Por Matheo Vázquez Acuña
‘’La felicidad es el fin que busca todo ser humano’’. Aristóteles.
Era 1999, Lanús jugaba frente a Unión de Santa Fe. Ese día debutó un juvenil llamado Rodrigo ‘’Furia’’ Mannara, derecho, con cara de malo, su pelo negro siempre hacia arriba, un metro 80 llenos de potencia, y con toda una carrera por delante llena de difíciles elecciones por tomar.
Al igual que su hermano mayor Pablo Mannara jugó, nació y creció en el mismo lugar, el ‘’Granate’’. Rodrigo siempre fue el mejor de los dos, incluso cuando estaba jugando en el club chileno Cobreloa, en el 2009, tuvo que pedir que lo fichen también a él porque no conseguía club.
Pero había algo que lo condicionó durante toda su carrera, y era su poco temperamento: ‘’No tengo paciencia, me fastidio por todo, de ahí el apodo la ‘Furia’ que me caliento por todo, no me gusta perder’’, afirmó Mannara. Igualmente esto no lo define como persona, porque la gente que lo rodea dice que es alguien gentil y generoso, que siempre está para todos, y que el ‘’no querer perder’’ lo llevó a revertir diferentes situaciones complicadas de su vida.
Durante su infancia sus papás fueron quienes forjaron los valores y educación del volante diestro, él tuvo que dejar el colegio para dedicarse a jugar a la pelota. Su padre tenía una cochería, y su madre trabajaba en un geriátrico cuidando gente mayor, vivían con lo justo para tener un plato de comida.
El campeón de la liga 2010 con la Universidad Católica, siempre agradecido, trató de devolverles el favor con su gran velocidad corriendo por la banda, con goles y asistencias. Cada vez que lo necesitaban, él automáticamente los ayudaba.
Sus malas elecciones en su trayectoria futbolística arrancaron en 2011/2012 luego de irse de la ‘’U’’: ‘’Fue en picada, no sé, capaz que de todo, malas decisiones que tome de irme a otro club, decisiones personales. Eso fue lo que noté, estabas en Primera y empezás a jugar en Nacional B, después en la 3ra división, después cuando te querés acordar ya tenés 37 años y se te pasó la carrera volando. Fue todo un poco de todo, de malas decisiones mías y en lo personal también’’, declaró el exfutbolista.
Uno de sus principales errores fue que, mientras estaba cedido a préstamo en Deporte Puerto Montt y su pase pertenecía a Cobreloa, firmó con 3 equipos distintos.
Primero había aceptado la oferta del Club Maracaibo de Venezuela, al mismo tiempo, lo llamó Ricardo Caruso Lombardi para ir a Newell ‘s donde confirmó su llegada con un contrato por 3 años. El otro equipo que lo quería era Wisla Cracovia de Polonia, hizo pretemporada en Valencia, España. El club europeo decidió no adquirirlo porque ‘’él no era el del video’’, claramente es mentira porque Mannara afirma ser él . Finalmente los clubes se cansaron de insistir y terminó volviendo al ‘’Naranja’’ para tener dónde jugar.
El ex jugador de Racing Club me miró fijo, sin palabras, y luego reflexionó: ‘’Capaz que tome malas decisiones en lo económico… pero hoy tengo salud, tengo trabajo, tengo una familia hermosa. Así que más que eso no puedo pedir’’.
Hoy a los 44 años, luego de pasar por Chile y las provincias de Santa Fe y Rio Negro, vive en Gerli, trabaja de repartidor en una fiambrería y esta satisfecho con su estilo de vida. El extremo que supo compartir equipo con Eduardo Vargas y Charles Aránguiz, se dio cuenta que la mayor fortuna que tiene en la vida es el amor de la gente que lo rodea, y eso no se puede comprar con dinero.