Por Ezequiel Liniado
La llegada de Iker Muniain a San Lorenzo no es el único precedente vasco en la historia del club de Boedo, que comenzó en la década del 30 del siglo pasado.
Entre las décadas del 30 y 40, producto del inicio de la guerra civil en España en julio de 1936, que provocó la suspensión de las competencias en la península ibérica, cinco futbolistas arribaron a San Lorenzo. Ángel Zubieta, el más destacado, debutó, tan solo, una semana después del final de la guerra (1 de abril de 1939) y en casi 400 partidos convirtió más de 30 goles. Luego, le siguió Isidro Lángara, quien jugó su primer partido ante River y marcó ¡cuatro goles en 35 minutos! Además, anotó 111 goles en 130 encuentros jugados. Ambos son ídolos de la institución, incluso en el ingreso al estadio se encuentra un mural en homenaje a Zubieta.
Otros vascos que llegaron a San Lorenzo en aquella época de conflicto bélico fueron Emilio Alonso Larrazábal, José Iraragorri y Fernando García Lorenzo, quienes pasaron sin pena ni gloria por la institución. Una vez finalizada la guerra, Felipe Mesones (1953) y Antonio García Ameijenda (1967- 1975) vistieron los colores azulgrana. Ya en el siglo XXI, Javier Artero López y Gonzalo Bozzoni, junto con la flamante incorporación de Muniain, alcanzaron la cifra de 10 jugadores vasco – españoles.