me ayuda mucho antes de cada competencia”.

Marcelo Guillet: "estamos hablando con buenos equipos para esta temporada" | infociudad

En los autódromos de Argentina, desde las categorías más humildes hasta las más prestigiosas, se observa una batalla que el público no logra distinguir: la pelea mental. Cada piloto, a pesar de su nivel, enfrenta el miedo al error, la presión de ganar y la ansiedad que acompaña cada carrera. Aunque con las herramientas adecuadas, y gracias al apoyo de psicólogos deportivos, pueden transformar emociones en combustible para alcanzar sus objetivos planteados.

La conexión entre mente y cuerpo es cada vez más relevante en el automovilismo. En un mundo donde cada segundo cuenta, donde una mínima distracción puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, la preparación mental se convirtió en una parte fundamental del entrenamiento de los pilotos. Lo demuestran Norris, Quijada y Guillet: la velocidad no es lo único que define a un piloto, sino también la capacidad para dominar su mente y enfrentar las presiones con calma y claridad.

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