Por Bruno Berrueta
Las redes sociales cumplen un rol fundamental en la sociedad actual, siempre está la posibilidad de subir, comentar o compartir una publicación. Si bien internet fue creciendo con el pasar de los años y hay gente que se puede dedicar exclusivamente a subir contenido, otras ven la posibilidad de causar daño con mensajes discriminatorios u ofensivos. El odio que reciben los deportistas crece y en el presente se convirtió en habitual.
Las personas que hacen comentarios negativos, tanto en las publicaciones como por privado, se mantienen muchas veces en el anonimato y eso les da cierta sensación de impunidad para escribir mayores insultos, sabiendo que no harían lo mismo si estuviesen cara a cara. Además la mayor cantidad de haters, usuarios que difunden el odio, no son conscientes del alcance que tiene su mensaje y del verdadero dolor que pueden generar.
Delfina Pignatiello deslumbró a todos los allegados a la natación en su adolescencia, rompiendo todo tipo de récords y su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 causaba muchísima ilusión en Argentina. La pandemia hizo que la nadadora no pudiese prepararse de la mejor manera estando cinco meses afuera de las piletas cuando en un año normal se tomaba solamente una semana de vacaciones. Tras no poder entrenarse de una forma correcta, los resultados en el país asiático dejaron mucho que desear. Durante toda la competencia Pignatiello recibió miles de comentarios horribles por las redes sociales, tal es así que decidió borrar sus cuentas personales por un tiempo y además dejar de nadar profesionalmente para poder dedicarse a la fotografía: “Me atacaban con total impunidad. Me llegaron a decir fracasada de mierda y lo peor es que yo me lo creí”, contó en una charla TEDX Río de la Plata.
Si bien los atletas con cierta trayectoria en la elite están más expuestos a recibir mensajes o comentarios negativos, también se ve cada vez más en jóvenes que recién están ingresando al alto rendimiento, causando en ellos una evidente desmotivación. Como en el caso de Santiago Rodríguez, jugador de All Boys de 22 años, que lleva tan sólo 10 partidos con el equipo profesional, pero igualmente sufrió en sus redes menciones negativas y aclaró que con la experiencia que tiene en la actualidad no lee nada, pero en sus principios no lo tomaba nada bien: “El año pasado cuando me tocó jugar varios partidos seguidos, me metía a Twitter para saber qué pensaba la gente de mí y si bien había buenos mensajes siempre son más los negativos y eso me hacía dudar de mí rendimiento y me desmotivaba bastante, pero al mismo tiempo uno quiere saber qué piensa el hincha”.
El odio es contradictorio porque cuando alguien se descarga, en este caso contra otro por internet, causa, según Ignacio Morgado, autor del libro “Emociones Corrosivas”, síntomas horribles en el cerebro ya que la corteza pre frontal está muy activa y el individuo trata continuamente de satisfacer esa sensación de desprecio. Esto está acompañado de otros sentimientos negativos como la ira, angustia o decepción y aumenta las posibilidades de sufrir estrés. A nivel físico puede producir tensión muscular, hipertensión y malestares intestinales. Es decir que paradójicamente, en la mayoría de los casos, crea más daño en el que está mandando esos mensajes que en la que los recibe. Por último el odio muestra un doloroso reconocimiento, difícil de aceptar, de impotencia o inferioridad hacía la otra persona.
El Centro de Investigaciones en Estadística aplicada (CINEA) hizo una encuesta de la que participaron 1250 argentinos mayores de 15 años y los resultados demostraron que más del 50% experimentó episodios de agresión y/o acoso. El 15% comentó que la agresión fue sobre su género, el 11,7% la vinculó con su aspecto físico y un 10,7% a sus ideas políticas. Otros de los temas que causan más insultos son la orientación sexual, la religión y racismo. Este último punto es el que más se nota en el ambiente deportivo, ya que en una encuesta realizada en 2021 por Pickswise, portal de apuestas deportivas, se demostró que de los 20 más odiados 16 son de tez morena. LeBron James es el jugador que más comentarios negativos recibe en las redes con un promedio de 366 mensajes por día. Seguido por Marcus Rashford, futbolista del Manchester United, y Tom Brady, ex jugador de fútbol americano.
“Lo más recomendable es no leer nada, por más que sea tentador saber qué dicen o piensan de uno, lo mejor es no entrar en los comentarios. Yo hago eso, tengo todo silenciado y cuando me mandan algún mensaje agresivo no lo respondo, prefiero quedarme con los positivos”, confesó Valentin Torres Erwerle, actual jefe de prensa de Riestra, pero que también se desempeña y acumula más de 200 mil seguidores en Twitter, ahora X.
La red social comandada por Elon Musk es en donde se ven más agresiones y en donde es más difícil eliminarlos, ya que el algoritmo premia a los posteos que más reacciones tienen y precisamente los de odio son los que más interacciones generan. De esta forma no importa si es algo bueno o simplemente un insulto, ya que se puede subir todo tipo de contenido y no existe ninguna censura. En cambio en otras, como por ejemplo Instagram o Tik Tok, si existe cierta restricción a los insultos, pero de igual manera no están completamente exterminados.
Los periodistas deportivos también funcionan como centro de las críticas al estar expuestos en sus respectivos programas y/o coberturas de partidos todo el tiempo, por eso es que Catalina Barbot, quien trabaja en el medio TyC Sports, confesó que trata de no verse afectada, pero que los comentarios malos le duelen: “Me parece una locura que se usen las redes de esta forma, ya que son un medio para poder crear cosas positivas”, y agregó que está en uno no fomentar el odio, “porque a veces nos reímos cuando se critica a otra persona”.
“Entiendo que el fútbol se mira más con el corazón que con los ojos y a partir de esa pasión parece que todo está permitido, pero me resisto a pensar que una persona te insulte y te desee lo peor, como una enfermedad o la muerte de un hijo, porque vos dijiste que era penal y el otro piensa lo contrario, el hincha quiere escuchar algo a favor de sus intereses pero esa no es mi función, yo tengo que ser honesto y objetivo, no me pagan para endulzar oídos”, reveló Fabián Godoy, comentarista de partidos en DirecTV y TNT Sports. Además agregó que se debe evitar la naturalización de insultos en redes como si fuese algo lógico de los tiempos de hoy.
Muchos deportistas se fueron alejando de los medios de comunicación por los malos tratos, pero otros también lo hicieron por el simple hecho de no poder ver ese daño hacía sus colegas. Thierry Henry comentó en sus cuentas personales que se iba a retirar por un tiempo de internet hasta que los dueños de las redes sociales sean capaces de regular sus plataformas ya que el gran volumen de racismo, intimidación y tortura mental resulta demasiado tóxico para ignorarlo.