Por Valentino Majul
Un joven de 22 años que todavía le queda muchísimo por recorrer en lo personal y en lo futbolístico, y que día a día intenta superarse a sí mismo con sus respectivas responsabilidades. Santiago Rodríguez, futbolista profesional de All Boys, dio una entrevista en el bar de su facultad, acompañado del olor a comida y a la vista de alumnos y profesores, y detalló sobre lo que es jugar en Primera y, a la par, estudiar Periodismo Deportivo, pero sin dejar de lado la familia, los amigos, su pareja y los momentos que lo hacen desconectar un poco de la realidad.
Rodríguez es un enganche creativo, de pierna diestra, que también se puede desempeñar como mediocampista central. Mide 1,78 de altura y le gusta ser el organizador del juego en la Primera del Albo: “Me considero un jugador más pensante y técnico. Intento observar al rival para ver donde le puedo sacar ventaja y de ser el que maneja los hilos del equipo, tanto en ataque como en las salidas”. También confesó que tiene como referentes a Rodri (el mediocampista del City), Alan Varela y Ezequiel Fernández (ambos ex Boca): “Me gusta mucho la lectura que tienen, el buen pie y el timing”.
Desde 2021 es parte del plantel de Primera y en 2024 está buscando regularidad en el once titular, pero, a pesar de no tener tantos minutos, afirmó que se siente muy cómodo en el club: “Estoy hace muchos años acá. Me llevo muy bien con todos los empleados y con mis compañeros. Lo siento como mi casa”. Cabe remarcar que, desde su debut, disputó 20 partidos con la camiseta de All Boys y no marcó goles.
No solo jugó en el equipo de Floresta, anteriormente hizo inferiores en San Lorenzo de Almagro, club con el que sentenció no sentirse a gusto: “Estuve un año y me fui de un día para el otro porque no me gustaba el ambiente que se vivía ahí. Después quisieron que vuelva, pero también estaba la oportunidad de All Boys”. Posteriormente, agregó que se decantó por el Albo porque tenía a dos de sus mejores amigos jugando ahí.
Cuando se trabaja y a la par se estudia, es muy complejo para algunos organizarse y tratar de darle el tiempo que se merece a las dos responsabilidades, porque hay veces que, en el afán de querer cumplir, se entra en un proceso de nerviosismo y alteración en el que es difícil tener el control del 100 por ciento de la situación.
“Siento que le dedico el mismo tiempo al estudio y al fútbol, pero es por momentos. Hay semanas en las que estoy más cargado con la facultad y dejo de ir al gimnasio para adelantar algo, si no trato de descansar para recuperar energías”, declaró el futbolista sobre cómo maneja sus horarios.
Es normal en el ascenso argentino tener dos trabajos. La economía del país no da abasto y los salarios en la segunda categoría del fútbol argentino son muy inferiores comparados a la de otras ligas, por ejemplo, las de Europa. Pero también es común, aunque se conozcan pocos casos, que los jugadores jóvenes estudien alguna carrera en paralelo. También, aclaró que hoy se puede hacer cargo de los gastos de la facultad: “En primer año mis papás me pagaban la cuota porque no tenía contrato. En segundo lo hacíamos a la mitad y hoy puedo encargarme yo de todo”.
El argentino contó que nunca supo si quería estudiar a la par del fútbol, pero su primo empezó la carrera de Periodismo Deportivo en Tea y Deportea y lo convenció de que la arrancara: “Él me insistió y le dije que sí. Volvía a mi casa después de entrenar, a la tarde iba al gimnasio y el resto del día no lo aprovechaba, me sobraba mucho tiempo y opté por estudiar algo, y más si estaba relacionado con el deporte”. Además, cerró diciendo que se recibe en dos meses y, cuando no juegue más, tiene pensado ejercer la profesión.
Hay días en los que es inevitable estar con la energía a pleno, estando el cuerpo en constante actividad sumado al consumo mental, el estrés y la tensión, que juegan un papel fundamental. “Entreno todos los días de 9 a 12 y antes voy una hora al gimnasio, así me ahorro ir a la tarde. Curso de lunes a jueves desde las 18:30 hasta las 21:30, y cuando vuelvo a mi casa ceno y voy a dormir”, describió el mediocampista, que culminó explicando que trata de hacerse espacios para todo y que intenta estudiar los sábados o domingos, pero es agotador.
La familia, los amigos y la pareja juegan un rol primordial en el estado anímico de cualquier jugador. No hay uno que te diga que no juega por mamá, papá o algún familiar que ya no está físicamente, y es por lo que el nacido en González Catán intenta enfocarse cada vez que puede en sus seres queridos. “Soy muy pegado a mis viejos (Lorena y Gustavo), desde chico. Vivo con ellos y de grande trato de disfrutarlos más. Mi hermano Julián, de 27 años, y Lautaro de 18, están viviendo en España e Italia, respectivamente. Siempre tuve una hermosa relación y hoy que están lejos los extraño mucho. Son esenciales en mi vida”, manifestó.
Por otra parte, explicó sus objetivos a nivel personal y futbolístico y lo que pretende para lo que se le viene: “Hoy quiero ser feliz. Crecer como jugador, ascender con All Boys, jugar en Primera División y poder dar el salto a Europa. Disfrutar de lo privilegiada que es mi vida, de mi familia comiendo asados o ñoquis de calabaza los domingos y de mis amigos compartiendo unos mates amargos”.