sábado, noviembre 23, 2024

La historia de Germán Ocampo, el capitán del primer mundial de futsal

Por Martín Salvatierra 

En plena competencia mundialista la Selección Argentina de futsal, campeona y subcampeona mundial en las últimas dos ediciones, 2016 y 2021 respectivamente, selló su clasificación a los octavos de final del Mundial de Uzbekistán luego de ser primero invicto del Grupo C, que compartió con Ucrania, Afganistán y Angola.  

A principios de este año se cumplieron 35 años de la primera participación de Argentina en la máxima cita internacional, cuando en 1989 la FIFA decidió organizar el primer mundial de la historia en Países Bajos. Desde allí el combinado “Albiceleste” tiene una asistencia perfecta en los diez mundiales que se han disputado.

Argentina debutó un 6 de enero con una victoria por 3-1 ante Canadá. Uno de los jugadores que integraron la delegación argentina fue Alberto Germán Ocampo, conocido en el ambiente del futsal como “Kike”. Fue el capitán y abanderado de la selección argentina en ese primer partido, a cargo de la dirección del rosarino Vicente De Luise. Sobre ese partido Kike manifestó: “No me lo voy a olvidar nunca. Había cientos de cámaras y flashes. Yo nunca había vivido algo así. Cuando te ponen el himno sentís una emoción inexplicable”.

Kike inició su carrera como jugador en el club Sarmiento de Olivos y sus cualidades técnicas, como la marca férrea, llegaron a los ojos de De Luise, quien fue el primer técnico de la selección argentina y lo designó como el capitán de ese grupo. “Ser el capitán de esa selección fue un orgullo inmenso. Se trata de ser un líder y un ejemplo para los demás chicos. Era lindo ver que me tenían en cuenta cómo un referente. Siempre traté que el grupo fuera unido y vaya para el mismo lado, pero que nunca haya un problema entre nosotros”, recordó Kike y además, sobre la decisión del entrenador de elegir el encargado de portar el brazalete, explicó: “Muchos te dicen que el capitán tiene que ser elegido por sus compañeros, pero por ahí lo votan porque son amigos. Yo soy más partidario de que lo elija el técnico, porque él es quien debe fijarse cómo se comporta cada jugador y si eso le hace bien al grupo”.

Argentina compartió el Grupo C con Canadá, al que había vencido 3-1 en el debut. Posteriormente, derrotó 2-1 a Japón alcanzando la clasificación a la segunda fase y luego cayó en el cierre del grupo contra Bélgica, por 3-1. Sin embargo en la segunda fase, también de grupos, perdió todos los partidos y quedó eliminada. Cayó 1-3 ante Estados Unidos, 3-6 frente a Brasil y 3-4 contra Paraguay. Finalizó en la octava posición. “Para nosotros fue una experiencia muy buena”, manifestó Kike acerca del rendimiento en dicho certamen.

Cambiaron mucho las épocas. En la época nuestra había pocas cuestiones tácticas y teníamos muy pocos materiales. Había algunos equipos que le daban bola a eso, yo aprendí de táctica cuando me llamaron a la selección. Ahora el jugador ya está preparado, porque los chicos y las chicas a los 16 años ya viajan y se ponen la camiseta de la selección, concentran, tienen ropa de entrenamiento y le dan otra importancia. Entonces, cuando llega el Mundial no sienten tanto la presión”, comparó Kike en cuanto a los aspectos que mejoraron y evolucionaron el futsal.

Kike es un hombre reconocido en el futsal argentino, desde su etapa como jugador hasta su rol como entrenador, “más bien un formador”, como se considera él y siempre bajo el lema que le enseñó a cada uno de sus dirigidos: “Vas a ganar, a empatar y a perder, pero siempre divertite y aprende”, remarcaba. Algunos de sus tantos aprendices llegaron a vestir la camiseta de la selección absoluta, entre ellos: Diego Biondi, Ignacio Caviglia, y Diego Giustozzi y Matías Lucuix, ambos responsables del crecimiento y éxito mundial de Argentina en estos diez años.

“Fue lo mejor que le pudo haber pasado a la selección. Desde que Diego se hizo cargo hubo un cambio y ahora le dejó el legado a Matías, que es otro monstruo. Lograron armar un grupo que se convirtió en una familia, todos van para el mismo lado y también eligen a los mejores jugadores bajo la línea de trabajo que ellos armaron. Me encanta esta selección, su cuerpo técnico y sus jugadores. Son todos buenos pibes”, destacó sobre la labor de sus exdirigidos al mando del combinado nacional y además remarcó: “Las demás selecciones que se enfrentan a Argentina le tienen respeto”.

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