Por Patricio Chevillard
El autocontrol, la perseverancia, el espíritu indomable, la cortesía y la integridad son cinco valores que tiene todo taekwondista, pero cada patada y golpe a la cabeza y el cuerpo los hacen querer dejar este exigente deporte. “A nivel mental y emocional es muy duro mantenerse al cien por ciento en cada competencia”, dijo Lucas Guzmán para el diario Clarín después de Tokio 2020. Luego de ese torneo, Guzmán pensó en retirarse y estuvo un año sin competir, pero las ganas de ir por todos los logros posibles y la medalla de oro que le falta en los Juegos Olímpicos hizo que volviera al tatami.
Lucas ya clasificó a París 2024 en lo que puede ser su posible último Juego Olímpico y buscará la medalla olímpica que le falta. Aunque no esté confirmado que sea su último si consigue la medalla de oro, quizás cambie de opinión. En los Juegos Panamericanos en Santiago 2023 llegó a la final, había pasado algo similar. Cuenta su padre, Eduardo Guzmán, contó al El Equipo que pasó en la final: “Que se dejó ganar la final porque dice que en su mente pasó, que si salía a medalla de oro, se retiraba ese día. Entonces me dijo esto, me dio fuerza, quiero seguir”.
Empezó en el taekwondo a los cuatro años, cuando su padre, Eduardo Guzmán, daba clases en varias sociedades de fomento. Lucas, inspirado por la serie animada Dragon Ball Z se lo tomaba como juego imitando al personaje Goku dando vueltas carnero nos contó su padre. A los trece años se dio cuenta de que podía ser un chico talentoso, pero en ese momento no creyó que podía llegar a donde está llegando.
El taekwondo es un deporte de contacto que cada golpe ya sea puño o patada suma distintos puntos que alcancen el peto o casco del rival. Empezó a ser deporte olímpico desde Sídney 2000 y se registró de manera oficial en 1955 y su creador fue el general Choi Hong Hi en Corea. El combate dura tres rounds de dos minutos de duración cada una, pero en los Juegos Olímpicos dura los tres rounds un minuto y medio.
Sus inicios en los torneos internacionales no fueron nada sencillo. Para que Lucas tuviera un lugar cómodo para entrenar su padre, fundó la Asociación Sung-Do para que pudiera entrenar taekwondo cuando él quisiera. Además, después de ganar el clasificatorio a once chicos para los Juegos de la Juventud Singapur 2010, su familia con mucho esfuerzo y sacrificio organizando torneos y vendiendo empanadas y con ayuda de padres y otras personas donando plata pudieron pagar el viaje. En esos Juegos consiguió la medalla de bronce.
En 2016, Lucas no pudo conseguir la clasificación a los Juegos Olímpicos a pesar de conseguir la medalla de bronce en los Juegos de la Juventud en Singapur 2010 y los Panamericanos de Toronto 2015. En ese año era primero en el ranking uno del World ranking, pero le faltaron dos puntos para el ranking olímpico y perdió en el Preolímpico. Contó Lucas en una entrevista a MasTaekwondo TV esa frustración y el volver a empezar: “Fue como si mis sueños de un momento a otro se desvanecieron y fue difícil volver a competir, no tenía otra motivación que un Juego Olímpico”.
En el taekwondo la perseverancia y el espíritu indomable son unos principios fundamentales, eso lo demuestra Lucas según su padre luego de no clasificar a Río 2016: “Pero bueno, nos costó levantarlo, y después bueno, de a poco se fue levantando, siempre uno tratando de apoyarlo, para que él siga adelante”. Luego de la pandemia de salir quinto en Tokio 2020 y lograr un diploma olímpico, pensó en retirarse. Pero sus ganas de seguir consiguiendo logros, a pesar de sus altas y bajas, empezó con una psicóloga deportiva.
Una de las personas que lo ayudó en el taekwondo fue Sebastián Crismanich, medallista olímpico en Londres 2012, con quien tiene buena relación con la familia y fueron entrenando y viajando a torneos juntos. Fue una gran inspiración, cuenta su padre: “Mirábamos cómo era su camino, tenemos que aprender de lo bueno también, para guiarnos”. La Argentina en taekwondo solo consiguió una medalla dorada en Londres 2012 y tres diplomas olímpicos. Lucas con esfuerzo y sacrificio carga con la mochila de representar a Argentina en París 2024.