jueves, noviembre 21, 2024

Fabrizio Anacoreto: el ciclista que lleva el legado familiar a las rutas de Uruguay

Por Guillermo Benítez

“El ciclismo de ruta es mi pasión, lo va a ser siempre, pienso en eso las veinticuatro horas, sueño con eso, no hay día que no me levante pensando en la bicicleta”, decía Marco Fabrizio Anacoreto. Nacido en Caseros el 20 de septiembre de 2001, hijo de Silvio Anacoreto, también ciclista, y hermano de Diego Anacoreto, exjugador de la Reserva de Argentinos Juniors y Estudiantes de Buenos Aires.

Lo inspiró un poco de todo, principalmente su familia. Todos corrían y heredó la pasión de ellos. Pero, sobre todo, se fijó en dos personas para iniciar su carrera, su abuelo, Oscar Jacinto “Calulo” Anacoreto, a través de su perseverancia y todas las historias que le contaban de él, como, por ejemplo, que fue ganador de las “100 millas”, “la Vuelta a Santa Fe”, y otras importantes carreras, y  además muy cerca de triunfar en la “Doble Bragado”. También la figura de Matías Médici, campeón mundial, ganador de múltiples Panamericanos y vencedor dos veces de “Rutas de América”.

Fabrizio empezó compitiendo de manera individual, en categorías menores, promocionales y junior, con algunos amigos, en el club Cycles Imperio, ubicado en el partido de Tres de Febrero. Pero un día de entrenamiento, gracias a su buena forma, un ojeador del Club Fénix de Uruguay, le comentó, que estaban buscando un sub 23 para correr y  era el perfil de ciclista que necesitaban.

Fénix fue su primer club en Uruguay. Ese año lo vivió con muchas alegrías. El equipo fue segundo en la Vuelta de Uruguay, conocida por ser la carrera por etapas más antigua de América, y que todo uruguayo sueña con ganarla o participar en ella. En la temporada 2022/2023 fue un gran año, en el que consiguió muchas veces quedar entre los tres primeros, y además tuvo la experiencia de ver con qué clase de ciclistas compartió el podio, a quiénes le pudo ganar o medir. En la actual temporada corre en el Club Ciclista Barrio Artigas, luego de acabar el contrato con Fénix. Este año logró pocos podios, debido al gran nivel que se ve en las rutas de Uruguay.

Ya es una costumbre que mantiene correr en tierras uruguayas, porque se adapta mejor al terreno y a las carreras, que son más largas que en la Argentina, son más duras y se corre de otra manera. Sus características de atleta no lo tienen como un ciclista veloz, pero sí muy resistente, y el terreno en el que se corre en Uruguay lo ayuda.

Además, los “charrúas” consideran al ciclismo como un deporte mucho más importante que los argentinos, y eso hace que se sienta cómodo. Por otra parte, influye en lo económico, ya que en Uruguay le pagan por correr, en cambio; en la Argentina no lo hacen o muy pocas veces pasa.

Al principio se le hacía difícil acostumbrarse a los viajes en barco o en micro, hasta que decidió no viajar todos los fines de semana, y solamente ir cada quince días, donde se corren las carreras más importantes. Era muy desgastante el viaje para luego correr. El viernes o sábado emigra a Uruguay, y el domingo ya afronta la competencia. Una semana de entrenamiento en Argentina son 5 ó 6 horas diarias ejercitándose, y los días son: martes, miércoles, jueves, y viernes de por medio, dependiendo si compite el domingo.

Fabrizio, hoy con 22 años, heredó toda la pasión de su familia, y seguirá escribiendo el legado del apellido Anacoreto en el ciclismo de ruta por muchos años más, dejándolo en lo más alto.

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