Por Mateo Dellocchio
Hace dos meses pocos imaginaban este momento. River se encontraba a la deriva con un técnico perdido y jugadores que no estaban a la altura, o al menos no lo parecían. La presencia de una persona logró torcer la realidad reciente del club de Núñez. Marcelo Daniel Gallardo volvió a ponerse el saco negro, con el escudo Millonario en la zona del corazón. River eliminó a Talleres con autoridad, no le sobró fútbol pero siempre estuvo arriba en el marcador y no pasó mayores sobresaltos en la serie copera entre equipos argentinos. Luego de algunos resultados y rendimientos irregulares en la Liga Profesional, llegó una semana clave con el enfrentamiento de cuartos por Libertadores y el superclásico en la Bombonera. Un equipo totalmente renovado, en cuanto a nombres, funcionamiento y actitud, superó la barrera de Colo-Colo y venció a su acérrimo rival en su estadio.
Las semifinales de la Libertadores se jugarán en las dos últimas semanas de octubre. River visitará Belo Horizonte para jugar ante Atlético Mineiro y 7 días más tarde, recibirá al “Gallo” en el Estadio Monumental, donde perdió dos partidos en los últimos 23 meses. Desde el cambio que sufrió el renombrado “Mâs Monumental” a finales de 2022, el club rojiblanco tan solo perdió dos partidos y empató otros tres, todos los demás fueron victorias para River. En la actual Libertadores, el equipo dirigido por Gallardo es el único invicto que queda de los cuatro semifinalistas, ganó todos sus partidos de local y tan solo recibió un gol, el de Girotti en octavos de final. La gente se ilusiona con estas estadísticas, River sueña con su quinta copa y solamente está a 270 minutos de conseguirla, 180 de ellos serán en su casa, donde parece inquebrantable.
No debemos escaparle a lo deportivo, hace cuatro meses River caía con Riestra, en una derrota dura para la historia reciente de la institución. Con Demichelis todavía como técnico y un equipo perdido en la cancha que no presentaba respuestas. Hoy se ve un equipo unido y comprometido, tanto en lo futbolístico como en lo actitudinal. Con la llegada de Marcos Acuña y la vuelta de German Pezzella, ambos campeones del mundo en Qatar. El arribo de Fabricio Bustos, lateral derecho formado en Independiente que ya había coqueteado años atrás con llegar a Nuñez, reforzando un lugar que River no encontraba seguridad desde que jugaba Gonzalo Montiel. Los tres junto a Paulo Diaz y el gran nivel de Franco Armani bajo los 3 palos generaron una seguridad que se extrañaba en Núñez. En la delantera se espera por la vuelta al nivel goleador que tuvo Miguel Borja en el primer semestre, acompañado por Facundo Colidio, que se volvió una pieza fundamental en la delantera del equipo del Muñeco.
Además de la Libertadores, River no quiere perderle pisada a Vélez para ir en busca del bicampeonato de ligas, ya que River se consagró el año anterior en la Liga Profesional de la mano de Martin Demichelis. Sin lugar a dudas que se actuó a tiempo desde la dirigencia de River, no podemos hablar de algo que no ocurrió, pero sí podemos decir que la realidad hace 60 días era muy diferente y pocas personas le veían un futuro alentador. La actualidad marca todo lo contrario.