viernes, octubre 4, 2024

Javier Conte, la mente detrás de la dupla Majdalani-Bosco

Por Juan Graib, Laureano Vergara, Lautaro G. Dietze, Gianfranco Gomes y Valentín Köstler

Días después de someterse a una cirugía, Javier Conte interrumpió su reposo para atender una llamada. Atrás había quedado la hazaña de París, en la que entrenó a Eugenia Bosco y a Mateo Majdalani para llevarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos. Darle un nuevo galardón a la vela argentina después de ocho años no fue una tarea fácil ni rápida. Dos meses después del proceso, los viajes, gestiones y preparaciones lo llevaron de nuevo a su Argentina natal.

“Ellos estaban en Europa, viven allá y yo acá”, explicó Conte, sobre cómo llegó a ponerse el buzo de entrenador de la Selección, en 2022. “Mi primer viaje fue en marzo para el trofeo “Princesa Sofía”, que es uno de los primeros campeonatos del año en España, donde generalmente se arranca la temporada”.

– ¿Vos los conocías de antes?

– Los conocía de vista y de haber compartido el Panamericano de Lima, donde yo estaba compitiendo en Lightning y ellos en Nacra 17. Los conocí esa semana pero la verdad que no había mucha interacción porque cada uno estaba en su campeonato.

A la Selección Argentina llegó con la experiencia de haber sido bronce en Sidney 2000 y de haber ido a Atenas 2004 y Beijing 2008. Después de haber sido Subsecretario de Deportes de la Nación en la Secretaría de Deportes de Argentina y haber trabajado en el ENARD, entrenó equipos de afuera como Estados Unidos y Alemania. Con 11, la vela es el segundo deporte que más medallas olímpicas le dio a Argentina, después del boxeo, y Conte armó un equipo para reafirmar ese título.

– ¿Cómo conformaron el cuerpo técnico para París 2024?

– Estuvo Horacio Anselmi como preparador físico, que es uno de los mejores o el mejor de Argentina. Ha entrenado a jugadores como Maradona, Sabatini, Del Potro. Después en la parte cognitiva y mental está Daniela Barghini, que trabaja reflejos y más con los pilotos de autos, en un centro de alto rendimiento dentro del Autódromo. Por algunos periodos iba a Europa a hacer un trabajo presencial con los chicos. También Estanislao Bardach en la parte mental, que lo sumamos a último momento, faltando 5 o 6 meses para los Juegos. Teníamos al meteorólogo español Miguel Sánchez, que trabajó en la Copa América y demás. Es un amigo y era entrenador de la Clase 470 de España cuando yo competía. Después tenemos personas con las que trabajamos los foils, los timones, los perfiles y demás, que viven en Bélgica. Terminamos siendo un equipo bastante grande. Los kinesiólogos que eran parte del staff de la Federación Argentina de Yachting, que en determinados campeonatos contábamos con ellos y en los Juegos también. También estuvo Gonzalo Pollitzer, con quien trabajamos para escanear las velas para ver cuáles usar para los Juegos Olímpicos. No me quiero olvidar de nadie. Ese era el grupo más grande, que en determinados momentos iban ingresando o saliendo de nuestra planificación. Obviamente, algunos son más permanentes como los preparadores físicos y los nutricionistas.

– ¿Los demás países también tenían un complejo grupo de trabajo?

– Yo creo que tienen equipos formados, tal vez no individualmente por categoría, sino algo más general, como psicólogos que dependen de la federación, preparadores físicos para todas las categorías olímpicas. Creo que la parte cognitiva fue un diferencial que nosotros trabajamos, que la mayoría de los otros no. Calculo que el escaneo de velas y de foils todos lo hacen, pero no sé si tan minucioso como nosotros, porque teníamos un equipo grande. A grandes rasgos, todos los equipos tienen un sistema bastante parecido, después está la calidad de cada uno de los profesionales de hacer mejor o peor su trabajo. La gran diferencia acá fue que era particularmente para este equipo porque la FAY no contaba con una estructura así de trabajo.

– ¿Cómo encaran las preparaciones en el tiempo?

– Tal vez uno no los cuenta por semana calendario, porque a veces no sabemos ni en que día estamos de la semana. Nosotros navegamos alrededor de 22 y 25 días por mes. El gimnasio se hacía seis veces por semana, la parte cognitiva se hacía una o dos veces por semana, la parte psicológica una vez. Salvo en determinados periodos como en campeonatos, donde se intensifican algunas actividades y se relajan otras. Básicamente, en una campaña olímpica de cuatro años tenés que navegar, en promedio, entre 200 y 240 días al año en el agua.

– ¿Se pisa la preparación de los campeonatos Mundiales y Panamericanos con la de los Juegos Olímpicos?

– Nosotros tenemos Campeonatos del Mundo todos los años, a diferencia del fútbol que es cada cuatro o de otros deportes, que es cada dos. Depende los calendarios internacionales, muchas veces el Panamericano cae en una fecha bastante complicada porque se suele superponer con el Test Event, que es el evento de prueba de los Juegos Olímpicos que es en el mismo lugar. Misma marina, mismo comité de regatas. Es una prueba general que se suele pisar o están muy cerquita de fechas, por lo cual obviamente el objetivo final es el Juego Olímpico”.

“Muchas veces, al Panamericano no se va con todas las herramientas o con el pico de rendimiento ahí sino que es un evento más. Es importantísimo, un entrenamiento más. Entendemos que a Argentina le interesa muchísimo más que los Juegos Olímpicos porque se traen muchas más medallas; es un evento más fácil y muchas veces es clasificatorio por país para la plaza de los Olímpicos. En nuestro caso era así también, pero nosotros ya habíamos clasificado por el Circuito Mundial. Entonces, para nosotros el Panamericano no tenía una doble función”, afirmó Conte, sobre la importancia de la competencia continental a largo plazo. 

En Chile 2023, la dupla Majdalani-Bosco se llevó el oro, como vaticinio de lo que iba a pasar en la cita olímpica. Sobre esa ocasión, Conte explicó que no fueron con el barco con el que iban a correr a París, porque “había que sacarlo de Europa; mandar containers, enviar un mes antes el barco, quedarnos sin él en Europa para la preparación, los campeonatos y la gira. Entonces fuimos con un barco muleto por así decirlo, aunque tratamos de hacerlo lo más parecido al que íbamos a usar. Siempre se intenta ir e ir con lo mejor, pero muchas veces pasa que se decide ir con la ‘Tripulación 2’ de Argentina, no la que va a ir a los Juegos Olímpicos, porque ahí sí se superponen en fechas y es más importante ir al Test Event que al Panamericano”.

– ¿Creés que el ir a vivir a Europa fue un paso clave en el éxito olímpico para Majdalani y Bosco?

– Si. Nuestro circuito es muy parecido al circuito tenístico, donde una o dos veces por mes tenés un Grand Slam y después hay torneos satélites en el medio. Toda la gente que está en el circuito olímpico hace todos los campeonatos y va moviéndose por ahí. Casi todo es en Europa, salvo algún campeonato del mundo que haya ganado la sede algún otro país por fuera de ahí. Entonces el estar ahí es mucho más sencillo que hacerlo desde Argentina por un tema logístico. 

Conte, que vivió en Europa antes de ser el entrenador de la selección, habló de las ventajas que brinda el circuito europeo: “las distancias son cortas: uno agarra el barco con el trailer y se va manejando a los diferentes campeonatos. Por lo general están ordenados de una manera que arrancás desde España, en Barcelona. Hacés Palmas de Mallorca, después vas bajando la costa del Mediterráneo hasta Italia y ya en la segunda mitad del año, donde las temperaturas son más amigables, se sube para el norte y tenés Holanda, Alemania, Inglaterra, toda la zona norte. Están ordenados de una determinada manera que se puede ir de campeonato en campeonato en distancias relativamente cortas, manejando y llevando el barco. El beneficio que se obtiene es logístico y el poder estar más tiempo navegando con el grueso de la gente buena, de todos los que hacen campaña olímpica”

“Si estás acá, perdés los días de vuelo, llegás cansado, igualmente tenés que agarrar el auto y manejar desde la base del barco hasta la ciudad del campeonato determinado momento”, dijo Conte, comparando la competencia del viejo continente con la de Argentina. “Los tiempos muertos se hacen mucho más complicados. No tenés oportunidades de acordar entrenamientos en conjunto con equipos de allá y te perdés un sparring de primer nivel”. 

– ¿Qué tanto influyen en la disciplina las distintas crisis económicas que sufrió el país?

– Influyen un montón. Cuando el país está mal, hay menos apoyo y cuando está mejor, hay más en general. También depende de la política de cada gobierno, hay algunos que apoyan más y otros que menos. Hay momentos más complicados y otros menos complicados en tema de presupuesto. Parte del éxito de una campaña parte de contar con los recursos para poder hacer porque uno puede planificar y saber lo que puede hacer pero si no están los recursos económicos y la inversión, en este caso del estado porque son deportes amateurs, es muy difícil poder lograr un objetivo, casi te diría imposible si no se cuenta con los recursos para hacer una preparación adecuada. Esa preparación implica desde viajes al exterior para que los atletas se preparen, hasta tener los recursos para poder pagarles a los profesionales adecuados para tener un buen equipo. 

– ¿Hay ciertos clubes con mayor ventaja económica?

– No, no. Hay clubes más fuertes que otros porque tienen mayor cantidad de socios y mejor infraestructura, pero cada club se mantiene con la cuota social y algunos tienen la posibilidad de contar con sponsors. Hay clubes que cuentan con más recursos por la cantidad de socios que tienen. Hay clubes muy fuertes en Argentina: el YCA, el Náutico San Isidro, CUBA, San Fernando, el Barlovento, que es chico, exclusivamente de Vela, pero los otros que te nombré son multideportivos. Los clubes se mantienen con cuota social y con las amarras que cobran por tener los barcos dentro de él y por eso hay algunos que tienen más recursos. No es una cuestión de presupuesto la Vela, no pasa tanto por ahí en el nivel inicial, es más de tener los entrenadores correctos y poder planificar de una manera adecuada. 

– ¿Qué otras cuestiones suman, además del poder entrenar durante la semana, para que los clubes del Interior tengan más predisposición a sacar medallistas olímpicos en Vela?

– En el interior es muchísimo más fácil porque todos se conocen. Es más fácil acceder para el atleta y pedirle apoyo a su club, algo que no se da mucho en los clubes multideportivos de Buenos Aires porque son estructuras más grandes. Creo que pasa también por los tiempos que se manejan en el Interior y que son mayores que en Capital para que los chicos puedan dedicarse a cualquiera de los deportes. 

– A partir del éxito de los últimos treinta años en el deporte, ¿hubo mucho desarrollo en materia tecnológica para la disciplina? ¿Nuestro país se adapta a estos cambios o corre con desventaja?

– La tecnología sí entra en el deporte como en los demás aspectos. En la década de los ‘70, la gran ventaja era el dopaje, la medicina deportiva de los atletas y hoy en día es la tecnología. Más en nuestro deporte que está entrando en un ritmo muy acelerado. Cuando empecé era todo más prueba y error y del ‘feeling’. Eso sigue estando, pero ahora la métrica, la tecnología, los programas que se usan de análisis para todo, ya sea la vela, la performance del barco, la telemetría. Son todos aspectos que van entrando y cada equipo se la tiene que rebuscar como puede. Obviamente no es barato y hay que tener los contactos para poder hacerlo. A nivel formativo se está muy lejos en Argentina de poder hacerlo y no tiene tanto sentido meter tanta tecnología. A nivel olímpico es inevitable tener análisis de datos para poder sacar conclusiones más exactas y no depender únicamente de la apreciación subjetiva que puede tener un entrenador y demás. La mayoría de las veces, te diría que el 99,9%, lo que hacen los datos es corroborar lo que ve un entrenador desde afuera. Es muchísimo más fácil poder empezar a probar diferentes perfiles, diferentes formas o diferentes estilos para empezar a navegar para determinada condición y buscar un plus mejor de velocidad. Argentina no está lejos, tiene posibilidades grandes de profesionales, el tema es tener el dinero para poder contratarlo porque son gente de afuera, no necesariamente de la náutica. Por ejemplo, los Foils con las orzas que nosotros utilizamos que hace que el barco vuele y vaya por arriba del agua es aerodinámica pura, cambia el fluido. En vez de aire, hay agua. Son todos diseños hechos por las fábricas e ingenieros de Aviación. Red Bull tiene equipos de Vela, están en F1. Toda esa tecnología está metida en la Vela en un nivel Olímpico y no en uno formativo. 

– ¿Hay algún lugar que consideres que es ‘la cuna de la Vela’?

– Creo que el Río de la Plata es un excelente campo de regata, porque al final la gente del Interior va mucho a navegar allí. Cuando decidimos encarar un proyecto pensando en unos Juegos Olímpicos, tuvimos que venir acá en un principio y después ir a Europa por un tema competitivo. El campo del Río de la Plata es de los mejores del mundo, tiene todas las condiciones, están todos los tipos de olas, sopla el viento desde todas las direcciones. Es un excelente lugar para navegar. Después se da por generaciones, me parece. Rosario siempre saca muchos navegantes. En barco grande, hay muchísimos navegantes muy buenos de La Plata. Mar del Plata es otro que ha sacado, tal vez no en la actualidad, pero ha sacado hace varios años muchos navegantes. Buenos Aires saca también, está bastante repartido: San Pedro, San Nicolás. Todo confluye en que, en una determinada edad, tenés que venir a navegar a Buenos Aires. A nivel formativo, está muy bien el Interior, después Buenos Aires como campo de regata es el lugar para poder ir a entrenar. 

– ¿Por qué crees que la Vela es el deporte que más éxito olímpico consiguió en el último tiempo?

– Creo que se formaron buenas generaciones de regatistas y el sistema que logramos imponer desde el 2000, lo adoptaron porque muchos hemos estado involucrados. Yo creo que lo que funciona es el sistema. Obviamente, los navegantes tienen que ser buenos y hay que formarlos, pero si se tiene un sistema adecuado de trabajo, con el tiempo los resultados van a llegar,  independientemente del nombre particular de cada atleta en cada uno de los Juegos. Si a lo largo del tiempo el sistema se asienta, es la gran diferencia del ‘Know How’ de las grandes potencias como Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia, Italia, Francia, España, que tienen casi siempre el mismo cuerpo técnico. Y, a lo largo de los años, se va formando un estilo de trabajo. Si el sistema acompaña todos los engranajes funcionan y los resultados llegan. 

 

 

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