martes, noviembre 5, 2024

Sóftbol: la poca importancia y popularidad en Argentina

Por Luciano Silva

El sóftbol en Argentina es uno de los deportes menos practicados a nivel nacional, en Buenos Aires hay solo 14 equipos federados, pero con una gran reputación de forma global a nivel de títulos. Ser considerada una potencia al estar en el primer lugar del ranking mundial de sóftbol, una práctica que inició en la década del 60 pero que en siglo XXI haya evolucionado a nivel títulos y participación.

El sóftbol se inició como una versión del béisbol bajo techo. Apareció en 1880 en Chicago, Estados Unidos, y se desarrolló con gran rapidez hasta llegar a jugar en campo abierto. Antes no se jugaba así por los climas lluviosos porque afectaba el desarrollo del juego, y en la actualidad lo practican más de 20 millones de personas en el mundo. El juego se compone de dos equipos con nueve jugadores con el objetivo de anotar el mayor número de carreras tras batear la pelota y recorrer una serie de cuatro bases hasta llegar al home. La única diferencia en comparación con el béisbol en su jugabilidad es que el rival lanza la bola por debajo del hombro. La duración es de siete entradas, entre dos o tres horas. Los encuentros pueden acabar en empate o se juega hasta que haya un ganador, las denominadas entradas extras.

El sóftbol, en Argentina, comenzó a jugarse en la década del 60 en las escuelas de Entre Ríos, en Paraná, donde se fundó la Federación Argentina de Sóftbol. Con el impulso de docentes y dirigentes de la provincia el deporte creció y se volvió popular en la zona al punto de que en 2015 el Congreso de la Nación sancionó la ley 27.215 en la que el artículo 1 dicta: “Declárese Capital Nacional del sóftbol a la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos”. En esa provincia se reúnen jugadores de las demás provincias del país para competir en el Torneo del Interior, ya que no existe un campeonato a nivel nacional sino por provincias.  El Estadio Mundialista Ingeniero Nafaldo Cargnel, es el más importante del país en sóftbol, ya que cuenta con una capacidad para 400 espectadores pero para eventos más convocantes suele ampliarse para 4.000 asistentes.

La selección nacional cuenta con un Mundial conseguido en 2019 en Praga, República Checa, en el que derrotó en la final a Japón por 3 a 2. En el Campeonato Panamericano, desde 2006 hasta 2024, obtuvieron dos medallas de oro (2022 y 2024). En los Juegos Panamericanos, Argentina logró el oro en la última edición en Lima 2019. La selección femenina consiguió su más reciente título al coronarse bicampeona en el Sudamericano en Lima en julio al derrotar a Colombia 6-4 en la final.

Si bien en los resultados Argentina está en un buen momento, los jugadores no se sienten profesionales cuando visten la camiseta de la selección, la de sus clubes (Berazategui, Merlo, Morón o Patronato)en el país o cuando van a jugar para el exterior. La mayoría de los jugadores tienen otro trabajo (como vialidad provincial, ingeniero o profesor de educación física) para poder mantenerse o estudian una carrera, como medicina o kinesiología, mientras practican el sóftbol. Algunos jugadores tienen que pedir permiso en sus trabajos para poder ir a disputar torneos con la selección en el exterior. Lo que falta es visibilidad a los partidos ya que la mayoría de los que asisten a los juegos son conocidos o familiares de los jugadores, o que los encuentros tengan más canales donde se transmitan ya que en las redes como YouTube solo hay partidos de la selección argentina. Existe Softbolasba, la Asociación de Softbol de Buenos Aires, que postea los resultados de los partidos de las distintas categorías, como A1 o A2, en masculino y femenino.

En Merlo los chicos de la zona siguen practicando el sóftbol al aire libre aunque no estén jugando torneos bonaerenses. La profesora Silvia declara que les gusta recibir a los chicos de diferentes municipios con motivación a la hora de practicar y más cuando les toca jugar un encuentro. Cada año organizan los Juegos Bonaerenses en los que participan varios chicos de diferentes edades, dentro de las actividades recreativas está el sóftbol. El canal de la Municipalidad De Merlo de vez en cuando transmiten los partidos amistosos que organizan con los chicos de la municipalidad y llegan a superar las 1.000 visualizaciones.

Julio Gamarci, ex entrenador de la selección que salió campeón del mundo en 2019, explica por qué eligió el sóftbol. “En principio me gustaba mucho más la dinámica del juego y luego en razón del profesor Victor Cancelieri me enseñó a amar al sóftbol”, explica. Sobre la poca popularidad del deporte en el país señaló que se debe a la falta de un plan. “Se crece lentamente en todos los aspectos por una cuestión normal de la historia. Lo que le falta al sóftbol es competencia regular en más ciudades del país y eso se logra a partir de creaciones de asociaciones locales que puedan nuclear a clubes que puedan ejecutar lo mismo que se ejecuta en otros deportes populares y con un buen desarrollo”, opina. Gamarci cree que no todos los deportes pueden ser espectáculos, en referencia al sóftbol, el deporte actualmente está manejado por el secretario general Vicente Javier Martinez y el vicepresidente Carlos De La Vega que no piensan en el ámbito económico sino en lo deportivo y para transformarlo a un deporte profesional se tiene que pensar desde otro lugar, como si fuera un negocio, con la necesidad de abrir la mentalidad a nuevos dirigentes que tengan como fin generar una actividad económica a partir del espectáculo deportivo.

Santiago Carril, jugador de la selección, explica que una manera para que el sóftbol tenga más visibilidad sería transmitir más los juegos por las redes sociales y fomentar a la gente para que asista a los partidos, porque no se suben los resúmenes de los partidos de la liga argentina. “Es algo que me vengo preguntando hace mucho; me encantaría que se conozca más nuestro deporte, que es poco convencional, que no se mira mucho y raro de entender, pero que tiene su esencia particular que se tiene que ir conociendo”, opina sobre por qué la gente debería darle una oportunidad al sóftbol.

Federico Eder, jugador de la selección, se refiere a la popularidad del sóftbol en Entre Ríos: “No está en una de las grandes ciudades de Argentina como lo es Buenos Aires; entonces a Paraná, al ser considerada la capital del deporte, muchos jugadores vienen de afuera para jugar. No es un deporte profesional, es un deporte más amateur, que no tiene mucha repercusión fuera de la provincia; es normal, me encantaría que sea más reconocido”.

El sóftbol podrá tener más relevancia en Entre Ríos, pero en las demás provincias del país se disputan torneos no muy reconocidos por la falta de un torneo nacional, por ejemplo en Entre Ríos existe el torneo Hagamos Historia o la Copa Javier Martinez (lleva ese nombre por el actual coordinador de la Selección Argentina de Sóftbol) disputado en Mendoza. En la provincia de Buenos Aires se juega un torneo tanto para masculino como femenino, el más conocido es el Torneo Metropolitano. Uno de los equipos que participa en ese torneo es Berazategui y no tiene una sede sino que practica en el complejo Los Privilegiados en la municipalidad. También está el club Merlo con sede en Pontevedra, donde se reúnen familias con sus hijos para que puedan practicar al aire libre el sóftbol. La relación que tienen Merlo y Berazategui es que sus jugadores tampoco se sienten profesionales, a diferencia de países como Venezuela o Panamá, ya que no cuentan con un sueldo que les sirva para poder solventar sus gastos, lo que los lleva a estudiar y tener estudios universitarios o buscar un empleo; por eso la mayoría de los jugadores practican el deporte como un hobby en los tiempos libres, por lo general los domingos.

Los equipos nacionales entrenan al aire libre ya que a diferencia de clubes que están en Estados Unidos o Canadá, donde entrenan Federico Eder (Hill United Chiefs) y Santiago Carril (New York Gremlins) y cuentan con máquinas que les lanzan las pelotas de manera automática para facilitar su entrenamiento. Además los materiales como el bate, bola, guantes y cascos de bateo los tienen que conseguir por su propia cuenta ya que los clubes no los proveen. Algunos compañeros se prestan el bate, así también como los guantes o los botines. Los profesores de sóftbol  que estaban presente en las prácticas explicaron que no tienen una instalación sino que practican y juegan torneos en las canchas de las distintas municipalidades. También explicaron que a los clubes de sóftbol les hace falta mucho apoyo, los propios jugadores de los distintos clubes, de todas las disciplinas de la zona, hacen aportes para poder recaudar dinero y así comprar materiales y mejorar el polideportivo. Los mismos jugadores trabajan dentro de las canchas para que las instalaciones estén acordes, ya que no todos cuentan con un personal que se ocupe del cuidado del campo de juego. 

El sóftbol argentino superó las expectativas al pasar por un gran momento al haberse consagrado campeón mundial en 2019 y que en la actualidad este en la primera posición del ranking global, pero la realidad es que los jugadores y los clubes no pueden generar ingresos por falta de patrocinios y de visibilidad. La situación que vive el sóftbol por la falta de profesionalismo también es causado por los dirigentes, como Luis María Centurión o Eduardo Sabaté,  que ven un deporte que no logra generar ingresos.

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