miércoles, octubre 16, 2024

Martina Gil: triunfar en un deporte que pocos conocen

Por Morena Baulde

Martina Gil es una gimnasta argentina de elite. Nació el 3 de noviembre de 2003 en Haedo, aunque toda su vida vivió en Ramos Mejía, aún en la actualidad. Es la N°2 de Argentina en gimnasia rítmica y forma parte de la Selección Argentina. Se muestra transparente y a su corta edad parece ser una chica que todo lo puede. Doble carrera universitaria, duro entrenamiento, representar al país y mucho más. También habló respecto a la poca visibilidad y apoyo que tiene la gimnasia rítmica en Argentina.

Martina es una joven que arrancó con este deporte con tan solo 4 años, en Estudiantil Porteño, sin imaginar todo lo que iba a conseguir en el futuro. Aunque la duda, quizás, sea por qué la familia eligió mandarla a este hermoso pero no tan conocido deporte. “Mi papá entrenó toda su vida en Estudiantil Porteño desde que era muy chico. Siempre estuvo muy vinculado con la vida en el club. Cuando nací yo, querían que hiciera algún deporte y al único que te podían anotar de tan chiquita era gimnasia rítmica y por suerte desde esa edad entreno”.

A los 7 años tuvo su primer Torneo Nacional. En 2021 dio el salto a lo internacional y se clasificó a los Juegos Panamericanos de Rio de Janeiro siendo parte, por primera vez, de la Selección Argentina. “Mi sueño y mi meta principal desde que tomé conciencia del deporte era clasificar a algún torneo internacional, clasificar para representar a mi país. Yo veía a las chicas más grandes que entrenaban conmigo que iban, competían y yo quería eso. La verdad que no lo podía creer, fue muy lindo. Igual fue raro porque todavía estaba la pandemia y al haber horarios pactados tenía que faltar al colegio para poder ir a entrenar al CeNARD. Pero bueno, fue una experiencia muy linda”.

Copa Mundial de Portimao, Campeonato Panamericano en México, Juegos Mundiales Universitarios en China, Campeonato Sudamericano en Colombia y Juegos Panamericanos en Chile, fueron los torneos en los que participó solo en 2023. “El más importante para mí y en el que más aprendizaje me llevé fue el Panamericano de Santiago de Chile. Todo lo que yo hice y entrené el año pasado fue para clasificarme a esos juegos. Yo creo que fue el punto más alto de mi carrera”.

No es solo una deportista de élite con el entrenamiento, tiempo y desgaste que eso lleva, sino que además estudia dos carreras en la Universidad Nacional de La Matanza. “Arranqué a estudiar Comunicación Social en la UNLAM, todavía sigo, pero también me gusta Relaciones Públicas así que empecé con esa. Ahora estoy cursando los dos y estoy viendo si tiro por una más que por la otra. Por suerte nunca tuve la presión de mi familia ni con el deporte ni con el estudio. Ellos me apoyan porque saben que a lo que haga le voy a poner todo de mí. Pero yo sabía que iba a terminar el colegio e iba a arrancar la facultad. Mi prioridad siempre fue gimnasia. Me acuerdo de que cuando era chiquita todos decían que el colegio era lo más importante y a mí no me entraba en la cabeza. Nada era más importante que gimnasia y en la actualidad sigue siendo igual, el deporte está en primer plano y el estudio y todo lo demás le sigue después”.

El 3 y 4 de mayo compitió en los dos selectivos panamericanos que se realizaron en la provincia de Córdoba, con el fin de clasificarse para los Juegos de Guatemala 2024. La deportista pudo conseguir el objetivo y se posicionó ambos días en segundo lugar, logrando ser parte de las tres gimnastas de la categoría Mayor que representarán al país.

– ¿Qué se siente ser la N°2 de Argentina?

-No sé, te juro que no sé (Mientras ríe y pone cara de ni ella poder creerlo). Por un lado, es un orgullo tremendo y me siento muy feliz pero también siento mucha responsabilidad de no poder bajar el nivel y querer estar siempre mucho mejor de lo que estoy y de lo que se espera que esté.

La gimnasia rítmica no es de los deportes más conocidos en el país y no es tanta la gente que lo practica. Gil se refirió al poco reconocimiento e importancia que reciben como disciplina: “Por un lado entiendo la situación del país. Está todo muy complicado y sobre todo en bancar los viajes deportivos porque realmente es mucha plata, pero sí, de las ramas de la gimnasia somos las menos bancadas y siento que es un deporte hermoso. Además, siento que le falta difusión para llamar el interés de más gente”.

El ranking de gimnastas se arma según los puntajes. Se realizan selectivos donde se compite con los cuatro aparatos: cinta, aro, masas y pelota. En cada serie los jueces puntúan y al final se suma el total obtenido en las cuatro demostraciones colocando así a cada deportista en su respectiva posición.

Los elementos de la Gimnasia Rítmica son: cinta, aro, pelota, masas y soga. Sin embargo, en la categoría Mayor, solo se utilizan los primeros cuatro. “Siempre me sentí bien con la pelota y compitiendo con la cinta, pero es un amor odio con todos constante. Yo creo que a cualquier gimnasta que le preguntes te va a responder lo mismo, es depende el día”.

La salud mental en estos tiempos es muy importante y cada vez se visibiliza más. La gimnasta se sinceró acerca de las caídas emocionales que tiene: “Sí, todos los años pienso en dejar. Realmente llega un punto en el que te colapsas, es mucho el cansancio sumado a la facultad. Pero bueno, después llega el verano y… un reseteo y a seguir”.

Desde su llegada a este deporte hasta la actualidad, Martina se entrena en Estudiantil Porteño. 17 años seguidos siéndole fiel al club ubicado en Ramos Mejía. “Es un lugar que me dio muchas oportunidades, estoy super agradecida. No quiero caer en el lugar común de decir ‘es mi segunda casa’, porque no, es el club, pero es un lugar súper importante para mí que me dejo un montón de relaciones que sé que van a durar para toda la vida: mis entrenadoras, mis compañeras y este deporte que es mi vida”.

La relación con los entrenadores es fundamental y si después de tantos años siguen siendo los mismos, se genera un vínculo especial. Mariela es mi entrenadora principal, ella sí es mi segunda mamá, tenemos una relación muy cercana como si fuéramos madre e hija. Nos entendemos mucho y por momentos parece que tenemos telepatía, es increíble. Con mis otras entrenadoras también, la mejor siempre”.

Es difícil de imaginar cómo no le queda corto el día a una persona que se entrena de manera profesional y encima estudia dos carreras. Ella cuenta que los lunes y jueves cursa a la mañana, por la tarde entrena y a la noche vuelve a la facultad. El resto de los días hace doble turno en el club. No se sabe en qué momento pero cuando tiene tiempo libre le gusta estar con su novio, con sus amigas y con su familia.

Debido a los JJ. OO., la cantidad de competencias este año es menor. “Mi objetivo es el Panamericano, lo ideal sería tener un buen desempeño para poder clasificarme al Sudamericano que se hace en noviembre y no mucho más”.

– ¿La Martu pequeña, soñaba en ser la que sos ahora a nivel deportivo?

– Yo creo que al principio no tomaba dimensión de nada… es más creo que ahora tampoco la tomo. Seguro no puede creer que todavía sigo compitiendo con 21 años porque siempre pensé que una vez que terminara el colegio iba a dejar y acá sigo. Pero si, obvio que la Martu chiquita está orgullosa.

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