sábado, septiembre 7, 2024

Lourdes Carlé, de Daireaux a París 2024

Por Agustín Paratcha

Tandil, el lugar de origen de muchos tenistas como Juan Martín Del Potro, Juan Mónaco, Mariano Zabaleta y Patricia Tarabini también albergó a María Lourdes Carlé, quien se formó en el Uncas Rugby club, donde llegó a los 12 años desde Daireaux, un pueblo que cuenta con 18.000 personas. Hoy, se encuentra entre las 100 mejores jugadoras del ranking de la Asociación de Tenis Femenino (WTA) y jugará su primer Juego Olímpico en París 2024.

En el Uncas, su segundo club luego de su paso por Independiente de Daireaux, Mario Bravo y Marcelo Gómez, formador de Juan Martín Del Potro, desarrollaron sus habilidades tenísticas y la guiaron al profesionalismo. Primero se entrenó con Bravo, entrenador que notaba el potencial de la pequeña con sus golpes y rendimientos en los entrenamientos. La caracterizaba como una jugadora que mostraba compromiso de lucha y  con espíritu competitivo. Además, siempre tuvo mucha facilidad en los golpes y destacaba en uno en particular que la distinguía de las demás jugadoras. “Voleaba muy bien para tan corta edad”, contó su exentrenador. Una jugadora que deslumbraba con su derecha, su brazo hábil, pero que escribía con la zurda. 

Carlé se destacó por su competitividad. Priorizaba jugar los torneos antes que entrenar. Con tan solo 14 años, realizó una gira por Europa junto a Bravo. La pequeña, que participó en 5 torneos en Francia, Alemania, Países Bajos y Bélgica, demostraba por qué le gustaban los desafíos. “Si llegas a semifinales o la final estoy satisfecho”, le dijo el exentrenador, quien sabía que el nivel en esas edades era el máximo por haber asistido en otras oportunidades. Carlé, sin presión, ganó 3 torneos: Países Bajos (Velp), Francia (Nantes) y Alemania (Duren). Dentro de la cancha, no recibía consejos de Bravo, por lo que llamaba la atención. “La consecuencia de ganar era jugar”, comentó el exprofesor.

Marcelo Gómez, otro de los entrenadores en el Uncas y formador de Juan Mónaco y Máximo González, detallaba el juego y las actitudes que transmitía Carlé desde pequeña. Se caracterizaba por la garra, la intensidad, el no dar una pelota por perdida, por su solidez y su personalidad aguerrida. “Son algunas cualidades que le inculcaban en el club (Uncas), como a los chicos que intentan llegar al profesionalismo”, expresó “El negro” Gómez sobre las actitudes de la tenista.

A los 16 años, Lourdes encaró uno de los momentos más difíciles de su carrera cuando participó en los torneos Juniors internacionales: debía aprender a competir, a vivir el alto nivel que jugaba y armar jugadas. Si bien fue una categoría que le costó atravesar, destacaba su mentalidad más allá de que le permitía enfrentar a jugadoras de primer nivel. Demostraba su garra, el compromiso con el trabajo y su insistencia. “Le decía que mirara para adelante, que tarde o temprano, iba a llegar al profesionalismo”, recuerda Gómez.

Carlé siempre se destacó por ser competitiva. Luego de una eliminación en primera ronda de un Wimbledon, se sentó enojada en un banquito al lado de su exentrenador. Ella habló más de 2 horas y reflexionó sobre el tenis, de su carrera y de lo que había hecho en el torneo. Gómez le dijo que debía valorar su participación enfrentándose con jugadoras de primer nivel como la ucraniana Marta Kostyuk, hoy entre las 20 mejores del ranking: “Ella era muy joven y no lo podía asimilar perder un partido. Tomaba la derrota de manera terrible”.

Hoy, la tenista formada en Tandil, tras haber sido subcampeona en los Juegos Panamericanos y haberse convertido en la tercera jugadora más joven del equipo argentino en la Fed Cup del 2016, participará en sus primeros Juegos Olímpicos en París 2024. Será especial por su camino. Los inicios en el club Uncas, junto a Mario Bravo y Marcelo Gómez, sus participaciones en torneos junior y el gran 2024 que está logrando (Ganó su primer título WTA 125 en España, La Bisbal) la llevaron a representar a la Argentina en singles, junto con Nadia Podoroska, su compatriota.

 

 

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