Por Facundo Montanaro
Sin un diploma, sin años de estudio e incluso sin dedicarse a algún deporte. Con esa carta de presentación Ivan Buhajeruk debutó en la primera división del fútbol argentino, también se dio el lujo de ser titular. Las razones de su estreno con la camiseta de Riestra a los 24 años, una edad extraña para jugar su primer partido como profesional, están lejos de ser futbolísticas. Complicado es que el entrenador, Christian Fabianni, decidiera poner a Buhajeruk en el once inicial por su buen cabezazo, su velocidad o su gran primer toque. Pues él no es futbolista, es streamer.
Lo conocen como Spreen y claro está que es el menos culpable de esta falta de respeto a un deporte que generó el término de “futbolista frustrado” en la cultura argentina para aquellos pibes que soñaban con llegar y, por diferentes razones, no pudieron. En un país donde se endiosa a los futbolistas, hoy Riestra se rió de ellos.
¿Acaso aquellos chicos del interior que quieren vestir la camiseta del club de sus amores deberían dejar de viajar a cada prueba que exista y comenzar a prender la cámara en Twitch? Quizás algunos padres deberían dejar de gastar en botines para sus hijos y en su lugar, armarles una buena computadora gamer para estar on en la plataforma de moda. Es decir, la que mejor paga.
A este chico de 24 años se le presentó una oportunidad que muy pocos dejarían pasar: jugar a ser futbolista. Porque a pesar de estar inscripto en la Asociación del Fútbol Argentino, de haberse hecho unos botines a medida y de haber elegido la 47 como número para su camiseta, Spreen nunca será un futbolista de verdad. Fue parte de una movida de marketing de un club dispuesto a cruzar todos los límites: Deportivo Riestra. Institución impulsada por Speed, la marca de bebidas energéticas, para llevarse todos los clicks y reflectores posibles.
Desde el marketing y las interacciones fue una jugada maestra. En el plano futbolístico, una vergüenza que no sirve para trasladar los valores de “La liga de los campeones del mundo”. Al mismo tiempo, una pequeña muestra del poder que tienen los dueños en este deporte, en tiempos donde el debate sobre las sociedades anónimas deportivas se volvió cuenta corriente. “A mi me paga la latita y si la latita quiere que juegue Spreen…”, dijo en su momento Fabbiani en conferencia de prensa.
Para el partido de Riestra contra Vélez la presencia de Spreen quedará en algo tan anecdótico como histórico. Fueron tan solo 59 segundos los que duró en cancha. Ideal para el reel, el short y para todos aquellos con déficit de atención. Pero con eso le alcanzó para llegar a todos los portales y ser tendencia en X (Twitter). También para establecer un nuevo debate: ¿Preferís ser futbolista o streamer? De las dos formas podés terminar jugando un Riestra – Vélez.