jueves, noviembre 21, 2024

La historia del delantero soviético que se adueñó del Balón de Oro de Maradona en 1986

Por Bautista Bordato

Mientras el capitán de la selección argentina alzaba la Copa del Mundo en México, el delantero de la Unión Soviética fue galardonado como el mejor futbolista de la temporada debido a una normativa específica vigente en esa época.

En la década de 1950, la redacción de la revista France Football emprendió la tarea de crear un prestigioso listado que daría origen a un galardón emblemático en el ámbito del fútbol: el Balón de Oro. Este premio se estableció con el propósito de reconocer a los mejores futbolistas del mundo. Para tal fin, un cuerpo de 16 periodistas provenientes de diversos países de Europa se encargó de seleccionar a los candidatos y, mediante un proceso de votación, determinar quién merecía recibir el codiciado trofeo y el correspondiente reconocimiento por su excelencia deportiva.

Stanley Matthews, un emblemático jugador del Blackpool Football Club, se destacó en la historia del fútbol al convertirse en el primer galardonado con el Balón de Oro, un reconocimiento que logró a la notable edad de 41 años. A diferencia de las ceremonias de entrega que son habituales en la actualidad, en aquel tiempo la distinción se anunciaba a través de la portada de diciembre de la revista France Football, donde el jugador aparecía exhibiendo su premio, marcando así un hito en el mundo del deporte al dar a conocer al vencedor entre los futbolistas de élite.

En el año 1986, Diego Armando Maradona alcanzó la cúspide de su carrera al conquistar la prestigiosa Copa del Mundo en México, consolidándose como el mejor futbolista del mundo en aquel momento. A pesar de su indiscutible talento y dominio en el campo de juego, no fue galardonado con el Balón de Oro, un premio que en ese entonces estaba reservado exclusivamente para jugadores europeos, lo que dio lugar a que el soviético Igor Belanov se alzara con el trofeo. Belanov, quien se posicionó como el futbolista más votado, superó a jugadores relevantes, como el inglés Gary Lineker y el español Emilio Butragueño, destacando las limitaciones impuestas por la FIFA en torno a la elegibilidad de los futbolistas para este reconocimiento.

Durante ese año, el delantero de origen ucraniano se destacó notablemente en el ámbito futbolístico, no sólo por su brillante desempeño con el Dinamo de Kiev, que se consagró campeón de la Recopa de la UEFA, donde se erigió como el máximo goleador del torneo, sino también por su destacada actuación en la Copa del Mundo. En este último evento, sobresalió con un memorable hat-trick en la desafortunada derrota frente a Bélgica en los octavos de final por 4-3. Además, anotó un gol en la contundente victoria de 6-0 contra Hungría durante el partido inaugural de la fase de grupos. En el camino hacia la obtención de la Recopa, su equipo se enfrentó y venció al Atlético de Madrid en la final, lo que consolidó aún más su reputación como un formidable atacante en el fútbol europeo.

En el 64º aniversario de “El Diego”, vale recordar cuando Belánov reflexionó sobre la prematura partida de Maradona, al afirmar que su ausencia no es justa y que el mundo ha perdido a un jugador de extraordinarias cualidades. En sus palabras, destacó que la grandeza de Maradona no se limitaba a sus impresionantes goles, sino que también se debía a su capacidad de liderazgo y al rol de auténtico capitán que desempeñó en el deporte, un sentimiento que resuena entre todos aquellos que tuvieron el privilegio de compartir el campo de juego con el ícono argentino.

El futbolista europeo se despidió del “10” el día de su fallecimiento durante la pandemia por COVID-19 en 2020. Fue un emotivo homenaje, realizado en las redes sociales, donde Belanov reiteró su consideración de Maradona como el mejor futbolista del siglo XX.

No fue hasta 1995 que se produjo un cambio significativo en la historia del Balón de Oro, ya que se levantó la regla que limitaba la participación únicamente a futbolistas europeos. Este importante acontecimiento permitió la inclusión de jugadores de diversas nacionalidades, lo que transformó el galardón en una competencia verdaderamente global. La internacionalización del Balón de Oro no solo amplió el espectro de talentos que podían aspirar al reconocimiento, sino que también elevó el nivel de competencia, convirtiendo el premio en una auténtica muestra de habilidades y destrezas futbolísticas a nivel mundial.

En el año en que la revista France Football decidió eliminar la normativa que restringía la entrega del Balón de Oro únicamente a futbolistas europeos, se produjo un reconocimiento que marcó un hito en la historia del fútbol argentino. En 1995, Diego Maradona fue galardonado con un Balón de Oro honorífico, un premio que la mencionada revista francesa le otorgó en mérito a sus destacadas actuaciones durante su carrera. Esta distinción llegó como un justo reconocimiento a un jugador que, a pesar de haber sido privado del galardón en múltiples ocasiones debido a la controvertida regla, dejó una huella imborrable en el deporte y se consolidó como uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos.

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